Diez playas cercanas para disfrutar en invierno
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Diez playas cercanas para disfrutar en invierno

Canarias tiene todo el año temperaturas suaves que permiten disfrutar de un paisaje volcánico original y de playas o calas sorprendentes

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Canarias tiene todo el año temperaturas suaves que permiten disfrutar de un paisaje volcánico original y de playas o calas sorprendentes

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  1. La Playa del Inglés, aprovechar a fondo La Gomera

    TURISMO DE CANARIAS

    La Playa del Inglés está considerada por muchos como la mejor de La Gomera, tanto para sus habitantes como para los turistas. Se encuentra en el municipio de Valle Gran Rey y servirá de base de operaciones para conocer mejor la isla.

    Cuando se llega a la playa, algunos se llevan la primera sorpresa ya que, como otras playas canarias, es de arena negra al ser de origen volcánico. No es muy grande, unos 400 metros de largo.

    Está salpicada de rocas y enclavada entre el mar y los acantilados. El lugar es de película. Aquí se puede acceder a pie, aunque hay una parada de guagua (autobús canario) municipal para las líneas 01, 05, 25, 32, 39, 61, 86 y 90.

    Es una playa idílica, pero hay que ser prudentes en el baño porque aquí el Atlántico bate fuerte y hay que tener cuidado con el oleaje. La falta de equipamientos y el escaso terreno propicio para edificar han contribuido a mantener su estado, casi virgen. También dispone de una amplia zona para practicar el nudismo. La tranquilidad aquí es absoluta.

    Fuente: Guía Repsol

  2. El Charco Azul, una piscina en el mar en El Hierro

    alberto garcía

    El Golfo es el nombre que recibe la costa de la isla de El Hierro, orientada hacia el Atlántico abierto. El Charco Azul se encuentra situado en medio del mismo. Es una playa única porque acoge una fantástica piscina natural formada por el propio oleaje del mar, algo que se puede ver en muy pocos lugares de Europa…

    Las dos piscinas naturales que componen el Charco Azul no son las únicas que permiten bañarse sin riesgo alguno en las aguas del Atlántico. Su atractivo es la espectacularidad del paisaje. Una parte de la piscina forma una pequeña cavidad, perfecta para protegerse del sol y del viento en caso necesario.

    El Charco Azul ha sido acondicionado para el visitante. Cuenta con protecciones frente al mar y con escaleras para facilitar el acceso, ya que se tiene que bajar al nivel de mar desde la costa, lo que puede llevar unos 20 minutos. Es un espacio público, por lo que su uso es totalmente libre y gratuito.

    Fuente: Guía Repsol

  3. Playa Papagayo, el embrujo de Lanzarote

    En el extremo sur de la isla, Playa del Papagayo es quizás la preferida por los lanzaroteños. Son siete kilómetros de calas situadas entre roquedales y peñascos. Después, se puede completar el viaje con una visita a otra maravilla de la naturaleza: el Parque Nacional de Timanfaya.

    Las aguas de Playa Papagayo fueron, en su momento, un fondeadero de pescadores. Hoy en día son una irresistible atracción: agua limpia, espacio para poner la toalla sin problemas y sol garantizado.

    Si se quiere andar un poco, es importante aprovechar la marea baja para poder ir de una zona a otra sin demasiadas dificultades. Puerto Muelas, ya pasada la Punta del Papagayo, cuenta con zona nudista y camping. Los amantes del trekking lo pueden usar como base para las rutas de senderismo en el Monumento Natural de los Ajaches.

    Fuente: Guía Repsol

  4. Maspalomas, la gran duna de Gran Canaria

    La playa de Maspalomas parece una porción del Sáhara que haya cruzado el Atlántico hasta Gran Canaria. Es una visión espectacular, muy difícil de ver en España. Esta zona, con dunas de arena que rompen en el horizonte, es uno de los destinos turísticos con más fama de Canarias.

    Todo está pensado para disfrutar del sol, del relax y del ocio en cualquier época del año. Muy cerca de estas dunas se encuentra la playa; una extensión de casi tres kilómetros de arena blanca y fina. A pesar de enfrentarse al Atlántico sin obstáculos naturales, sus aguas son tranquilas y permiten el baño durante todo el año.

