Dejaron a todo el país incomunicado en el puente de diciembre de 2010. El espacio aéreo se cerró durante 24 horas. El plante de los controladores dejó 5.000 vuelos cancelados y 700.000 pasajeros afectados. Lo que podrían haber sido unas felices vacaciones, se convirtieron en angustiosas esperas ante los mostradores de las compañías aéreas.Los pasajeros tuvieron que dormir en el suelo. Esperaron una respuesta durante horas y nadie les supo dar una solución. Sus viajes, cancelados.Pero un juez de Madrid ve ahora indicios de delito de sedición y abandono de funciones públicas en el plante de los controladores. Se basa en sus conversaciones. "Nos va a odiar todo el mundo", le decía un controlador a otro. "Es su problema", le contestó su compañero. "Ya, pero si antes nos odiaban, ahora nos van a odiar más. Es que tú imagínate. Has estado ahorrando para irte este puente de vacaciones y de repente les dices: "cierro el espacio aereo" (Risas)", replicó el que inició la charla.Según el juez, "los controladores abandonaron su puesto de trabajo de manera concertada, consciente y deliberada". Los pasajeros no entendían las exigencias de los controladores, con una media de 200 mil euros de sueldo de sueldo.En una veintena de juzgados de otras provincias españolas los controladores han salido absueltos de todo delito. Pero en Madrid 121 controladores podrían sentarse delante del juez porque, según el magistrado, ocasionaron una calamidad pública de enorme magnitud.