Quince tentadoras playas de agua dulce en España
Vista aérea del embalse de Alloz - turismo de navarra

Quince tentadoras playas de agua dulce en España

El mar no es imprescindible. Hay otras posibilidades con sol, playa y pueblos con encanto. He aquí nuestra selección

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El mar no es imprescindible. Hay otras posibilidades con sol, playa y pueblos con encanto. He aquí nuestra selección

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  1. Embalse de Alloz, Navarra

    Vista aérea del embalse de Alloz
    Vista aérea del embalse de Alloz - turismo de navarra

    El embalse de Alloz, entre los municipios de los Valles de Yerri y Guesálaz, se construyó en 1930. Es el segundo embalse en importancia de Navarra, después de Yesa. Se trata de un lugar fantástico para disfrutar de los deportes náuticos (paseos en barco de vela, visita en piragüa, paddle surf e iniciación al windsurf), la pesca, el baño, o para dejar pasar la vida junto a este «mar» de agua alimentado por el río Salado.

    En los ríos de Navarra hay zonas de baño. Estas: la balsa de la Morea, en Beriáin; «La Presa», en el río Esca, en Burgui; «La Presa», en el río Aragón, en Carcastillo; «La Pileta», en el manantial de agua salada de Estella; «Pieza Redonda», en el embalse de Alloz, en Lerate (Guesálaz); el barranco de la Foz de Benasa, en Navascués; el río Anduña, en Ochagavía; la balsa El Pulguer, en Tudela; el río Uztárroz, en la localidad del mismo nombre, y el lugar «La Central», en el río Urederra, en Zudaire.

  2. Embalse de Orellana, Badajoz

    La playa de Orellana, reconocida con la bandera azul
    La playa de Orellana, reconocida con la bandera azul - turismo de extremadura

    Extremadura tiene el honor de ceder sus tierras a tres de los principales ríos de la hidrografía española: el Tajo, el Guadiana y el Guadalquivir. Por eso, y aunque pueda parecerlo, no es extraño que bañe de agua parte de su oferta turística.

    Especialmente, desde que presume de la primera playa con bandera azul lejos de la costa. Un honor que le pertenece al embalse de Orellana La Vieja, en Badajoz, una playa equipada con todo lo necesario para pasar un auténtico día de playa: arena, césped, chiringuitos, sol y mucha agua.

    Además, ofrece un gran surtido de deportes acuáticos para los más activos, desde la vela al piragüismo, en un paraje único que te hará olvidar lo lejos que está el mar.

    [Relacionado: en Extremadura sí hay playa]

  3. Embalse de San Juan, Madrid

    embalse de san juan

    A finales de los 80, el grupo de Los Refrescos cantaba aquello de «Aquí no hay playa». Sin embargo, Madrid cuenta con una buena alternativa a las escapadas de fin de semana a la costa: el Pantano de San Juan.

    No solo es un paraje único para practicar cualquier tipo de deporte acuático, con o sin motor, sino que ofrece la oportunidad de darse un buen chapuzón y huir del calor madrileño.

    Por otro lado, los que prefieran matenerse secos tienen a su alcance un gran número de actividades, incluida la escalada deportiva.

    [Relacionado: las mejores azoteas de la noche de Madrid].

  4. Arenas de San Pedro, Ávila

    turismo ávila

    En la Sierra de Gredos, dos piscinas naturales hacen las delicias de mayores y pequeños gracias a sus aguas cristalinas, por las que se pueden ver las truchas mientras te das un buen baño.

    Con mayor o menor profundidad, son perfectas para disfrutarlas en familia. Eso sí, sus aguas frías son solo aptas para los más valientes, ya que provienen del deshielo.

    La zona dispone de duchas, merenderos e incluso trampolines para exprimir la jornada lo máximo posible.

  5. Lago de Sanabria, Zamora

    za felmar

    En el Parque Natural de Sanabria, en la provincia de Zamora, está el lago de origen glaciar más grande de la península, y uno de los más grandes de europa.

    Un lugar rodeado de robledos que ofrece varias playas artificiales de arena y piedras en las que disfrutar de un chapuzón refrescante. La más grande es Custa Llago, en el extremo oeste del lago; pero en el sureste hay otras muchas como Los Arenales de Vigo, Los Enanos, El Pato o El Folgoso, todas ellas de arena y piedra, con zonas de hierba y muchos árboles.

    Además, en Sanabria se puede practicar el buceo, la vela o incluso el windsurf; aunque sin duda el deporte más popular en sus aguas es el piragüismo.

  6. Lagunas de Ruidera, Ciudad Real

    lagunas de ruidera

    En el corazón de La Mancha se encuentra El Parque Natural de Lagunas de Ruidera, una impresionante extensión de 30 kilómetros en el valle del Alto Guadina que se compone de 15 lagunas.

    Es conocida su valiosa diversidad biológica, pero las Lagunas de Ruidera son también un lugar en el que darse un baño refrescante en sus zonas acotadas para el baño, disfrutando así de sus aguas azul turquesa.

    Tomar el sol en la hierba mullida se alterna aquí con paseos en bicicleta o 4x4 por sus senderos. Un paraíso en el que descansar del trabajo y las obligaciones diarias.

