La Palma: cómo mimarte en la «isla bonita»
Algunas propuestas para volver a casa con la sensación de haber sido «bientratados»
Ciertos lugares nos presentan muchas formas de mimarnos, de querernos, de darnos ese «regalo» que nos merecemos. Ubicaciones que te hacen sentir bien, vivo, feliz, contento, que te devuelven a tu lugar de origen con la sensación de haberte «bientratado». Y La Palma, la Isla Bonita, es uno de ellos. Estas son algunas de la formas en las que puedes mimarte en esta bonita y acogedora Isla Canaria.
Camina, camina y camina
De todos es sabido que el ejercicio físico es bueno por muchos motivos. Nos divierte, nos ayuda a mantenernos en forma, nos pone en contacto con la naturaleza…Pero, ¿y si, además, nos permite sentir la energía y el calor de los volcanes? ¿O la sombra y el frescor de la laurisilva? O si, incluso, ¿nos permite cruzar el techo de una de las islas más altas en relación con su pequeña superficie? En La Palma la oferta de senderos y caminos es muy amplia. La Ruta de los Volcanes, la Ruta de la Crestería, Bosque de los Tilos… entre otros puntos, son algunas de las opciones que la Isla Bonita ofrece para practicar el senderismo. Senderos que llevan a rincones hermosos de una isla marcada por una naturaleza privilegiada, intacta y pura y por una diversidad paisajística que te asombrará con cada rincón que encuentres.
Báñate, juega con las olas, haz castillos de arena negra
Las playas de La Palma llaman poderosamente la atención por dos motivos: su cálida arena negra que relaja tu cuerpo cuando te echas en la toalla y el hecho de no ser playas masificadas ni concurridas. Olvídate de levantarte temprano a coger sitio o de darte codazos con el vecino. En esta isla tienes desde playas más populares, en las que te sorprenderá ver el espacio que tienes a tu alrededor (Playa de los Cancajos, de Puerto Naos, Bajamar), hasta otras en las que estarás tú prácticamente solo (Echentive, Nogales, La Veta). No podemos olvidar las pequeñas y acogedoras calas, o las piscinas naturales excavadas en roca volcánica como La Fajana o Charco Azul. Zambúllete en sus aguas, nada, sumérgete, ponte las gafas de buceo y mira lo que hay bajo la superficie, déjate arrullar por el vaivén de las olas, grita de alegría al sentir que te revuelca y haz castillos de arena negra.
Come y bebe como un rey
Comer y beber, esos dos grandes placeres de la vida. Vamos a llamarlos chicharrones, queso asado con mojo, sopa de picadillo, una vieja con papas arrugadas y mojo verde o un filete de carne de cochino con papas arrugadas y mojo rojo. También podemos llamarlos, a la hora del postre, bienmesabe, almendrados y, como no, Malvasía, Albillo, Listán Blanco, buenos caldos que acompañan. Mima tu estómago y tu paladar y aliméntalos con calidad, sencillez, tradición y buen gusto. Te lo agradecerán, puedes estar seguro. Alimenta también tus ojos visitando las recovas y los mercadillos del agricultor donde una sucesión de plátanos, aguacates, papayas, tomates y otras ricas frutas y verduras, mimarán tu vista.
Y si hay tiempo… mira al cielo
Y si aún te queda tiempo para una cuarta forma de mimarte… simplemente, levanta la vista al cielo por la noche y disfruta de lo que ves. La Palma, Reserva y Destino Starlight, recientemente galardonada como Destino Emergente por su papel en turismo de estrellas, cuenta con un cielo nocturno único y extraordinario. Por este motivo, cuando cae la noche, levantar la cabeza y mirar las estrellas es una gran forma de mimar tu cerebro, tus ojos y tu mente. Verás tantas que no te darán los dedos para contarlas.
Para obtener más información, visita la web de turismo oficial de la isla: www.visitlapalma.es
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