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«No sé si la oposición no asimiló aún el haber perdido las elecciones»

«No sé si la oposición no asimiló aún el haber perdido las elecciones»

- ¿El triunfo en autonómicas y europeas es fruto del llamado «efecto Feijóo», o hay realmente un cambio de tendencia electoral en Galicia?

- Las dos cosas no se pueden separar. El cambio de tendencia viene provocado por el cambio que el partido supo acometer y trasladar. Aquí en Galicia llevábamos muchos años de gobierno de Fraga, y podíamos tener ciertos tics que no se ajustaban a la sociedad del momento. Ese cambio de Feijóo le dio al PP un plus que necesitaba, el del candidato, y ahora hemos mantenido nuestro mensaje pero enfocado a una nueva generación.

- Los resultados del 7-J, ¿fortalecen la legitimación de Feijóo para cumplir su programa de las autonómicas?

- Sí, completamente. En las europeas demostramos que lo que pasó el 1-M no fue una casualidad, y que los gallegos confíaban en este nuevo proyecto político. Y creo que si después de una mayoría absoluta vienen a continuación otras elecciones y mejoras tu resultado, las decisiones que tomaras en ese espacio de tiempo se ven reforzadas.

- ¿Es un refrendo a políticas tan polémicas como la lingüística?

- También a eso. El PP tiene una serie de premisas fundamentales que llevó a las elecciones y ahora quiere cumplir. La más importante de todas es un gobierno de austeridad, demostrar que se pueden hacer las cosas de otra manera, quitando políticos y dejando trabajadores. Y segundo, cumpliendo compromisos expuestos en campaña, para nada escondidos. Uno de ellos fue el tratamiento de la lengua, para la libertad. Quizás aquí estos días pasados la transmisión que se hizo no fue clara, tal vez no nos explicamos bien.

- Parece que su postura, apoyada por la ciudadanía si trazásemos ese paralelismo del que hablábamos, no sólo no se entiende sino que causa enormes rechazos...

- No queremos romper con nada ni atacar al gallego, porque sería ir contra nosotros mismos. Estos días se tramitó la reforma de la Ley de Función Pública, y leí titulares que decían que el PP eliminaba el gallego de las oposiciones. Y eso no es lo que se va a hacer. Hemos vuelto a la norma que aprobó el tripartito de Laxe, y que obligaba a que el funcionariado debe acreditar el conocimiento del gallego.

El bipartito, en 2007, modificó la ley y le añadieron la obligatoriedad de hacer un examen de legislación en gallego. Ya no había libertad de elección de lengua en los exámenes. Ahora la habrá, pero deberá demostrar que domina el gallego, porque los ciudadanos tienen el derecho de ser atendidos en la lengua propia de Galicia.

- Dicen que la Xunta quiere volver a la etapa de Fraga, pero a ustedes tampoco les vale el Plan de Normalización que se aprobó en 2004, al que ahora ven como un documento orientativo.

- Hay una cosa clara, el Plan no es una ley, es un mero mecanismo de trabajo. La norma que regula el idioma sí tiene esa consideración de ley. El PP tiene el compromiso de derogar ese decreto, y ese camino se va a seguir. Se está consultando a los padres, como nos comprometimos, y los padres pueden opinar. ¿Qué miedo tienen todos esos que hacen una oposición frontal a la consulta? Es legítimo y no debería molestar a nadie. ¿Por qué a ellos sí? A esos que les molesta utilizan centros públicos para divulgar panfletos en contra de la encuesta. Hay otro compromiso, que los alumnos tengan libertad en la elección de lengua. ¿Qué problema hay?

- PSOE y BNG les acusan de realizar una «carnicería contra el gallego».

- Desconfío de las intenciones de la oposición. Tal y como se están poniendo en esas posiciones radicales, qué menos. Igual pretendían cierto adoctrinamiento con la anterior política lingüística y ahora se les cae el cambalache que montaron. Llevan mal camino. El gallego no mejoró estos cuatro años, yo lo percibí en mi casa, con mi hija, que me reprochaba que la teníamos harta con la imposición del idioma. A esas edades no se puede ir por la vía de la imposición, sino por la del afecto y la convicción, que valoren la lengua como algo suyo, natural.

- Si la encuesta arroja que una mayoría de padres quieren más asignaturas en gallego, ¿darán marcha atrás?

