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Diez de las mejores calles de España para salir de tapas

La cultura del tapeo es una forma de vida en España. Pero en algunas ciudades, además, han surgido calles que son todo un escaparate de sabores. Elegimos cinco de las de toda la vida y cinco de las más nuevas

Alicia Arranz

Este jueves 21 de junio se celebra el Día Mundial de la Tapa, una celebración impulsada por la Asociación Saborea España, que tiene el objetivo de promocionar y poner en valor la tapa, un elemento característico de la gastronomía española, que atrae cada año a más de 11 millones de turistas a nuestro país.

1

Calle del Laurel, Logroño

Laurel, Logroño

Repletas de bares y restaurantes y cargadas de buen ambiente, algunas ciudades españolas atesoran calles que son en sí mismas auténticos destinos gastronómicos, puntos neurálgicos para el deleite de los «foodies». Las hay con muchos años de solera a sus espaldas, un símbolo en cada ciudad, mientras que otras están todavía forjando su fama, pero en todas reina por igual el mismo espíritu «disfrutón» en torno al placer del buen comer en la mejor de las compañías. Hemos elegido diez de esas calles, cinco de las clásicas y cinco de las nuevas.

Calle del Laurel, Logroño

Mítica y genuina hasta el punto de extender su nombre hasta abarcar las calles aledañas y cobijarlas bajo el mismo paraguas, la Laurel es una indiscutible meca del tapeo acompañado, como no podía ser de otra forma, de buenos vinos de Rioja . De ahí que se la conozca también como «la senda de los elefantes» puesto que quien se aventura en ella suele acabar «trompa». Aquí, mayoritariamente se ofrecen pinchos clásicos; incluso algunos bares están tan especializados que solo sirven una variedad, como es el caso del famoso Soriano, que solo hace el pincho de champis a la plancha con langostino. Eso sí, absolutamente magistral.

2

El casco histórico de San Sebastián, en plena ruta de los pintxos

31 de agosto, San Sebastián

En Donosti en realidad no existe una única zona de tapeo, pero sí que la de referencia es la que tiene a la calle 31 de agosto como eje, en el corazón del Casco Viejo. Su nombre evoca una efeméride triste como es la fecha en la que un pavoroso incendio arrasó la ciudad de San Sebastián en 1813 dejando a salvo muy pocas calles y entre ellas esta que ahora es lugar de peregrinación. A ambos lados de su trazado peatonal se suceden los bares uno tras otro, cada cual con un despliegue más espectacular en sus barras repletas de apetitosos «pintxos».

[Diez de los mejores bares de pintxos de San Sebastián]

3

Ambiente en un puente en la Calle Navas RAMON L. PEREZ

Navas, Granada

A los pies de la Alhambra, no es fácil elegir una sola calle en Granada para entregarse a la cultura del tapeo y además sin riesgo para el bolsillo puesto que por regla general, lo mismo que en toda Andalucía, están incluidas con las consumiciones que no suelen superar los dos euros o dos euros y medio. Entre los más aclamados (y concurridos) de esta calle están el Bar Los Diamantes, con setenta y cinco años de trayectoria y especializado en pescaíto frito.

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4

De tapas en el Barrio Húmedo de León

Plaza de San Martín, León

Antiguamente se la conocía como la Plaza de las Tiendas por el gran número de negocios que concentra pero ahora más bien podrían llamarse la «Plaza de los Bares», con lo que este es un punto de encuentro imperdible antes de seguir la ruta por el resto del Barrio Húmedo de León. La Taberna Los Cazurros, con una decoración típica leonesa, es conocida por la abundancia y calidad de sus tapas, algunas de ellas con los embutidos de la tierra como protagonistas.

5

Rua Do Franco, en Santiago de Compostela

Rúa do Franco, Santiago

A escasos metros de la Catedral de Santiago de Compostela y conectada directamente con la plaza del Obradoiro, «el Franco», como también se la llama, es otro festival de bares que son puros hervideros en los que se mezclan locales, turistas y peregrinos. Ya desde la Edad Media, esta calle reunía un buen número de tabernas y tascas en las que a día de hoy se sigue sirviendo lo mejor de la gastronomía gallega, como empanadas, embutidos y pulpo.

6

El Doble, en el número 58 de la Calle Ponzano de Madrid Maya Balanya

Ponzano, Madrid

La calle de Ponzano, en Madrid, es un ejemplo de espacio urbano especializado en dar gusto al paladar. Hay calles para «foodies» (término inglés que ha ganado fama y describe a los nuevos apasionados por la comida) en toda España que empiezan a forjar su propia historia, más allá de las clásicas zonas de tapeo. Señalamos algunas de ellas.

Ponzano, Madrid

Pocos pueden cuestionar que esta calle se ha posicionado en muy poco tiempo como una de las principales arterias «gastro» de la capital. Aquí se mezclan bares de tapas con restaurantes más o menos formales y, lo mejor: cada uno con un concepto bien diferenciado. Por ejemplo: Sala de Despiece recrea una carnicería; Lambuzo es una pequeña embajada de Cádiz; El Trajín es un bar de pinchos de autor mientras que La Contraseña pone el punto más «newyorker» en cuanto a decoración y eclecticismo.

7

La Granja Petitbó

Passeig de Sant Joan, Barcelona

Hasta hace no mucho, casi nadie le prestaba atención a esta amplia y bonita calle de fachadas modernistas a la Dreta de l’Eixample pero ahora cada vez más se escucha hablar de ella y de los locales que la jalonan. Baste citar el dato de que han abierto más de 45 locales aquí en los últimos dos años. Los hay de todos los tipos: para desayunar o tomar el brunch, como La Granja Petitbó; para alargar el aperitivo a base de vermuts o para divertirse mucho con las mezclas de influencias y el buen humor de Chicha y Limoná.

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8

El Almacén, en Valencia

Sueca, Valencia

Si hay un barrio que ha sabido reinventarse, ese es el de Ruzafa. De antiguo jardín de recreo árabe a barrio popular y obrero para terminar siendo un vecindario alternativo que marca tendencia en toda Europa. Entre galerías, estudios de diseñadores y tiendas de autor, todavía queda mucho espacio para bares, restaurantes y cafés con algo especial. Como Mälmo, que fue pionero en acercar a Valencia la gastronomía vegetariana de calidad, o El Almacén, donde se pueden probar originales tortillas de patata en formato coulant o patatas bravas en formato gofre.

9

Taberna Mahareta, en Sevilla

Alameda de Hércules, Sevilla

Ninguna zona del centro de Sevilla ha experimentando una transformación tan llamativa como la Alameda. La decadencia de hace apenas dos décadas ha dado paso a una nueva dimensión basada en un espacio urbano mucho más limpio en torno al que conviven decenas de bares con terraza ya sean tradicionales, creativos o de inspiración internacional. Uno de los últimos en llegar es la Taberna Mahareta para ensalzar los clásicos de la gastronomía sevillana como los montaditos de pringá o la ensaladilla rusa en formato tapas o raciones.

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10

El Pequeño Gin, en la calle Pizarro de Cáceres

Pizarro, Cáceres

La última en incorporarse -o mejor dicho: reincorporarse- al mapa gastronómico del centro histórico de Cáceres es esta calle que desde hace un par de años está recuperando toda su actividad. La que fuese la capital gastronómica de España en 2015 cuenta ya con una veintena de bares solo en esta calle, ideal para moverse de uno a otro probando distintas tapas y terminar la tarde o la noche con un buen cóctel en lugares tan agradables como «El Pequeño Gin» o «Capitán Haddock».

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