Las escaleras antiguas más bellas y originales del mundo
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Las escaleras antiguas más bellas y originales del mundo

Son obras maestras de la arquitectura, arriesgadas en su tiempo. Estas espirales compensan el esfuerzo. Y no olvides la cámara

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Son obras maestras de la arquitectura, arriesgadas en su tiempo. Estas espirales compensan el esfuerzo. Y no olvides la cámara

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  1. Castillo de Chambord, Valle del Loira (Francia)

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    Las escaleras plantean una pregunta esencial en cualquier viaje: ¿subimos al mirador?, ¿merece la pena el esfuerzo? Ese planteamiento nos lleva a menudo a despreciar vistas asombrosas o bien a perdernos la belleza del camino, de la escalera en sí misma. Con la ayuda de Atlas of Wonders, hemos reunido una decena de escaleras que merecen ser miradas con detenimiento.

    La primera de ellas es la escalera de doble hélice del Castillo de Chambord (1519–1539), en el Valle del Loira. Es una de las obras maestras del Renacimiento francés.

    La escalera consta de dos hélices idénticas entrelazadas, cada una de ellas con una entrada distinta al mismo nivel, y un hueco común que distribuye la luz que entra por la linterna superior. Dos personas pueden subir por las hélices opuestas sin encontrarse, aunque sí verse en algunos tramos.

    Se cree que la escalera fue diseñada por Leonardo da Vinci, que estuvo al servicio del rey que mandó iniciar la construcción del castillo, y realizó para él varios proyectos arquitectónicos, incluido uno para Chambord. Sin embargo, hay muy poca documentación acerca de la construcción del castillo, y nada es seguro acerca del autor de la escalera.

  2. Torre del Mangia, Siena (Italia)

    Steve Jurvetson

    Fue construida entre los años 1338 y 1348, en la Piazza del Campo, una de las estampas más reconocibles de Siena (Italia). Tiene 88 metros de altura; paredes de unos tres metros de espesor, y una escalera de caracol de unos 400 escalones (aunque en este punto pocos turistas se ponen de acuerdo: hay quien suma hasta 500). El nombre de la torre procede de su primer guardián, Giovanni di Balduccio, apodado Mangiaguadagni por su tendencia a gastar todo su dinero en comida. El diseño es una obra de los hermanos Francisco y Minuccio Arezzo Rinaldo, bajo la dirección de Agostino di Giovanni. El reloj se instaló posteriormente, en 1360. La entrada cuesta 8 euros.

  3. La escalera imposible: Castillo de Hartenfels, Alemania

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    La ciudad de Torgau es un monumento al espíritu de reforma de Lutero. Allí se encuentra el Castillo de Hartenfels, una obra maestra en una de las más bellas ciudades del renacimiento de Alemania. Allí se halla la primera iglesia protestante que se construirá en Europa. Otro de los elementos destacados del castillo es la imponente escalera de caracol que, cuando se construyó (obra del arquitecto Konrad Krebs), en 1537, se consideraba imposible porque no tenía ningún pilar central de apoyo.

  4. Convento de Santo Domingo de Bonaval. Santiago de Compostela

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    La iglesia, del S. XIV, es de estilo gótico con reminiscencias románicas. Consta de tres naves separadas por arcos de medio punto y una estilizada capilla mayor con altas ventanas y bóveda de crucería. El convento, del siglo XIII, tiene diferentes estilos. Fundado según la tradición en 1220 por Santo Domingo de Guzmán, el edificio actual data del siglo XIV en sus partes más antiguas, con reformas y ampliaciones realizadas en el siglo XVII por Domingo de Andrade, que deja su huella barroca en el convento. En 1912 fue declarado Monumento Nacional. Sus dependencias albergan el Museo do Pobo Galego, en donde se conserva la memoria etnográfica de Galicia. A las distintas salas -dedicadas al mar, la agricultura, los oficios artesanales o el traje gallego- se accede a través de la sorprendente triple escalera de caracol de Domingo de Andrade, obra emblemática del barroco compostelano.