    Su extensión y la cercanía a otras playas, como las del Inglés o Meloneras, situadas al otro lado del faro de Maspalomas, multiplican las posibilidades de la estancia.

    Fuente: Guía Repsol

  5. Playa Blanca, zona surfera de Fuerteventura

    Se trata de la playa más famosa de Fuerteventura y es el lugar que escogen muchos de sus habitantes para disfrutar del mar y del sol. Pero, sobre todo, les encantará a los surferos. Sus condiciones meteorológicas –sopla bastante viento– hacen de ella un lugar ideal para la práctica de deportes acuáticos como el windsurf.

    Esta zona también es famosa porque contó entre sus habitantes con un ilustre escritor español: don Miguel de Unamuno.Playa Blanca no es la única que pertenece al municipio de Puerto del Rosario. Hay otras playas, como El Matorral, Puerto Lajas o Los Molinos, que también disponen de todos los servicios necesarios.

    Sin embargo, Playa Blanca, que mide 875 metros de longitud, es la más frecuentada por los habitantes de la capital. Aquí se puede llegar cómodamente, incluso en autobús, con lo que se ahorra el alquiler de un coche. Una vez en la playa, es fácil acostumbrarse a su arena.

    Al estar en una zona abierta al Atlántico, sin barreras de por medio, es muy frecuente que los vientos levanten oleaje. Es precisamente este viento el que, en temporada, sobre todo en invierno, hace las delicias de los aficionados a deportes como el surf, el windsurf o el kitesurf. Si no se ha probado antes alguna de estas actividades, es una buena ocasión para hacerlo. Escuelas y cursos rápidos de iniciación hay de sobras.

    Fuente: Guía Repsol

  6. El Puertito, puerta de entrada a la Isla de Lobos

    FLiCKr / Cedricd

    El Puertito no es exactamente una playa. En realidad, es un conjunto de pequeñas calas al amparo de un diminuto embarcadero de pescadores que lo hace pintoresco y especial. Al ser un puerto natural protegido por rocas y arrecifes, sus aguas son muy tranquilas.

    Uno de los grandes atractivos de El Puertito, además, es que está enmarcado en el Parque Natural de la Isla de Lobos.

    La Isla de Lobos es un parque natural y debe su nombre a la población de focas monje, o lobos de mar, que antes recalaba en sus costas pero que ahora, desgraciadamente, ya no existe debido a la acción de los cazadores y pescadores.

    Es una zona de gran riqueza ornitológica y cuenta con flores autóctonas, como la siempreviva. Su fondo marino también es reserva natural. Los aficionados al submarinismo podrán disfrutar de una inmersión única.

    Es importante tener presente que para moverse entre las playas y la isla de Lobos y Corralejo en la costa de Fuerteventura, se tiene que hacer en barco. Para ello, existen tres embarcaciones de línea regular que están operativas entre las diez de la mañana y las cinco de la tarde.

    Así que se debe confirmar previamente el regreso desde Lobos para no quedarse en la isla, ya que esta no cuenta con plazas de alojamiento, tan sólo con una pequeña zona de acampada. Para pernoctar en ella hay que pedir previamente un permiso al cabildo (la entidad administrativa de Fuerteventura).

    Fuente: Guía Repsol

  7. Playa Grande, en el animado Puerto del Carmen

    FlICKr / palestrina

    Este puerto de pescadores se ha convertido, con el paso de los años, en una de las zonas turísticas más importantes de Lanzarote. Para muchos viajeros, Puerto del Carmen y sus playas, entre las que destaca Playa Grande, son el primer contacto con la isla.

    Esta es una opción ideal para aquellos a los que les guste disfrutar de unos días de sol y mar, rodeados de servicios y comodidades. Puerto del Carmen se encuentra a apenas diez minutos en coche del aeropuerto de Arrecife, por donde llega prácticamente todo el turismo a Lanzarote.

    Playa Grande, como su nombre indica, es la más extensa de Puerto del Carmen. Cuenta con más de seis kilómetros de litoral, apenas salpicado por algunos obstáculos rocosos. Por lo tanto, aquí no hay ninguna dificultad para encontrar el mejor lugar y aprovechar a fondo las horas de acción del suave y relajante sol invernal.

