David Oubel, 40 años, amante del deporte y de los perros, llevaba separado algo más de un año y había rehecho su vida. Ayer cuando ingresaba en los juzgados, se resistía a salir del coche. Entre gritos de asesino, el juez le ha enviado a la cárcelo. De hecho podría ser el primer acusado en España al que le afecta la prisión preventiva revisable. Es una persona muy conocida en el pueblo y en Caldas, una localidad cercana donde regentaba una inmobiliaria con su hermana. Hoy son pocos los que quieren hablar de él y de su situación personal. Lo que sí remarcan son los altercados que ha tenido en innumerables ocasiones con sus vecinos por culpa de las fiestas que organizaba hasta altas horas de la madrugada. También en el centro de salud de la localidad intentó agredir, al parecer hace unos meses, a su doctora de cabecera. Unos días antes de matar a sus hijas, había comprado el arma homicida: una sierra radial. También había avisado a su ex mujer de lo que iba a hacer pero se llegó tarde. Candela y Amaia ya estaban muertas.