  7. Fuentes del Algar, Alicante

    fuentes del algar

    Un recorrido de cuento es el que forman las Fuentes del Algar, un espacio declarado Zona Húmena Protegida situado a pocos kilómetros de Benidorm, y que supone una visita turística imprescindible.

    Cascadas, manantiales que surgen de las rocas, remansos de agua cristalina conocidos como «tolls» en los que darse un buen baño... El río Agar, que significa «cueva» en árabe, ofrece este espectáculo único que te alejará de las playas mediterráneas.

  8. Playa Valdearenas, Andalucía

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    Entre Córdoba, Málaga y Granada comparten el Pantano de Iznájar, también conocido como el Lago de Andalucía. Situado en el cauce medio del río Genil, este pantano esconde uno de los secretos mejor guardados de la Comunidad: la Playa de Valdearenas.

    Un arenal diferente de las playas costeras andaluzas, en el que practicar deportes náuticos, la pesca o incluso poner a prueba la adrenalina con un vuelo en parapente.

  9. San Nicolás del Puerto, Sevilla

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    Quizá no tenga ni arena ni olas, pero San Nicolás del Puerto, en la Sierra Norte de Sevilla, disfruta de otros elementos propios de una buena playa: chiringuitos y sombrillas.

    Unas compuertas retienen el agua del río Galindón para ofrecer a los sevillanos de su playa particular, con unas aguas limpias y frescas en las que las altas temperaturas veraniegas pierden su fuerza.

  10. Pantano González Lacasa, La Rioja

    Club Naútico El Rasillo

    La Rioja también disfruta de su propia playa gracias al Pantano González Lacasa, también conocido como el Pantano de El Rasillo gracias al club náutico del mismo nombre que está en su orilla.

    El embalse, rodeado de extensos pinares, se encuentra en el valle alto de Iregua, a mil metros de altitud, pero eso no impide que disponga de todas las infraestructuras necesarias para disfrutar de un buen día playero; ya que el Club Naútico El Rasillo cuenta con restaurante, terraza, vestuarios y duchas, embarcadero y plataformas flotantes con tobogán y trampolín.

    Además, este embalse celebra anualmente una competición de traineras bajo el nombre Bandera de la Rioja, la única de estas características que se produce en agua dulce.

  11. La Fontcalda, Tarragona

    calafellvalo

    Juanto al Santuario de Fontcalda estan unas pozas cargadas de historia, ya que fueron uno de los centros termales de peregrinaje a mediados del siglo XIX, la Fontcalda.

    Un nombre que se mantiene hoy en día, y que se debe a la fuente termal de agua cálida en el río Canalete, quien nutre de agua a estas piscinas naturales. Un lugar ideal para los más frioleros, ya que el agua de este manantial puede llegar hasta los 28 grados.

  12. Playa fluvial de Chaian, La Coruña

    Playa fluvial de chaian

    Apenas 10 kilómetros separan Santiago de Compostela de la playa de Chaian, un lugar mágico en el que puentes de madera unen pequeñas islas fluviales para disfrutar de un agradable paseo.

    Con gran cantidad de árboles a ambos lados del río, tiene abundante sombra, una zona de merendero, zona de voleibol, aparcamiento y una cafetería que solo abre durante el verano.

    Además, el Chaian es un lugar único para observar las aves, especialmente las garzas.

  13. Playa fluvial de Tapia, La Coruña

    siente galicia

    En el municipio de Ames, a menos de quince minutos del centro de Santiago de Compostela, se ubica un entorno natural idóneo para los deportes acuáticos y las jornadas de relax.

    Un pequeño embalse en el río Tambres, construido a continuación de un viejo molino, separa el caudal más agitado de un remanso de aguas calmadas, a la vera de un extenso césped en el que tomar el sol.

    En esta playa hay chiringuito, parrilla, e incluso una biblioteca al aire libre durante el verano; para disfrutar de un buen libro bajo la sombra de los árboles.

    Entre sus atractivos, cuenta con el Club Ribeiras do Tambres de piragüismo, que ofrece cursos tanto a niños como a los adultos.

  14. Puente del Arco, Asturias

    ayuntamiento de laviana

    El río Nalón, a su paso por el concejo de Laviana, deja un lugar especial en el que disfrutar de sus frías aguas en las tardes veraniegas asturianas.

    Se trata de Puente de Arco, una playa fluvial que cuidan, limpian y mantienen los propios vecinos; quienes durante generaciones han gozado de largos chapuzones en el mismo punto.

    Eso sí, la precaución es muy importante y se recomienda bañarse con calzado especial, ya que el fondo del río está cubierto de piedras.

  15. Playa de Landa, Vitoria

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    Conocida como «la playa de Vitoria», en Landa se encuentra el baño natural más cercado a la capital alavesa, ya que solo 17 kilómetros separan la urbe del embalse Ullibarri-Gamboa, en el que una superficie de 400 metros de longitud permite el baño.

    Equipada con duchas, aseos, aparcamiento, mesas y asadores; la playa de Landa cuenta con todas las comodidades necesarias. Incluso el fondo del embalse ha sido sustituido por piedra y gravilla que evita la presencia de algas.

    Al embalse se puede llegar en bici, gracias al carril especial que conecta directamente con Vitoria, y cuenta con tres lagos atrificiales en los que practicar piragüismo, remo, wind-surf y vela ligera.

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