La explosión se produjo en la carretera de Dakba, por la que circulan diariamente las fuerzas etíopes y de la Unión Africana que están desplegadas en la capital de Somalia. Según testigos presenciales, la bomba, que estaba escondida debajo de unos desperdicios, afectó principalmente a un grupo de mujeres que estaban limpiando las calles de la ciudad. Ningún grupo ha reclamado la autoría del atentado, aunque el portavoz de la policía del Gobierno provisional de Somalia, el coronel Abdulahi Hassan Barrise, ya ha acusado a los radicales islámicos de Alshabab de ser los causantes de la matanza. Somalia vive en un estado de anarquía y carece de un gobierno eficiente desde que el dictador Mohamed Siad Barré fuera derrocado en 1991. En 2006, el Gobierno provisional de Somalia pidió la ayuda de las tropas etíopes cuando los Tribunales Islámicos, una milicia islamista, se hizo con el control de buena parte del país. Varias agrupaciones pro derechos humanos han informado de que el pasado año, al menos 6.000 personas murieron y cientos de miles se vieron forzadas a huir como resultado de los enfrentamientos entre el Gobierno provisional y los Tribunales Islámicos.