Jueves, 30-04-09
CIUDAD DE MÉXICO. En un baile de cifras que pocos comprenden, la Secretaría (ministerio) de Salud ha reducido de veinte a siete el número de muertes confirmadas como consecuencia de la variación de la influenza porcina, mientras que cifra en 49 el total de personas que contrajeron la enfermedad. El gobierno mexicano mantiene la cifra de 160 fallecidos por neumonía atípica, de los cuales 153 serían casos sospechosos de haber contraido el virus.
Mientras, una nueva medida de prevención era puesta en marcha ayer en el Valle de México, la región más afectada por este brote. 110 caravanas médicas eran desplazadas en puntos fijos del Distrito Federal y del Estado de México para realizar pruebas rápidas de identificación del virus A/H1N1 mutante. 340 médicos y enfermeras atenderán a la población en estos ambulatorios, cuatro de los cuales se encuentran en el aeropuerto de la Ciudad de México y otros están ubicados en centros comerciales y en las oficinas de las secretarías del Gobierno Federal.
Al cierre de todos los restaurantes de la capital se sumó ayer el de los puestos de comida callejeros. Las autoridades locales descartaron tomar medidas adicionales, como la suspensión de operaciones en el transporte público, pues se generaría una situación difícil para la capital. Su alcalde, Marcelo Ebrard, anunció que sólo se incrementarán las restricciones si se produjera un incremento exponencial en el número contagios.
Ante la escasez de mascarillas y vista su limitada efectividad para evitar contagios el Metro empezó a repartir gel antibacterial a parte de sus más de cuatro millones de usuarios.

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