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«La respuesta de Washington al 11-S ha hecho más mal que bien» Chris Abbott_ Analista y coautor de «Más allá del terror» Alerta terrorista en varios Estados de la India
REUTERS
Lunes, 28-07-08
«Los gobiernos abrazan la energía nuclear como la mejor opción al cambio climático»
ALFONSO ARMADA
MADRID. «Más allá del terror. Las verdaderas amenazas que acechan al mundo», escrito por tres miembros del prestigioso centro de resolución de conflictos londinense, Oxford Research Group, Chris Abbott, Paul Rogers y John Sloboda, sirve de tarjeta de presentación de Los libros del Lince, el nuevo empeño editorial de Enrique Murillo. Abbott estuvo recientemente en Madrid para participar en un seminario sobre su «tema». Reitera una de las tesis de su libro: «La respuesta de Estados Unidos a los atentados del 11-S ha hecho más mal que bien».
-¿Es culpable la prensa de reforzar la idea de que el terrorismo es la amenaza principal?
-En casi todos los asuntos los medios son parte del problema y parte de la solución, pero no creo que se les pueda atribuir la responsabilidad sobre las iniciativas que adoptan los políticos. Sí es cierto que los medios han contribuido a crear en la mente del público la idea de que el terrorismo es la mayor preocupación que el mundo tiene ante sí, aunque hay que tener en cuenta el impacto, porque es cierto que el terrorismo es horrendo y esparce angustia.
- Pero parece evidente que inmediatamente después del 11-S la reacción de buena parte de la prensa de Estados Unidos, incluida la seria, fue la de cerrar filas y defender al Gobierno.
-El 11-S fue una experiencia traumática para Estados Unidos, y no hay que olvidar que los «media» y los políticos son gente, y que también resultaron afectados psicológicamente. Hubiera sido mucho pedir que de manera inmediata fueran capaces de analizar las causas y las consecuencias de lo que acababa de ocurrir. Pero han cambiado, sobre todo respecto a la guerra en Irak, y han empezado a cuestionar si la política de la Casa Blanca está haciendo de Estados Unidos un país más seguro.
-A partir de datos del Instituto para las Soluciones e Innovaciones Sostenibles, sostienen en «Más allá del terror» que utilizando energías renovables sería posible a medio plazo eliminar el petróleo y la energía nuclear sin reducir nivel de vida ni capacidad industrial. ¿No repiten la cantinela del Gobierno de George W. Bush de que es posible salvar el planeta y vivir como vivimos sin hacer sacrificios?
-No, no. Sé a qué se refiere. El problema con el que nos encontramos es que la mayoría de las soluciones que proponen los gobiernos implica que no tenemos que cambiar la forma en que vivimos, comemos, conducimos. trabajamos... En su inmensa mayoría, quieren mantener las cosas como están. La cuestión es que ya contamos con energías renovables y necesitan financiación y apoyo por parte de los gobiernos para ser desarrolladas a gran escala. Los gobiernos prefieren abrazar opciones como la energía nuclear -que esgrimen como la mejor respuesta al cambio climático-,, las necesidades energéticas y el deseo de mantener nuestro modo de vida. Olvidan que esa «solución» genera una panoplia de problemas medioambientales y de seguridad.
-En el libro no acaba de quedar claro si hemos sobrepasado ya el punto de no retorno en cuanto al cambio climático.
-El mensaje es «que no cunda el pánico», pero conviene estar alerta. Lo que hagamos en los próximos cinco o diez años será crucial. Si no tomamos medidas será muy difícil mantener un mundo y un clima estables. Lo más preocupante es que las predicciones (sobre deshielo, por ejemplo) están sucediendo a un ritmo mucho más acelerado de lo previsto. Queda aún margen de maniobra, además de que el cambio en la Casa Blanca puede suponer un impulso decisivo para medidas que es preciso adoptar sin demora.
-¿Es la política antiterrorista de Estados Unidos la mejor forma de reclutar terroristas?
-Dicho así es una exageración. El terrorismo islámico no ha surgido en el vacío, pero la respuesta estadounidense lo ha exacerbado. En el terrorismo internacional priman las visiones políticas, no religiosas. Es un movimiento político revolucionario, una verdadera ideología. La religión es un rasgo. Sería una falsedad decir que se trata de una creación americana. Pero la política aplicada desde la Casa Blanca lo ha exacerbado, ha empeorado las cosas, sobre todo porque la respuesta al 11-S no ha sido policial, no se ha centrado en la prevención, ha estado basada por encima de todo en la acción militar, cuando la mejor manera de contrarrestar el terrorismo internacional es utilizar los recursos policiales. Ésa es la primera línea de defensa. Lo que ocurre es que se trata de una vía lenta en la que hay que conjugar acciones financieras, investigación forense... En resumen, trabajo policial y, sobre todo, cooperación internacional. Es más silencioso, es menos espectacular, no permite mostrar que uno es un líder fuerte, pero funciona: es la vía más eficaz. Por otra parte, tienes que analizar las raíces ideológicas del problema, de dónde viene esta gente, cuáles son sus raíces. Comprender no es justificar. En el Reino Unido, el Gobierno no ha hecho el menor esfuerzo en conectar nuestra actuación en Irak y los atentados del 7 de julio contra el metro de Londres.
Varios Estados de India y la capital, Nueva Delhi, se encuentran en estado de alerta tras una serie de atentados en Bangalore (sur) y en Ahmedabad (oeste) que causaron 46 muertos y más de 160
heridos el viernes y el sábado. En la imagen, uno de los heridos en la explosión de Ahmedabad.

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