Actualizado Martes, 12-05-09 a las 19:38
Las opiniones en torno a los efectos de la píldora postcoital en el organismo de la mujer son tan diversas, que el anuncio de la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, de autorizar su libre dispensación en las farmacias sin receta ni límite de edad ha suscitado una gran polémica en la sociedad española.

La conocida como «píldora del día después», cuyo principio activo es el levonorgestrel, es un anticonceptivo postcoital, que se comercializa bajo dos nombres: Norlevo y Postinor, y que puede adquirirse en las farmacias españolas desde 2001.

En lo que parece que todos están de acuerdo es en que no se puede utilizar como un método anticonceptivo habitual, pero en lo que no coinciden es en la peligrosidad de sus efectos secundarios (provoca náuseas, vómitos, tensión mamaria o alteración del ciclo, entre otros) y en si se trata o no realmente de un abortivo.

Mientras que la Federación Internacional de Médicos Católicos opina que la píldora postcoital tiene unos «potentes» efectos secundarios y su libre dispensación es «una perversión hacia la profesión médica y hacia el respeto a la vida», la Sociedad Española de Contracepción (SEC) cree que «no es una bomba hormonal, sino un gestágeno con un perfil muy seguro» y afirman que se trata de un fármaco dentro de la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo uso generalizado podría evitar un 70 por ciento de abortos.

«Facilitar la prescripción contribuirá a su eficacia, ya que es importante tomarla en las primeras 24 horas después del coito desprotegido», señala la presidenta de la SEC, Esther de la Viuda, que explica que la mayor demanda de esta píldora se produce los fines de semana y muchos tenían que esperarse a que el lunes abrieran los consultorios para poder conseguir la receta. Y es que esta píldora tiene una eficacia del 95% cuando se administra en las primeras 24 horas, baja al 85% entre las 25 y 48 horas, y por encima de las 49 horas disminuye hasta el 58%.

Dependiendo del momento del ciclo en el que se tome sus efectos son diferentes. Si se consume cerca del momento de la ovulación su función principal es la inhibición y retraso de la misma, mientras que si ya se ha ovulado, produce el espesamiento del moco cervical para evitar el paso de los espermatozoides. Pero el tercer efecto es el que mayor controversia provoca y es que, en último caso, puede contribuir a evitar la implantación en el útero de un óvulo ya fecundado. «La píldora sí es abortiva porque destruye el embrión humano ya existente en el tiempo que transcurre entre la fecundación y la anidación en el útero», aseguran desde el Foro Español de la Familia y la Plataforma Derecho a Vivir. Sin embargo, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos asegura que no se trata de un método abortivo, ya que «no interrumpe el embarazo, ni perjudica al embrión o al feto».

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