Las más asombrosas cuevas del mundo
Gruta del Lago Azul - SESCSP

Las más asombrosas cuevas del mundo

Un paseo por diez grutas para adentrase en las profundidades de la Tierra y descubrir sus tesoros ocultos

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Un paseo por diez grutas para adentrase en las profundidades de la Tierra y descubrir sus tesoros ocultos

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  1. Cueva del Lago Azul (Brasil)

    Gruta del Lago Azul
    Gruta del Lago Azul - SESCSP

    En la región brasileña del Mato Grosso, en el municipio de Bonito, se esconde la Gruta del Lago Azul, una espectacular cueva con una gran variedad de formaciones geológicas y un lago que se estima puede tener 90 metros de profundidad y un color de un profundo azul. Al medio día de diciembre y enero el sol llega hasta el lago y el azul rebota por las paredes de la cueva convirtiendo la visita en un verdadero espectáculo.

    Descubierta en 1924 por unos indios locales, no sería hasta 1992 cuando se hizo el mayor hallazgo. Un equipo de expertos buceadores encontraron miles de huesos de animales prehistóricos en el interior del lago, tigres dientes de sable y demás mamíferos gigantes de la era del Pleistoceno. Sin embargo no se ha hallado ningún vestigio de vida humana por lo que se cree que nunca nadie había accedido a su interior hasta el momento de ser descubierta.

    La dificultad del terreno y la bajada hasta el lago -unos 100 metros de profundidad- impide la entrada a menores de cinco años y obliga a ir equipado con ropa cómoda y calzado deportivo.

  2. Cueva de los Cristales Gigantes (México)

    El desierto mexicano de Chihuahua guarda bajo tierra, a 300 metros de profundidad, en las minas de Naica, unas asombrosas formaciones de cristales gigantes, los más grandes descubiertos en el planeta. Llegan a medir hasta 13 metros y pesan más de 55 toneladas.

    Estos cristales se formaron por el flujo de agua que anegaba la cueva hasta que en 1975 fue drenada para explotar la mina -de plomo y plata- y se fue disolviendo el sulfato de calcio creado por magma caliente procedente de las profundidades de la Tierra que quedó allí atrapado hace 600.000 años.

    De las cámaras que alojan estos cristales, únicamente la denominada Cueva de los Cristales está abierta al público. No se puede acceder a la cámara con formaciones de mayor tamaño, ya que su temperatura es sumamente elevada.

  3. Gruta de Jeita (Líbano)

    En el valle de Nahr al-Kalb, en la localidad de Jeita, a 18 kilómetros al norte de la capital libanesa de Beirut, está la gruta de Jeita, un conjunto de dos cuevas conectadas entre sí de piedra caliza cárstica, con una longitud total de aproximadamente 9 kilómetros.

    Aunque habitada en la prehistoria, la cueva inferior fue descubierta en 1836 y la misma solo puede ser visitada en pequeños botes, ya que se encuentra sumergida en los canales de un río subterráneo que abastece agua potable a más de un millón de libaneses.

    En 1958, espeleólogos libaneses descubrieron las galerías superiores de 60 metros por encima de la cueva inferior. Esas galerías han sido acopladas con un túnel de acceso y una serie de pasarelas para que los visitantes tengan el acceso seguro sin alterar el paisaje natural. La parte alta de esta cueva, posee la estalactita más grande del mundo, que al mismo tiempo está compuesta de una serie de divisiones que poseen picos de aproximadamente una altura de 120 metros.

  4. Grutas de Cacahuamilpa (México)

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    El Parque Nacional Grutas de Cacahuamilpa, en México, se encuentran las grutas de Cacahuamilpa. Descubiertas en el año 1834, las grutas están consideradas como unas de las más impresionantes del mundo. El visitante puede contemplar en su interior una interminable serie de figuras repartidas entre 2,5 kilómetros de túneles abiertos al público.

    El lugar, que fue habitado por tribus locales quienes utilizaban las cavernas para realizar ceremonias y cultos a sus dioses, tiene 90 salones iluminados artificial y naturalmente, cubiertas de estalactitas y estalagmitas. Estas formaciones naturales forman caras, rostros y figuras, como las vistas en los salones del chivo, del trono, la fuente, las palmas, la catedral.

  5. Algar do Carvao (Isla de Terceira, Portugal)

    Adentarse en las profundidades de un volcán es sin duda una de las experiencias más impactantes para un explorador. La cueva de Algar do Carvao, en el centro de la isla de Terceira en las Azores, es una cavidad de lava volcánica creada durante una erupción hace unos 2.000 años.

    Descendiendo unos cien metros en la tierra, el visitante puede acceder a través de una chimenea volcánica hasta el interior de las grutas llenas de estalactitas y estalagmitas formadas por depósitos de ácido silícico algo muy poco común en esta zona y contemplar una piscina de agua cristalina.

    La existencia de la cueva era conocida desde tiempos antiguos, pero la falta de luz en su interior y el peligro de una bajada vertical retrasó el primer descenso hasta 1893. En 1963 se realizó la primera inspección completa. Ahora, con el uso de sistemas de iluminación portátiles, ha aumentado la cantidad de personas que pueden examinar, de primera mano, las secciones más remotas y estrecho de la caverna.

