En Los Ángeles, durante una excursión, el perro de un hombre se precipitó por un acantilado. Su dueño corrió a socorrerle y descendió por la montaña, pero ambos quedaron atrapados, no podían subir a la cima. Los equipos de rescate acudieron hasta el lugar en el que se encontraban y consiguieron llevarles hasta tierra firme, sanos y salvos.



