Pastores por un día y otras siete grandes ideas de agroturismo
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Pastores por un día y otras siete grandes ideas de agroturismo

Un paso más allá del turismo rural. Ahora no solo se trata de descansar en el campo, sino de participar de sus actividades

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Un paso más allá del turismo rural. Ahora no solo se trata de descansar en el campo, sino de participar de sus actividades

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  1. Pastor por un día

    Escapar del tumulto de la gran ciudad y refugiarse en algún hotelito recóndito en pleno campo es para muchos una necesidad. Sin embargo, dedicarse únicamente a ver la vida pasar sin empaparse de las costumbres del lugar ya no se lleva. Ahora lo interesante es sumergirse de lleno en la cultural local y tomar parte en el día a día de sus habitantes: esquilar una oveja, aprender a elaborar queso, participar en el cuidado del huerto, aprender a trabajar la cerámica, etc.

    Es el llamado agroturismo, una escisión del turismo rural que promete aportar al viajero una visión de 360 grados sobre el entorno donde pasa sus vacaciones. El turista tiene la oportunidad de participar en actividades agrícolas, ganaderas, gastronómicas y artísticas, por lo que la experiencia es todo un aprendizaje. Se trata de ir más allá de la clásica excursión por los alrededores, algo que demandan cada vez más los viajeros inquietos que no quieren perderse ni un solo detalle de lo que les rodea.

    Pastor por un día

    Cambia el traje de chaqueta y la corbata por el modesto zurrón del pastor. Atrévete a ponerte al mando de un rebaño de mil ovejas gracias a una experiencia turística que tiene el entorno campestre como contexto. Entre las provincias de Soria y Zaragoza, la empresa Pastores por un día se encarga de organizar rutas para todos los que quieran conocer un oficio con una amplísima tradición.

    Dominar el rebaño con el habla o coordinar tu trabajo con un mastín serán tus nuevas tareas. Esta actividad resulta perfecta para las familias con niños, que seguro que disfrutan rodeados de animales. Si eres demasiado urbanita, es posible que te cueste adaptarte al principio, pero superado el choque inicial, la aventura del pastoreo te proporcionará un bello recuerdo. Se trata de una oportunidad perfecta para volver a la raíces del hombre, que después de cazador se hizo ganadero y agricultor.

  2. Elaborar quesos

    Una imagen del Molino de Tresgrandas, cerca de Llanes
    Una imagen del Molino de Tresgrandas, cerca de Llanes

    Aprender a hacer queso o requesón está al alcance de todos los que quieran acercarse a Art Rustic, un conjunto de casas rurales situado en la aldea de Anroig, en el municipio de Xert. Estos talleres son el complemento perfecto a una estancia en este rincón de la provincia de Castellón, donde se disfrutará de la tranquilidad del campo y de la cercanía de las playas de Vinarós.

    Pero éste no es el único alojamiento donde los huéspedes podrán adquirir este lácteo conocimiento. En el hotel rural asturiano el Molino de Tresgrandas, a 20 kilómetros de Llanes, también organiza ciclos en torno a este manjar, mientras que los amantes de la variedad Idiazábal tienen una cita en la quesería Atxarte, en pleno Parque Natural de Urkiola, en la localidad de Abadiño (Vizcaya) . No obstante, el lugar donde los más queseros se encontrarán a sus anchas es Trujillo (Cáceres), donde se celebra la Feria Nacional del Queso.

  3. Cuidar a los animales de granja

    Las granjas, para niños y mayores, son un nuevo destino turístico
    Las granjas, para niños y mayores, son un nuevo destino turístico

    Si de pequeño te perdiste la experiencia de visitar una granja-escuela, no creas que si vas ya mayor el ambiente va a perder encanto. Una granja suele aparecer en la mente de los más profanos como un lugar ruidoso, sucio o maloliente. Evidentemente, no es un hotel de cinco estrellas, pero si sientes la llamada de la naturaleza te encontrarás a tus anchas entre cerdos, gallinas, conejos, cabras, etc.

    Existen multitud de alojamientos por toda España que promueven el turismo sostenible basado en la ganadería ecológica. El Rincón de los Cerezos es una finca ubicada en el municipio de Berzocana, en la comarca cacereña de las Villuercas y ofrece al turista participar de lleno en el día a día de la explotación ganadera. Otro rincón excepcional es el Reitoral de Chandrexa, en la Ribeira Sacra, del lado de Orense, cerca de Parada do Sil, con un catálogo de actividades emocionantes, como cuidar a los caballos.

  4. Gastronomía cercana

    hostal rural gartxenia

    ¿Te imaginas que los ingredientes que componen tu plato hubieran recorrido una distancia de menos de 100 kilómetros? El movimiento «Slow Food» va más allá del turismo gastronómico. Tal y como afirma, Koxko Goñi, propietario del Hostal Rural Gartxenia, «es un estilo de vida basado en alimentos de proximidad, sostenibles y sanos». Este movimiento se ha hecho fuerte en Navarra, donde varios establecimientos, desde bodegas hasta granja-escuelas, se han unido para fomentar el mercado local y la producción tradicional.