    Al igual que en las playas de Pocillos y Matagorda, la arena de Playa Grande es fina y dorada, algo que por estas zonas no es muy habitual. Es una playa urbana unida al paseo marítimo, lo que facilita el acceso también en casos de personas con movilidad reducida. En los últimos años, se ha convertido en una de las playas más visitadas de toda la isla.

    Fuente: Guía Repsol

  8. El Charcón, sabor a Fuerteventura

    Fuerteventura, la primera isla canaria en superficie de litoral, presume de tener las mejores playas del Atlántico. Un ejemplo es la zona de El Charcón, en El Cotillo, rodeada de un paisaje prácticamente virgen.

    El Charcón tiene más de trescientos metros de longitud y es una playa abierta, sin obstáculos. Se encuentra en la población de El Cotillo, que pertenece al municipio de La Oliva, algo alejado de las zonas más concurridas de Fuerteventura. Al pasear por esta playa, se puede apreciar cómo su fina arena dorada se mezcla con gravilla y piedra.

    El viento llega directamente del Atlántico, pero esto no impide que el baño sea relativamente cómodo. Al igual que en el resto de las playas de Fuerteventura, el oleaje es tranquilo. Una de las actividades preferidas de los turistas es pasear sin prisas por el agua mientras se toma el sol, algo muy relajante e imprescindible.

    Fuente: Guía Repsol

  9. Las Canteras, el pulso de Las Palmas de Gran Canaria

    Las Canteras marca como ningún otro lugar la personalidad de Las Palmas de Gran Canaria, las 24 horas del día, todos los días del año. Por eso es el sitio perfecto para planificar una visita a la capital grancanaria.

    Las Canteras es una playa urbana de grandes dimensiones, en la que todo el mundo, visitantes y locales, pueden encontrar su sitio.

    Debe buena parte de su encanto a la Barra de las Canteras, unos arrecifes que frenan el oleaje del Atlántico y permiten un baño tranquilo, incluso cuando, tras esta barrera, se observa un mar enrabietado. Cuando la marea baja lo suficiente, se puede acceder a la Barra sin problemas.

    En Las Canteras hay zonas muy diferenciadas. Si se quiere un ambiente más relajado y familiar, hay que ir a la Playa Chica. En Peña la Vieja y La Cícer, donde la Barra disminuye, se puede ver cómo decenas de surfistas se lanzan en busca de la ola adecuada para "montarla".

    Para conseguir una foto particular, conviene ir hasta el extremo sur de la playa. La zona de Los Muellitos ofrece una buena panorámica sobre Las Canteras y el vecino Auditorio-Palacio de Congresos Alfredo Kraus, obra de Óscar Tusquets. Al otro lado de Las Canteras, en La Puntilla, se divisa la escultura Juego del viento, obra de César Manrique.

    Fuente: Guía Repsol

  10. El Arenal, la playa de Tenerife menos conocida

    flickr /Kekoekoo

    Esta playa de arena negra y poco frecuentada permite conocer una de las zonas más interesantes del litoral de Tenerife y acercarse hasta San Cristóbal de La Laguna, una de las trece ciudades españolas Patrimonio de la Humanidad.

    La Playa del Arenal se encuentra entre Punta del Hidalgo y Bajamar, al norte de Tenerife. A esta zona se llega por un pequeño sendero que parte de la carretera, junto al Hotel Neptuno. A pesar de contar con una estación de autobús próxima y con un camping, no es una playa masificada.

    En invierno, su arena negra sirve de base de operaciones a decenas de amantes del surf, que se benefician del aumento de la fuerza del viento coincidiendo con el fin de la estación más cálida. La convivencia entre bañistas y surfistas es muy buena.

    En El Arenal, es aconsejable combinar la estancia con visitas a otras zonas vecinas, como las sorprendentes piscinas intermareales de Puerto Hidalgo y Bajamar. Son barreras levantadas mediante el uso de barandillas y muros que rompen la fuerza del mar y permiten bañarse con tranquilidad.

    Entre ambos puntos, se sitúa El Puertito, refugio para las pequeñas barcas de los pescadores de la zona, y el faro de Punta del Hidalgo. Este faro mide 50 metros de altura y llama la atención por la originalidad de su diseño: una flecha de hormigón blanco que apunta al cielo. Es uno de los faros más modernos de España, ya que entró en funcionamiento en 1994.

    Fuente. Guía Repsol

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