Hoteles románticos para una escapada al rojo vivo

¿Hace cuánto tiempo que no se escapa a un hotel? ¿Hace cuánto tiempo que no lo hace con la persona que más quiere? No hay que buscar fechas exactas ni aniversarios para concederse un fin de semana a solas, sin niños, sin amigos, ni tan siquiera la obligación de visitar monumentos turísticos. Nada es preciso. Tan solo colgar el cartel de no molestar en la puerta de la habitación y disfrutar del otro.

Ser romántico es una actitud. Y mirándolo bien también es una ventaja porque la vida suele disfrutarse de otra forma y resulta más divertida. Incluso el tiempo puede ser más o menos romántico. Ahí está la lluvia que invita a quedarse resguardado bajo las mantas sin que sea motivo de disgusto.

En Asturias es probable que en algún momento llueva y lo mejor, por tanto, es afrontarlo con una buena sonrisa y quedarse dentro del Hotel Villadesella . Situado en lo alto de una colina desde la que se divisa el mar y la montaña. Ocupa una preciosa casona indiana, rehabilitada y tiene tan sólo 10 habitaciones. Ni siquiera es preciso salir para disfrutar de un delicioso almuerzo o cena porque cuenta con restaurante asesorado por el chef Jaime Uz. A partir de 65 euros.

Sin abandonar Asturias, a dos kilómetros de Llanes, la artista Emma Fernández Granada ha convertido su estudio-residencia en un hotel con únicamente cinco habitaciones. Su nombre es CaeaClaveles , y ocupa una finca con una extensión de 8.000 metros cuadrados. Tan solo por la belleza del entorno y el aire que allí se respira merece la pena la escapada. Desde 99 euros.

El entorno natural suele ser garantía de desconexión y, si se trata de uno como el idílico valle de Ultzama , mucho más. En dicho rincón navarro, se encuentra el Robledal de Amati y en lo alto de los árboles las cabañas de Basoa Suites . Son cuatro y cada una es diferente, adaptándose al árbol. Ofrecen una experiencia diferente, una inmersión en la naturaleza y una sensación de desconexión total. El desayuno y la cena están elaborados con alimentos de la zona. ¿Quién quiere salir de uno de estos refugios? A partir de 90 euros.

Dado que los lugares pueden ser todo lo románticos que uno quiera, porque es una cuestión de actitud y de compañía, las ciudades no lo son menos. Y Barcelona bien merece una visita. Si además, se trata de no salir del hotel, el Hotel Murmuri es una buena opción. No es de grandes dimensiones pero sí muy moderno. Firma su interiorismo la británica Kelly Hoppen y tiene una situación privilegiada en la Rambla de Cataluña; es decir a un paso de los principales lugares de interés. En algún momento, es recomendable una visita a su bar para disfrutar de un buen cóctel. El precio es a partir de 179 euros.

Para muchos, la Gran Vía madrileña es la imagen más poética de la ciudad. Por más que nuevas leyes o la llegada de otros modelos de negocio se empeñen en desdibujar su esencia, siempre vibrará con fuerza. Recientemente, ha sido inaugurado su primer hotel cinco estrellas . Porque aunque no lo crea, no contaba con un establecimiento de dichas características. Se trata de The Principal Hotel , que pertenece a Único Hotels. Lo tiene todo: buena ubicación a un paso de los lugares más emblemáticos, elegancia y detalles que no pasan desapercibidos pero que son naturales y nada artificiosos. Y sí, también una fabulosa terraza, que dará mucho juego durante el verano, y la gastronomía de Ramón Freixa y su restaurante llamado Ático. Desde: 230 euros.