  6. Cueva de Nerja (Málaga)

    Allan Psicobyte

    La Cueva de Nerja es una de las más impresionantes que existen en el mundo tanto por sus dimensiones como por los años de antigüedad. Descubierta en 1959, la «Catedral natural de la Costa del Sol» tiene abierta al público una superficie de unos 140.000 metros cuadrados dividida en tres grandes concavidades: las Galerías Turísticas, las Galerías Altas y las Galerías Nuevas.

    Hay que destacar los restos arqueológicos encontrados, útiles, fósiles y pinturas, ya que la cueva fue habitada desde hace 30.000 años, estando oculta los últimos 3.000, lo que ha permitido su protección. Pero lo más atrayente es la gran columna situada en la Sala del Cataclismo, con una altura de 60 metros y un diámetro de 18 metros. En 1961 fue declarada Monumento Histórico Artístico.

  7. Cueva de Altamira (Cantabria)

    La cueva de Altamira, en Santillana del Mar, Cantabria, es una cavidad natural en la roca en la que se conserva uno de los ciclos pictóricos y artísticos más importantes de la Prehistoria. Bisontes, caballos, ciervos, manos y misteriosos signos fueron pintados o grabados durante los milenios en los que la cueva de Altamira estuvo habitada, entre hace 35.000 y 13.000 años antes del presente. Estas representaciones se extienden por toda la cueva, a lo largo de más de 270 metros.

    La cueva de Altamira es relativamente pequeña y presenta una estructura sencilla formada por una galería con escasas ramificaciones y termina en una larga galería estrecha y de difícil recorrido.

    Desde su descubrimiento por un cazador en 1868 ha sido excavada y estudiada por los principales prehistoriadores de cada una de las épocas una vez que fue admitida su pertenencia al Paleolítico. Calificada como la «Capilla Sixtina» del arte rupestre, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985. Hace unos 13.000 años la entrada de la cueva se derrumbó sellando la entrada, lo que permitió la conservación de sus pinturas y grabados y del yacimiento arqueológico en sí.

    En 1917 se abrió la cueva al público en general pero tras numerosos estudios que señalaban el riesgo en la conservación de las pinturas se decidió clausurar la cueva y levantar en 2001 el Museo Nacional de Altamira con la reproducción más fiel que existe de la original y muy similar a como se conocía hace unos 15.000 años.

  8. Cuevas del Drach (Mallorca)

    Situadas en la costa oriental de Mallorca, las cuevas del Drach son cuatro grandes cuevas que se encuentran en la isla de Mallorca, en el municipio de Manacor. La cuatro grutas, -Negra, Blanca, Cueva de Luis Salvador y de los franceses-, se encuentran conectadas entre sí y se han formado por la acción de la entrada del agua del mar Mediterráneo, y algunos estudiosos consideran su formación podría remontarse al Mioceno que comenzó hace 23 millones de años y terminó hace 5.332 millones de años.

    Estas cuevas constituyen uno de los principales atractivos turísticos, y son, sin duda alguna, unas de las más destacables de la isla, ya que presentan un desarrollo horizontal cercano a los 2.400 metros de longitud y una profundidad, en su cota máxima de 25 metros bajo la superficie.

    Las cuevas esconden en su interior un gran lago subterráneo, el Lago Martel, considerado uno de los mayores de estas características del mundo con 177 metros de largo por 30 metros de ancho, donde se ofrecen diariamente conciertos de música clásica y se puede pasear en barca. .

  9. Las Grutas de Škocjan (Eslovenia)

    Las Grutas de Škocjan, en la región de Kras en el suroeste de Eslovenia, esconden en su interior hasta cinco kilómetros de pasajes subterráneos, con cuevas de más de 20 metros de profundidad y varias cascadas. La denominada Cámara Martelova es la mayor con 123 metros de ancho por 300 metros de largo y una altura de 146 metros en su zona más alta.

    Otro de los atractivos de la cueva es el río Reka que se vuelve subterráneo en el interior de esta cavidad fluyendo bajo tierra hacia el mar Adriático durante 34 kilómetros emergiendo en las inmediaciones de Mongalcone, lugar en el que se convierte en afluente del río Timavo.

    Las Grutas calizas de Škocjan con dolinas colapsadas, son uno de los mejores lugares del mundo para el estudio de los fenómenos kársticos un sistema de cuevas y están consideradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1986.

  10. Cueva del Diablo (Sao Paulo, Brasil)

    Estalactitas, estalagmitas, columnas de piedra que hacen volar la imaginación, así es la misteriosa Cueva del Diablo, en Sao Paulo una gruta de unos 6.000 metros de largo de los que solo 400 están abiertos al público en general. La entrada de la cueva, perfectamente acondicionada, se encuentra a 500 metros de altura. Escaleras, pasadizos y pasarelas iluminados artificialmente permiten el visitante transitar por los curiosos paisajes interiores donde no faltan las cortinas de piedra y las cascadas de agua.

    Se cree que aún pueden quedar miles de metros de corredores por descubrir y quien sabe si algún día algún intrépido espeleólogo se atreve a desafiar la leyenda que cuenta que este pasaje que conduce al centro de la Tierra se negó la entrada porque el diablo circula diariamente por él.

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