El domingo disfrutaban de un día soleado en la ciudad china de Zhaotong, en la provincia de Yunnan, cuando a las cuatro y media de la tarde, hora local, los vecinos huyen despavoridos de los edificios a la calle. Acaban de sufrir un terremoto de 6,5 grados en la escala de Richter. El movimiento sísmico ha destrozado los edificios más antiguos y ha devastado zonas residenciales. Pero lo peor estaba por llegar. La carretera de la ciudad ha sufrido daños y tras el terremoto un corrimiento de tierras ha causado estragos a quien se encontraba circulando. Los bomberos acudieron prestos al rescate. Y dieron con los primeros heridos. Algunos sepultados bajo las rocas. No daban a basto y necesitaron hasta la ayuda del ejército. Continúan por la carretera hasta llegar a los lugares más remotos, donde siguen rescatando heridos y encontrando cadáveres. Al menos 175 personas han muerto, más de 1.300 han resultado heridas y al menos 180 personas continúan en paradero desconocido. -Redacción-
