Cinco direcciones donde probar helados artesanales de verdad
Helado de salmón, en Nossi-bé
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Cinco direcciones donde probar helados artesanales de verdad

Heladerías en cinco ciudades de España donde probar sabores originales con calidad garantizada

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Heladerías en cinco ciudades de España donde probar sabores originales con calidad garantizada

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  1. Heladería Nossi-bé, Bilbao

    Helado de salmón, en Nossi-bé
    Helado de salmón, en Nossi-bé

    En tarrina, cucurucho o en copa. La forma de comerlo es lo de menos. Lo que nos importa en verano es que esté fresquito, sea natural, cremoso y de sabor intenso. Y para tomar un helado especial no hace falta salir de España. Tenemos heladerías que los elaboran de manera artesanal, que nos transportan a otros países, creados con productos exóticos y originales e incluso algunos muy nuestros y aptos para celíacos, diabéticos etc. Lo difícil será decidir la combinación de sabores entre tantas opciones. ¿Compartirlo? Será más difícil todavía.

    Heladería Nossi-bé, Bilbao

    Con más de 100 años de historia, no es de extrañar que estos maestros heladeros hayan elaborado diferentes y originales recetas. Siempre de manera artesanal y mimando el producto, Esther Ortiz López, que ha aprendido el oficio de su padre, ha sabido conquistar al público más exigente. Desde helados sin glúten o sin azúcar hasta propuestas gastronómicas del más alto nivel como helados de salmón, de setas naturales o de aceite de oliva. Sin olvidar los sabores clásicos de yogur, chocolates, frutos secos e incluso batidos y granizados. Toda una vida dedicada al más fresco de los postres en la heladería más famosa de Bilbao, que curiosamente comenzó siendo un tostadero de café y bombonería. De aquella época queda aún hoy la decoración del local, que se funde con las técnicas heladeras más vanguardistas.

    Fuente: Guía Repsol.

  2. DelaCrem, Barcelona

    Que los italianos saben de helados, es indiscutible. Pero ya no es necesario viajar hasta el país de la bota para comerse uno. En DelaCrem es «cremoso» precisamente el adjetivo que mejor define a los helados que prepara Massimo Pignata en su heladería de la Ciudad Condal. Porque él conoce los secretos de la temperatura ideal que ha de darse al producto para que tome esa consistencia. Y es, ni más ni menos, que -12º. Aquí no se usan colorantes ni ingredientes artificiales ni aromas sintéticos. El helado de pistacho, uno de los sabores estrella, no es verde fluorescente y las cerezas, otro de los indiscutibles, se pelan a mano. Todo, todo, es artesanal, fresco y natural. Y no hay excusa para no comerse un helado, porque son bajos en grasa, aptos para celíacos y los sorbetes no contienen ningún derivado de origen animal.

    Fuente: Guía Repsol.

  3. Helarte, Costa Teguise, Lanzarote

    En esta heladería, enfrente del mar y con unas vistas envidiables, comerse un helado es algo más que refrescante. Es toda una experiencia. Llevan más de 10 años en la isla canaria y se han ganado el título de mejor heladería del archipiélago. Y no es para menos. Distribuyen en exclusiva productos del Grupo Alacant, al que pertenece Antiu Xixona, por lo que aunque no sea Navidad, nos costará resistirnos a un helado de turrón. Aunque viendo la extensa carta de sabores que ofrecen, seguro que más de uno visita Helarte en más de una ocasión. Los más pequeños se sentirán tentados entre los helados con sabor a piruleta o palomitas de maíz. Y los más tradicionales encontrarán su preferido entre clásicos como menta con fideos de chocolate, trufa o atreverse con el helado con gusto a cóctel San Francisco. Tras decidirnos, donde mejor sabe es en su terraza frente a la costa.

    Fuente: Guía Repsol.

  4. Gelateria Freskitto, Málaga

    José Antonio Romero, responsable de esta heladería malagueña (Calle Granada, 55) con nombre italiano, es uno de los mayores fans de los helados tradicionales. De hecho, ha recorrido toda Europa para formarse y aprender de maestros heladeros argentinos, italianos y alemanes para abrir su negocio en la capital andaluza. Pero su aprendizaje no termina ahí, ya que Romero sigue apostando por la innovación y ha representado a España en el Campeonato Europeo de Heladeros. Entre sus logros, ostenta orgulloso el segundo puesto en el Campeonato de España con su helado de crema catalana, uno de sus productos estrella, entre los que destacamos también uno muy querido por los malagueños: el de vino moscatel con pasas de Málaga, sin olvidarnos del de chocolate con Cuba o el de yogurt con fresas. Aseguran, además, que una tarrinita de helado artesanal como los que sirven en Gelateria Freskitto aporta solamente un 6% de materia grasa, para los que cuidan la dieta. ¿Nos comemos uno?

    Fuente: Guía Repsol.

  5. Heladería De Sandra, Madrid

    instagram / thisisnotabrand

    De gestión familiar, este pequeño local lleva refrescando a sus clientes en el centro de Madrid (Calle de Alcalá, 182) desde hace más de 20 años. La heladería, pequeña, sorprende por sus 60 sabores que, sin duda, atenúan mucho el calor sofocante de verano en la capital. Los asiduos a visitar De Sandra destacan el de mascarpone, tal vez porque Sergio de Francesca ha sabido encontrar la receta perfecta con un queso italiano que marca la diferencia y es ideal para todo tipo de postres así que ¿cómo no incluirlo en un helado? Otro que nos vuelve locos y que solamente si tenemos suerte encontraremos es el de trufa italiana o el de queso con naranja. Una parada obligatoria tras recorrer Madrid y antes de seguir descubriendo la ciudad.

    Fuente: Guía Repsol.

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