    «Nadie pone en duda que las gambas de Huelva son estupendas, pero traerlas hasta aquí supone un gasto de recursos y mucha contaminación», comenta Goñi, que se pregunta «¿por qué voy a traerlas de allí si las tengo aquí mismo, en San Sebastián?». Es una cuestión de educación, que es la base del «Slow Food»: «Estamos acostumbrados a los tomates lisos, perfectos, sin un defecto, sacrificando el sabor», comenta el responsable del Hostal Rural Gartxenia.

  5. Hacer vino o sidra

    El Vinobús, en La Rioja
    El Vinobús, en La Rioja

    Varias denominaciones de origen vinícolas han organizado rutas en las que se ofrece al viajero experiencias singulares relacionadas con el mundo del vino. La Ruta del Vino de La Rioja propone, entre otras muchas posibilidades, la opción de subirse al « Vinobús», un bus turístico con parada en varias villas y bodegas para realizar degustaciones y catas. Ojo, mejor reservar a través de la página web. Salida, los sábados, a las 9.50 horas en Logroño.

    Si prefieres la sidra, Turismo de Gijón ofrece de forma puntual jornadas en colaboración con alguna sidrera de la zona para implicarse desde el principio hasta el final: desde acompañar a los «llagareros» a recoger las manzanas hasta fabricar tu propia sidra y llevártela a casa. Si te quedas con ganas de conocer algo más sobre la historia de esta riquísima bebida, el museo de la sidra es una visita obligada.

  6. Cuidar el huerto

    Hotel Ellauri, en Vizcaya
    Hotel Ellauri, en Vizcaya

    Los alojamientos rurales con huertos ecólogicos no son una novedad, pero ahora es el turista es que el cultiva las hortalizas y recoge los frutos durante su estancia. A lo largo y ancho de la geografía nacional existe un elevado número de casas y villas campestres con huerto en las que la autenticidad se da la mano con la pedagogía y sirve de reclamo al estrés de la gran ciudad. Un ejemplo es el Hotel Enoturismo Mainetes y Casa Rural Rosendo, situado en el municipio Fuente Álamo (Albacete), que desde hace una década cultiva productos ecológicos con abono orgánico.

    Otro lugar donde el huerto cobra un protagonismo especial es Ellauri Hotela. En esta casa localizada en el pueblo de Zeanuri (Vizcaya), los clientes conocerán el verdadero significado del agroturismo a través del desarrollo de tareas en el huerto, cubriendo todo el proceso. Los que acudan a este hotel podrán adecuar el terreno donde se plantarán desde tomates hasta pimientos. Por supuesto, también se puede tomar parte de la recolección.

  7. Fabricar objetos decorativos

    La Quinta de la Foncalada
    La Quinta de la Foncalada

    Irte de vacaciones y decorar tu casa con souvenirs comprados en los lugares que visitas es algo común. Pero si estos complementos son fabricados por tus propias manos se convierten en algo completamente exclusivo. Dale rienda suelta a tu vena más artística haciendo un curso de cerámica como el que te ofrece La Quintana de la Foncalada, en la parroquia rural de Argüeru, en el Concejo de Villaviciosa (Asturias).

    Quizá tengas más futuro como alfarero que como hombre de negocios. Desde luego, la alfarería puede ser una actividad de lo más relajante. La Fábrica es un conjunto de casas situado en el pequeño pueblo alicantino de Agost que monta cursos con torno tradicional y también para hacer murales decorativos. En Mas Masaller, una masía del siglo XIII emplazada en La Bisbal (Girona), la cerámica catalana es un entretenimiento para toda la familia. Llévate a casa tu propio reloj, cuadro o salvamanteles hecho con cerámica.

  8. Elaborar postres caseros

    Si lo tuyo es el dulce, aprender a hacer postres como cuajada, licores o miel de la mano de los verdaderos expertos te encantará. En la Casa Ongi Etorri, en pleno corazón navarro, tienen un rebaño de ovejas latxas que dan la leche con la que tú mismo podrás aprender a hacer una genuina cuajada, y degustarla después, claro está. Para ponerle el punto y final a una copiosa comida, nada mejor que un chupito de licor. En la Casa Maricruz, también en Navarra, te enseñan a preparalos, y también a hacer requesón, mermelada o paté.

    Para disfrutar de la miel hay que hacerse amigo primero de las abejas, que hacen posible que este dulce elemento llegue hasta nuestra mesa. Experimentar en primera persona la apicultura es una actividad que combina belleza y riesgo. La historia de este cuidadoso arte llega al viajero a través de El Corralón, un espacio en Niao, una población asturiana en plena Comarca de la Sidra. En su colmenar el proceso artesanal de la extracción de la miel será toda una revelación. Otro lugar donde realizar un teórico-práctico taller de apicultura es La Alquería de Valverde, en Zarzuela de Galve ( Guadalajara).

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