El resultado fue una mezcla entre la arquitectura británica y la onubense. De hecho, los arquitectos que intervinieron en las distintas obras fueron británicos españoles en proporciones casi iguales.;
No sólo la arquitectura ejerce de heredera de este estilo british. Media España enloquece cada domingo en parte gracias a la inversión británica en las minas de esta esquina de Andalucía. Hablamos de la introducción del fútbol en la piel de toro: se produjo con la fundación del Recreativo de Huelva gracias al deseo de unos hinchas ingleses. Aún hoy día el club es conocido como el decano del balompié nacional.
El muelle de Hierro, obra de Gibson y Bruce de 1876, alcanzó los 1.165 metros de longitud. Fin de trayecto del ferrocarril que transportaba los minerales desde Río Tinto, el muelle partía de tierra para alzarse durante 577 metros sobre el Odiel. Este tramo es recto durante 200 metros para proyectar una larga curva que desemboca en una nueva recta: por sus dos pisos entraban y salían los trenes para alojar su carga de mineral en las bodegas de los barcos. En 1975 dejó de utilizarse.
La Casa Colón fue construida entre 1883 y 1892 con la intención de que fuera usada como hotel. Se inauguró con una fastuosa fiesta conmemorativa del 400 aniversario del descubrimiento de América. La gestión hotelera se cayó, fue un fracaso que obligó a reutilizar el fastuoso inmueble como oficina de la Riotinto Company. Desde 1992 se convirtió en un centro cultural bajo la denominación de Casa Colón.
Situado al final de la Avenida de Sundhein, el Barrio Reina Victoria fue construido a partir de 1916 para albergar a los trabajadores de la Riotinto Company a modo de ciudad jardín. Todos juntitos para tenerlos controlados. En la barriada participaron arquitectos españoles como Aguado y Pérez Carasa y británicos como Morgan.
Guillermo Sundheim (Giessen, 1840- Huelva, 1903) es un personaje esencial en el desarrollo de esta Huelva decimonónica. Cónsul de Alemania en Huelva, comprendió las oportunidades de la ciudad y puso en contacto diversos empresarios extranjeros, como Enrique Doetsch o Hugh Matheson, con las minas onubenses. Esto posibilitó la creación de la Rio Tinto Company Limited. Igualmente, promovió el enlace ferroviario entre las minas y el puerto onubense, así como los enlaces de Huelva con Zafra y Sevilla. No es una exageración afirmar que el desarrollo industrial onubense habla la lengua de Shakespeare.
Esta época de expansión económica hizo posible la conmemoración en la ciudad del IV Centenario del Descubrimiento de América, la construcción del Hotel Colón y el conocimiento del entonces casi olvidado entorno del Monasterio de La Rábida. De alguna manera Huelva se colocó en el mapa.
Igualmente, se inició el desarrollo de la explotación turística de la costa onubense en las playas de Punta Umbría, como lugar de descanso de los directivos británicos de las minas. Como no podía ser de otro modo, fue uno de los promotores del Huelva Recreation Club. La playa más familiar de la provincia descubrió sus encantos al gran público gracias a los ingleses. Parece mentira.
