A golpes se liaban un grupo de manifestantes contra el edificio del ayuntamiento de Iguala, destrozando todo lo que encontraban a su paso. Violenta reacción sin oposición policial que acababa con el incendio del inmueble. Porque allí dentro trabaja quien consideran culpable de la desaparición de los 43estudiantes y la muerte de seis personas hace ya casi un mes. José Luis Abarca, el alcalde de la ciudad, quien diera la orden de atacar a los estudiantes para que no boicotearan ese acto. La orden de que la policía municipal los entregara al cartel local, con quien el consistorio mantenía relaciones. Fue el 26 de septiembre, y desde entonces nada se sabe de ellos.