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Diez calas en España para desconectar y huir del bullicio

Pequeñas playas perfectas para ir en cualquier fecha

P. SANTAMARÍA

1

Cala Pilar, Menorca (Baleares)

Menorca, una de las islas más bonitas del archipiélago balear es un destino perfecto para visitar en pareja, familia o amigos. Combina visitas culturales con unas playas que poco tienen que envidiar al Caribe. Una de ellas es la cala Pilar, situada en un entorno virgen en el norte de la isla.

La playa está situada entre Ferreries y Ciutadella y se accede a ella por un camino rodeado de bosque por el que hay que caminar aproximadamente 30 minutos. Otra opción es llegar en barco y fondearlo cerca de la costa.

Este arenal, rodeado de naturaleza, se caracteriza por el color dorado rojizo de su arena y por su agua transparente casi cristalina que hace las delicias de los visitantes si no arrecia el Tramuntana, este viento es el peor enemigo de la cala ya que el oleaje dificulta el baño.

2

Cala del Moraig, Benitachell (Alicante)

La cala del Moraig, situada en la localidad alicantina de Benitachell, no es de las más pequeñas -tiene 500 metros- pero si se caracteriza por su belleza, agua y entorno. La playa de grava y con los servicios de un gran arenal -tumbonas y socorristas- es una recoleta cala de aguas transparentes que se encuentra a los pies de un impresionante acantilado.

Además de su atractivo para el baño, es un tesoro para los amantes del submarinismo ya que en ella se encuentra la Cova dels Arcs, una bella cueva acuática que es la salida al mar de un río subterráneo.

3

Cala del Moro, Peñíscola (Castellón)

Peñíscola, en Castellón, se encuentra en un punto privilegiado del Mediterráneo. Sus playas y su conjunto histórico artístico reúnen año tras año a cientos de turistas que durante el día descansan en sus arenales de aguas tranquilas y por la noche disfrutan del ocio y la gastronomía de la zona.

Fuera del ajetreo de sus largas playas se esconden calas como la del Moro en donde descansar rodeados de naturaleza en una zona protegida de la Costa del Azahar.

La playa, que no dispone de servicios, tiene una extensión de 46 metros de longitud y 14 de anchura y está cubierta de bolos. La temperatura del agua es agradable para el baño y el oleaje es moderado.

4

Cala de Torrent de Pareis, Mallorca (Baleares)

Con la llegada del verano, la isla de Mallorca se llena de visitantes en buscan de sol y playa. Hay arenales para todos los gustos, desde los más grande a las coquetas calas de aguas cristalinas. Uno de los lugares más impresionantes lo encontramos en un rincón de complicado acceso en el litoral de la costa de Tramuntana.

La Cala de Torrent de Pareis es una playa de grava y pequeños guijarros entre un cañón cárstico de tres kilómetros de longitud en un valle horadado durante milenios por la acción del agua sobre la roca. Sus paredes verticales alcanzan en algunos puntos los 200 metros de altura

Para alcanzar por tierra uno de los lugares más impresionantes de Baleares, donde la naturaleza sigue intacta, hay que superar un fuerte desnivel.

Más idílico resulta llegar en barco desde el puerto de Sóller, que se sitúa unos 30 kilómetros al oeste, bordeando la agreste costa norte de Mallorca.

5

Cala Tío Ximo, Benidorm (Alicante)

Benidorm es sinónimo de playa, sol y diversión en un entorno único con un clima privilegiado. Sus largas playas, muchas veces abarrotadas de bañistas, dejan paso a rincones donde el bullicio se transforma en silencio y la agitada vida de la ciudad se convierte en un remanso de paz.

Uno de los rincones privilegiados de Benidorm es la cala del Tío Ximo en el extremo este de la playa de Levante. Para acceder a ella hay que bordear la montaña del Rincón de Loix y adentrarse un kilómetro por carretera.

La pequeña cala, de bolos y roca, dispone en temporada de verano de un pequeño chiringuito y el baño es agradable gracias a la temperatura del agua y la arena sobre la que se pisa.

6

Cala el Pargo, en Salobreña (Granada)

La localidad granadina de Salobreña, en la Costa Tropical, guarda entre sus calles la tradición de un pueblo pesquero, amable y cercano donde cada año los turistas acuden a sus playas para disfrutar de un clima excepcional y buenos servicios. Pero también cuenta con recónditas calas solitarias, como el Pargo ideal para aquellos que buscan tranquilidad.

Esta maravillosa cala de pizarra y piedra, perdida entre caminos pedregosos, es muy original porque tiene dos salidas al mar en forma de un pasillo, formada por una gran roca que divide la cala lo que la convierte en un lugar perfecto para la práctica del buceo.

7

Cala El Mago y Portals Vells, Mallorca (Baleares)

La costa de Mallorca cuenta con magníficos paisajes donde disfrutar de la naturaleza al aire libre. Dos ejemplos de ellos son la cala del Mago y Portals Vells. Ambas playas están comunicadas entre si y sus características son similares con la diferencia que en la primera se permite el nudismo mientras que en Portals Vells no.

Esta última es conocida por su «cueva» con una longitud de aproximadamente unos 80 metros de largo por unos 60 de ancho, de donde se extrajeron las piedras para construir la catedral de Santa María de Palma de Mallorca. Por su parte el Mago es una de las calas más bonitas de la isla gracias a su arena dorada y aguas cristalinas de color turquesa.

8

Playa de Mataleñas, Cueto (Santander)

Santander combina playas, paisaje, naturaleza, gastronomía y cultura y es en verano cuando más turistas recibe la ciudad cántabra. Entre Cabo Menor y Cabo Mayor, ocupando una cala entre altos acantilados se esconde una de las playas de más belleza de España, se trata de la playa de Mataleñas.

La Playa de Mataleñas, de unos 125 metros y frecuentada por familias, es de arena fina y dorada y está bañada por limpias aguas. Dispone de un agradable paseo marítimo y su acceso se realiza a pie por una empinada escalera con más de ochenta peldaños.

9

Cala El Frailecillo, en Conil de la Frontera (Cádiz)

La cala del Frailecillo es un apacible arenal rodeado de pinos, solitaria y resguardada del viento de levante en la no menos tranquila localidad gaditana de Conil de la Frontera un pueblo blanco de pescadores a la orilla del Océano Atlántico, en la Costa de la Luz.

La cala del Frailecillo es la última de las Calas de Poniente, y la más pequeña, a la que se accede a pie y donde la práctica del nudismo es habitual además cuenta con unas rocas que favorece la pesca con caña.

Noche en Conil de la Frontera desde 65 euros por persona y noche en AD en hotel de 3 estrellas.

10

Cala Estreta, Palamós (Gerona)

En la Costa Brava, concretamente en Palamós, se encuentra una de las calas nudistas más conocidas de España, hablamos de la Estreta, un bonito arenal de aguas cristalinas y arena dorada que se encuentra dividida en dos por una saliente denominado la Roja.

Esta cala, rodeada de naturaleza en estado virgen, presenta en los meses estivales un grado alto de ocupación a pesar de ser un arenal de difícil acceso al que se llega a pie tras una caminata de 20 minutos aunque son muchos los bañistas que acuden hasta la playa en embarcaciones de recreo que fondean cerca de la arena.

La cala, una de las más impresionantes de la Costa Brava, está en un entorno natural y no tiene ningún servicio.

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