  5. The Monument, Londres

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    El Monumento al Gran Incendio de Londres ( The Monument) fue construido entre 1671 y 1677 para recordar el Gran Incendio de Londres (1666) y celebrar la reconstrucción de la ciudad. A través de una estrecha escalera de caracol de 311 escalones se puede llegar hasta la cima para disfrutar de las vistas de la zona de Tower Bridge. La entrada cuesta 3 libras, aunque forma parte de las visitas incluidas en el London Pass.

  6. Abadía de Melk, Austria

    Martin Haesemeyer

    La Abadía de Melk es uno de los monasterios cristianos más famosos del mundo, una abadía benedictina situada en Melk, Austria. En su interior se halla una de las escaleras más famosas del mundo. La ideó y construyó el arquitecto austriaco Jakob Prandtaauer. La espiral conduce hasta la sala del Emperador y la biblioteca, donde se guardan incunables y ejemplares de gran belleza y valor. Por esta escalera paseó Adso de Melk, uno de los personajes centrales de la novela «El nombre de la rosa» de Umberto Eco. Precio de la entrada: 10 euros.

  7. Rampa del Ayuntamiento de Ginebra (Suiza)

    Fabian Heusser

    El palacio municipal que se encuentra en pleno casco histórico de la ciudad es asimismo centro de la vida política de la urbe. Es sede del gobierno del Cantón de Ginebra. El edificio alberga especialmente la famosa sala Alabama en la que tuvo lugar la primera Convención de Ginebra, hora de nacimiento de la Cruz Roja Internacional. La rampa monumental, enlosada que rodea el edificio completo es, sin lugar a duda, el elemento más original de este palacio municipal: fue construida entre 1555 y 1578 por Pierre Desfosses y permite, gracias a su construcción exenta de ángulos agudos, acceder a los pisos superiores tanto a pie como montando en caballo.

  8. Palacio Barberini, Roma

    Riccardo Cuppini

    El Palazzo Barberini, en Roma, lo construyó en el siglo XVII la familia Barberini. Es una de las dos sedes de la Galería Nacional de Arte Antiguo y el Istituto Italiano di Numismatica. Están representados Rafael, Tiziano, el Greco, Caravaggio, Tintoretto, Holbein el Joven, Guido Reni y muchos otros artistas de primera fila. Es uno de los palacios más imponentes del período barroco. Lo inició en 1625 Carlo Maderno, ayudado por Borromini, y lo terminó en 1633 Gian Lorenzo Bernini. De Bernini es la escalinata, y de Borromini la escalera elíptica bajo el pórtico.

  9. Casa de la Reina, Parque de Greenwich, Londres

    Jack Malvern

    La Casa de la Reina fue construida en 1616 por el arquitecto Iñigo Jones para el rey Jacobo I, como casa para su consorte, Anna de Dinamarca. Sin embargo, la reina murió antes de que se terminara la villa. Las obras de construcción se suspendieron y se volvieron a empezar un decenio más tarde por el rey Carlos I. La que vemos es una de las primeras escaleras en espiral geométrica en Gran Bretaña. La balaustrada de hierro se decoró con flores. Aunque se la conoce como «Escalera del tulipán», se piensa que en realidad son flores de lis, el emblema de la familia Borbón de la que la reina Enriqueta María (esposa de Carlos I) era miembro. La escalera no posee un soporte central. Sus peldaños se encuentran en voladizo y apoyados desde las paredes.

  10. La Giralda, Sevilla

    a. gonzález-alba

    La Giralda es uno de los monumentos-símbolo de Sevilla. Este minarete de estilo almohade fue construido por los moros entre 1184 y 1197. Medía entonces 76 metros. En 1586, tras la reconquista, se añadió el campanario, con lo que se llegó a los 100 metros. Desde 1928 es Patrimonio Nacional, y desde 1987, Patrimonio de la Humanidad. La torre de la Giralda tiene 35 rampas lo suficientemente anchas como para permitir que el encargado de convocar a la población a la oración pudiera subir por ellas montado a caballo y un tramo final de 17 escalones para acceder al nivel de campanas que es la zona visitable de la misma.

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