Algunos de los pueblos medievales más bellos de España

Algunos de los pueblos medievales más bellos de España

Estrechas y sinuosas callejuelas conducen al visitante por villas amuralladas con castillos cargados de historia

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Estrechas y sinuosas callejuelas conducen al visitante por villas amuralladas con castillos cargados de historia

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  1. Albarracín, Teruel

    Emplazada en una colina de los Montes Universales, la ciudad medieval de Albarracín en Teruel, parece salida de un cuento. El irregular trazado de sus calles, con escalinatas y pasadizos permiten al visitante contemplar los muros color rojizo de sus casas construidas en piedra y madera.

    El pueblo, rodeado casi en su totalidad por el río Guadalaviar, es Monumento Nacional desde 1961, posee la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes de 1996, y se encuentra propuesta por la Unesco para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la belleza e importancia de su patrimonio histórico.

    Cuenta con abundantes monumentos, como la Iglesia de Santa María, la Catedral, el Palacio Episcopal, algunas mansiones señoriales, entre las que destaca la de los Monterde, y una peculiar arquitectura popular donde destacan la casa de la Julianeta, la casa de la calle Azagra, la plaza de la Comunidad y la pequeña y evocadora Plaza Mayor.

    Su historia se remonta a la Edad de Hierro periodo en la estuvo habitada por la tribu celta de los lobetanos. En tiempos de los musulmanes en España, la familia bereber Al-Banu-Razín hizo de estas tierras un pequeño reino taifa de Albarracín. De esta familia le viene el nombre actual.

  2. Besalú, Gerona

    Besalú, municipio de la comarca de La Garrocha, en la provincia de Gerona, es una importante localidad turística gracias a su arquitectura medieval. El origen de la ciudad fue el castillo de Besalú, con al menos diez siglos de historia, construido encima de un cerro donde están los restos de la canónica de Santa María, en la Alta Edad Media y aunque el trazado actual de la villa no responde fielmente a su estado original sí hace posible imaginarse la urbanización de la villa en el medievo. Así existen importantes edificios como el puente, los baños judíos, la iglesia del monasterio de San Pedro de Besalú y San Julián, antiguo hospital de peregrinos, la casa Cornellá, la iglesia de San Vicente y la sala gótica del Palacio de la Curia Real.

    La importancia monumental de Besalú viene dada fundamentalmente por su gran valor de conjunto, por su unidad, que la determina como una de las muestras más importantes y singulares de los conjuntos medievales de España.

  3. Olite, Navarra

    Olite, a 42 kilómetros de Pamplona, muestra con orgullo la silueta esbelta y armoniosa de su castillo-palacio que domina la localidad cuya historia se remonta a siglo I d. C.cuando un fuerte cinturón amurallado defendía un pequeño altozano en el que más tarde se fundaría la villa medieval.

    Es la Baja Edad Media cuando Olite alcanza su mayor esplendor al ser elegida como una de las sedes favoritas de los reyes de Navarra y los gruesos muros y torres almenadas de su castillo-palacio vio pasar a reyes y princesas. Declarado monumento nacional en 1925, constituye el ejemplo más importante del gótico civil de Navarra y uno de los más notables de Europa.

    Hoy en día un recorrido por las estrechas calles de Olite permiten contemplar nobles caserones de piedra con escudos de armas y grandiosos aleros de madera; galerías medievales y espléndidas iglesias, además de descubrir el recinto amurallado romano.

  4. Pedraza, Segovia

    La localidad segoviana de Pedraza -situada a 37 km de Segovia- es uno de los mejores ejemplos de villas medievales amuralladas de España, no en vano tras su rehabilitación en 1951 fue declarada Conjunto Histórico.

    Sus orígenes se remontan al siglo XI, y fue reconstruida en el siglo XVI. Sus empedradas calles y sus casas blasonadas componen un conjunto urbano medieval, en el que es imprescindible recorrer todos sus rincones, desde la Puerta de la Villa hasta el otro extremo de la población, coronado por el castillo. También de interés son la cárcel medieval y la iglesia de San Juan.

    Para hacerse una idea del pasado medieval Pedraza solo tiene una puerta como único acceso a la villa y por tanto es utilizada como entrada y salida del pueblo. Los portones son de madera de álamo negro y durante varios siglos eran cerrados durante la noche impidiendo la entrada o salida de cualquier persona salvo emergencia; en tal caso era el carcelero el responsable de abrir la puerta. La cárcel, típica medieval y el castillo construido en el siglo XIII, es hoy en día propiedad de los herederos del pintor Ignacio Zuloaga.

  5. Peñíscola, Castellón

    Peñíscola, en la provincia de Castellón, es una de las ciudades más turísticas de España gracias a la combinación de historia y excelentes playas. La ciudad antigua rodeada por una muralla construida en diferentes etapas cuanta con tres puertas que encerraban la villa medieval construida con estrechas y empinadas callejuelas. Un castillo-fortaleza del siglo XIV corona el peñón sobre el que se asienta la villa.

