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Noruega gana Eurovisión; Soraya, penúltima

Si en los criterios de votación en el festival de Eurovisión pesa la componente geoestratégica, los españoles estamos completamente aislados. Soraya no se merecía el penúltimo puesto. El que sí se ha merecido la victoria ha sido el representante de Noruega, Alexánder Rybak . Ha cosechado la cifra récord de 387 puntos. Prácticamente no hubo un sólo país, de los 42 en liza, que no diera algún voto a Ribak. Los 23 puntos de Soraya le vinieron sólo de Andorra, Suiza, Grecia y Portugal.En segundo puesto quedó Islandia y en tercero Azerbaiyán.

La 54 edición del festival de Eurovisión es una de las más espectaculares que se recuerdan. No en vano, es la más cara en la historia del certamen. Su coste ha superado los 30 millones de euros. También es la de mayor audiencia con cerca de 120 millones de telespectadores. Pero ha quedado ensombrecida por la desmedida dureza empleada por la Policía contra los participantes de una manifestación de apoyo a los homosexuales. Se practicaron 80 detenciones.

El Ayuntamiento de la capital rusa ya advirtió el viernes que la solicitud de los colectivos rusos de gays y lesbianas, de celebrar la «marcha eslava del orgullo gay» coincidiendo con el festival del Eurovisión, había sido denegada. En su nota, las autoridades de Moscú alertaban también sobre «las consecuencias» que acarrearían para los organizadores llevar a cabo cualquier otro tipo de acto público. La cuestión no era ya si la marcha debiese tener lugar ayer u otro día.

Manifestación sin permiso

Lo cierto es que los homosexuales rusos nunca han recibido autorización para manifestarse. Pero ayer lo hicieron una vez más sin permiso.Querían aprovechar que todas las miradas del mundo estaban puestas en la capital rusa para llamar la atención sobre la situación de desamparo y persecución que padecen.

Los activistas que salieron a la calle no lograron en ningún momento reunir establemente un grupo de más de cien personas. En cuanto lo intentaban, una avalancha de fornidos agentes de las fuerzas especiales (OMON), en número muy superior a ellos, les disolvía, zarandeándolos bruscamente e incluso golpeándolos. La temperatura ayer en el exterior de pabellón Olimpiiski no era muy alta, nueve grados solamente, pero, en el interior, era tórrida. Tanto que hasta se utilizaron piscinas como escenario de algunos de los números de la gala. Hubo también circo y Dima Bilán, el ganador de la edición del año pasado, cantó la canción «Believe», con la que obtuvo entonces la victoria.Tras las actuaciones de los 25 concursantes, los encargados de anunciar el inicio de la votación fueron los astronautas de la Estación Espacial Internacional, el norteamericano Michael Barratt, el ruso Guennadi Padalka y el japonés Koichi Wakata.

La misión de entregar el premio del festival, el Micrófono de Cristal, le fue encomendada a Dima Bilán, el vencedor de la pasada edición, La gran final de Eurovisión fue retransmitida en directo por las cadenas de los 42 países participantes, incluidos los 17 que se quedaron en el camino.Países como Australia, Austria, Nueva Zelanda y el enclave de Kosovo ofrecieron también el evento a sus telespectadores. Desde por la mañana, la venta de bebidas alcohólicas estuvo prohibida en todos los establecimientos cercanos a la arena deportiva del Olimpiiski, lo que provocó el malestar de los fans.

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