- No sé qué dirá la encuesta, pero a priori es mucho hablar. La Consellería tendrá que ver y valorar qué dicen los padres, y tomar decisiones en función de los compromisos y sus resultados. No sé que dirán los que ahora se oponen a la consulta si el resultado fuera el que usted dice, igual dicen que tampoco hay que hacerle caso. Intuyo que opinarán en función les interese.

- Desde el 1-M hay un clima muy tenso entre gobierno y oposición. ¿No es un exceso de tensión?

- Sí, considero que sí. Pero es que esta tensión empezó antes de tomar posesión el gobierno. Los ataques a personas de las que se hablaba que podían entrar ser conselleiro empezaron antes de que eso fuera realidad. No sé si hay alguien que no asimiló la pérdida de las elecciones. Yo quiero trasladarle a los partidos de la oposición que hay que serenarse. Las minorías no pueden imponer sus condiciones a las mayorías. Hay que tener sensatez y darle al gobierno un margen para que empiece a trabajar.

- ¿Se dieron facilidades en el traspaso de poderes?

- Se pusieron muchos obstáculos. La gran mayoría no fue leal y puso todas las trabas posibles para que el nuevo gobierno no tomara cuenta de la situación real que había. La oposición no puede plantear que no va a dar ni cien días al nuevo gobierno. Eso es una manifestación clara de lucha abierta desde el primer minuto, sin siquiera saber qué va a hacer. En menos de 40 días se ha configurado la estructura de la nueva Xunta, mientras que el bipartito necesitó tres meses. Más celeridad no se puede tener.

- ¿No intenta reproducir Manuel Vázquez la línea dura de Feijóo en los últimos meses del bipartito?

- Sin embargo, yo creo que son líneas diferentes. No sé si Pachi busca reafirmarse dentro del PsdeG. Claro, que a uno lo ponga el dedo de Blanco desde Madrid, no encaja bien en muchas sensibilidades en su partido. Hay dentro tienen una guerra de liderazgo que ya veremos si el de Pachi fructifica o no. Es un tema que el PSOE tiene que arreglar. Pero hay que tener responsabilidad y lealtad desde la oposición.

- Con un PSOE así, ¿es difícil establecer grandes pactos entre los dos principales partidos?

- Ellos tendrán que ver qué decisiones tomarán. Incluso en estos días tan tensos a nivel parlamentario, la mano está tendida. Queremos suavizar las cosas lo máximo posible, porque además tampoco tienen sentido las críticas. Seguiremos abiertos a la negociación. PSOE y BNG deberían saber que primero, ante todo, están los intereses de Galicia. Con la crispación no gana Galicia.

- ¿Está el BNG en recesión?

- Está en una posición complicada. Cada fuerza debe arreglar sus problemas, y los debemos no debemos meternos. Lo que sí me preocupa es la orientación hacia posturas ideológicas más radicales. Que quien gobierne sea la UPG, un partido de corte marxista, no es un avance hacia posiciones moderadas.

- Usted, ¿es un hombre de Feijóo o de Baltar?

- Soy un hombre del PP de Galicia. Puedo ser un ejemplo de que una cosa y otra no son contrarias. Empecé en política en Allariz, en la provincia que dirige Baltar desde hace mucho tiempo y con muy buenos resultados. Accedí al Parlamento en la lista de Ourense en 2005. Y ser portavoz del PPdeG es una oportunidad que tengo que agradecerle a Alberto Núñez Feijóo, porque es todo un orgullo, y a todo el partido en general.

- ¿Qué opina de la carta de los alcaldes de Ourense críticos con la gestión de Feijóo?

- Desconozco ese tema. He visto algo en prensa, pero por lo último que leí de Baltar, parece que se trata sólo de un debate interno que se pretende desde Ourense. No puedo opinar mucho más porque no sé. Confío en la cautela del presidente Baltar. Cuando se gobierna se toman decisiones, y a alguien puede gustarle más o menos, pero de ahí a generar polémica... Baltar no necesita recabar apoyos para poder hablar con Feijóo. En ese tipo de historias siempre hay terceras personas que buscan sacar responsabilidades políticas con juegos poco adecuados. En Ourense las hay.

- ¿Se jubilará Baltar este otoño en el congreso provincial?

- Cuando se plantee el congreso se hablará de eso. Él ya ha dicho su disposición para seguir trabajando o para dejar la política. Pero sigue siendo un referente importante para Ourense. Ahí están los últimos resultados.

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