    Peñíscola ha sido encrucijada de todas las civilizaciones mediterráneas desde fenicios y griegos, cartagineses, romanos, bizantinos y árabes. Todos supieron de su ventajosa situación, de su seguridad como fortaleza irreductible y de su idoneidad como hábitat, tanto por su clima como por disponer de abundante agua dulce que mana de las entrañas de la roca en la propia ciudadela.

  6. Santillana del Mar, Cantabria

    Santillana del Mar es una de las localidades de mayor valor histórico-artístico de España situada en la costa occidental de Cantabria. Se la conoce popularmente con el sobrenombre de villa de las tres mentiras, puesto que ni es santa, ni llana, ni tiene mar.

    La villa de Santillana del Mar, aunque habitada desde la prehistoria, tiene su origen en la Alta Edad Media, alrededor de la abadía de Santa Juliana. El casco histórico se organiza en torno a dos calles principales que van a parar a sendas plazas con importantes caserones y palacios como la Torre del Merino y la de Don Borja, que sirve actualmente de ayuntamiento, el convento de Regina Coeli, el de San Ildefonso y la casona de Sánchez Tagle.

    Hablar de Santillana es hacerlo también de Las Cuevas de Altamira, calificada como la capilla Sixtina del arte rupestre, esta cueva contiene probablemente las pinturas prehistóricas más famosas del mundo.

  7. Sepúlveda, Segovia

    La localidad medieval de Sepúlveda, en la provincia de Segovia, fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1951 y su pasado medieval se siente en cada uno de los rincones de la villa. Sus calles empinadas conducen por estrechas callejuelas empedradas desde el barrio de Las Trampas hasta la iglesia del Salvador, en lo alto del cerro de Somosierra dejando a su paso palacetes, iglesias y casonas que transportan al visitante a otras épocas.

    Para completar la bella visita, en Sepúlveda se encuentra parte del Parque Natural de las Hoces del Río Duratón y la localidad acoge, en la Iglesia de Santiago, el Centro de Interpretación de las Hoces en el que se puede ver todo lo relacionado con el Parque Natural y con Sepúlveda.

  8. Sigüenza, Guadalajara

    La villa de Sigüenza, en la provincia de Guadalajara, guarda en sus edificios, plazas y calles el secreto del paso de los años desde tiempos de los visigodos hasta nuestros días. La ciudad fue declarada conjunto histórico artístico en 1965 y entre sus importantes monumentos destacan la catedral, auténtico y valioso museo, ya incluido en el Catálogo monumental de España y el castillo-palacio fortaleza, residencia de los obispos hasta mediados del siglo XIX.

    Entre las calles y plazas medievales destaca el Callejón de los Infantes, presidido por el Palacio de los Infantes, Las Travesañas, que comprenden las callejuelas de la parte de trazado medieval de la ciudad y que incluyen la Plazuela de la Cárcel, la antigua Plaza Mayor medieval, alrededor de la cual aún se conservan los edificios del antiguo Ayuntamiento, la cárcel y la Posada del Sol, la Plazuela de las Cruces; y el Barrio barroco de San Roque, en el que se sitúa La Alameda, o parque principal de la ciudad. Además destacan las iglesias como las de Santiago y San Vicente, románicas; su plaza Mayor, ordenada por el Cardenal Mendoza y una de las más típicas de Castilla; la Casa Municipal, el Palacio Episcopal, la pequeña ermita del Humilladero, los restos apreciables de los sucesivos recintos amurallados con algunas de sus puertas y torreones; sectores como la pequeña judería y la calle de las Travesañas.

  9. Trujillo, Cáceres

    La localidad cacereña de Trujillo es una bella ciudad medieval que ofrece a quienes la visitan un rico patrimonio histórico-artístico. Las silueta de sus torres, callejuelas, iglesias y fortaleza muestran la importancia histórica de una ciudad que se ha convertido en un importante centro turístico en Extremadura.

    La villa es famosa por sus monumentos, entre los cuales destacan el castillo -antiguo alcázar árabe-, la iglesia de Santa María del siglo XIII y la iglesia de San Francisco. Además, Trujillo cuenta con dos fiestas de interés turístico regional, el Chíviri y toda su Semana Santa.

  10. Valderrobres, Teruel

    Valderrobres, localidad de Teruel, sorprende al visitante nada más entrar a la villa cuyo acceso se hace por el puente medieval de San Roque, sostenido por arcos ojivales. Su entramado urbano está compuesto por callejuelas estrechas y sinuosas que ascienden en busca de los dos edificios más emblemáticos, hablamos del castillo del siglo XIV y la iglesia de Santa María la Mayor, del siglo XVI declarada Monumento Histórico-Artístico, cuya torre está comunicada por un corredor con el castillo.

    Existen multitud de edificios civiles reseñables: la puerta de San Roque o de los Leones del siglo XIV; el portal de Bergos del XIII-XIV o el edificio renacentista del XVI donde se ubica el Ayuntamiento donde destaca una gran galería aragonesa de arcos de medio punto declarado Monumento Nacional.

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