Se busca al euromillonario

Se le busca. Se le quiere poner cara. ¿Qué gesto se le queda a alguien que acaba de ganar la friolera de 126.231.764 euros -más de 20.000 millones de las antiguas pesetas- en el mayor premio del Euromillón en sus cinco años de historia?

Administración de Lotería El Gato Negro. Fundada en 1912. Calle de Alcalá, 39. Hasta allí se desplazaron ayer clientes y curiosos para dar la enhorabuena a los vendedores y al ganador; pero, como era de esperar, no hizo acto de presencia ni se puso en contacto con ninguno de los empleados de la administración. El propio lotero, Agustín, lo entendía: «Si me hubiera tocado a mí semejante premio, lo primero que haría es desaparecer, meterme debajo de tierra».

Desafortunadamente para el lotero, el millonario bote no caerá en su bolsillo y tendrá que conformarse con 9,47 euros, de las dos apuestas que jugó, justo antes de cerrar «por si acaso». De hecho, Agustín no descubrió hasta la mañana de ayer, cuando abrió el establecimiento, que el premio se había vendido en El Gato Negro, y por unos segundos le dio «un vuelco al corazón», al pensar que podría ser el suyo el boleto premiado. Pero, tras la decepción inicial, vino la alegría, ya que, según reconoce, «dar premios es lo más gratificante de este oficio»; y él lo sabe bien tras más de 20 años detrás del mostrador.

Sobre el posible ganador, ni los trabajadores ni la dueña del establecimiento sospechan cuál puede ser su identidad, ya que la administración está situada en un sitio muy céntrico, en el que tienen tanto clientes fijos, con los trabajadores de los bancos y ministerios que los rodean, como un gran número de turistas. Tampoco esperan que el nuevo millonario tenga algún detalle con ellos: «Antes, la gente era más espléndida, pero ahora somos más reservados», justifica Agustín, quien escucha a menudo la conocida frase de, «si me toca la lotería, te invito a cenar». No obstante, un cliente si invitó una vez a comer a todos los trabajadores de la administración al ganar un buen pellizco.