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Los turistas vuelven al Titanic: el precio, 90.000 euros

Una empresa organiza seis viajes para visitar en 2019 los restos de un barco amenazado por la corrosión, en el fondo del Atlántico, pero no por el olvido

Imagen promocional de los viajes en busca del Titanic organizados por OceanGate OCENGATE
J. F. Alonso

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El RMS Titanic se hundió en la madrugada del 14 al 15 de abril de 1912. En menos de tres horas, tras chocar con un iceberg, aquel orgulloso símbolo de los tiempos modernos se convirtió en un enorme ataúd perdido en las aguas tenebrosas del Atlántico norte . Y, sin embargo, la leyenda del barco de la naviera White Star Line siempre permaneció a flote. Durante más de un siglo se ha hablado de las causas del naufragio, del lujo de los camarotes y hasta de la muñeca de la pasajera Eva Hart , subastada en España. Se le ha dedicado un museo (en Belfast) y unos cuantos empresarios mitómanos (o viceversa) han buscado la manera de llevar turistas allá abajo, a 3.821 metros de profundidad.

El primer gran crucero de lujo de la historia, en el que fallecieron 1.500 personas, sigue generando pasión y curiosidad , sobre todo desde que en 1985 Robert Ballard hallara el barco, o –más aún– tras la película (1997) dirigida por James Cameron . Precisamente en aquella época la empresa británica Deep Ocean Expeditions (DOE) empezó a llevar turistas y científicos a la tumba de hierro. Bajaron cerca de doscientas veces durante casi una década, hasta que todo pareció terminar.

El sumergible creado por OceanGate pueden bajar hasta 4.000 metros de profundidad

Pero en 2019 algunos afortunados podrán volver a ver el Titanic. Justo cuando la última frontera del turismo nos conduce fuera de la Tierra , el ingeniero espacial Stockton Rush , propietario de la empresa estadounidense OceanGate , ha vuelto a poner el foco en las profundidades del océano. Allí está dispuesto a llevar a biólogos, arqueólogos subacuáticos, equipos de grabación... y turistas que paguen los 89.112 euros que cuesta el billete. Según Blue Marble Private, filial de OceanGate en Londres, es el equivalente al precio de un pasaje de primera clase en el viaje inaugural de 1912 (entonces costó 4.350 dólares).

El primer viaje de OceanGate debería haberse producido en mayo, pero las tormentas eléctricas dañaron el sistema electrónico del sumergible, un minisubmarino para cinco ocupantes. Entre junio y agosto de 2019 habrá seis viajes , para los que se aceptan reservas (cuatro de ellos, agotadas), con misiones de once días que saldrán de Terranova. Los participantes podrán apoyar el trabajo de los científicos, que obtendrán datos para crear una reproducción en 3D del sitio del naufragio.

Otra empresa, The Bluefish , que gestionó alguna expedición entre 2002 y 2006, anuncia un viaje para 2019-2020. Pueden ser las últimas oportunidades de ver el barco si se confirma el proceso de corrosión provocado por unos microorganismos comedores de hierro. Dicen que devorarán lo que queda del Titanic en pocos lustros. Terminarán con el barco, que no con la leyenda.

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