Se esperaba que la celebración reuniese a más de 60 mil personas, entre ellos a homosexuales y lesbianas de todas partes del mundo. Puede que no se haya llegado a esa cifra, pero el buen ambiente ha sido insuperable. La capital mundial de los gays, decorada con globos, banderines multicolores y carteles les da la bienvenida a los visitantes y locales a la fiesta homosexual. Por su parte, los vecinos de Sitges no esconden su respeto por los gays y se muestran contentos de que se celebre esta gran fiesta en la ciudad.