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Viajar

Un viaje por los oasis de Egipto

Cinco lugares para visitar en septiembre donde el tiempo parece haberse detenido y la tranquilidad se respira en el aire

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El Fayoum

Con agosto tocando a su fin, las playas empiezan a perder visitantes y muchos son los que ya piensan en las próximas vacaciones. Los oasis del desierto de Egipto son una buena opción -más ahora que el país retoma la calma y los precios se mantienen bajos- para aquellos que aún tienen vacaciones en septiembre y no han decidido destino. Las localidades de El Fayoum, Farafra, Bahariya, Dakhla y Kharga permiten huir del ruido y disfrutar de la espectacular vegetación en un entorno único donde el tiempo pasa a un plano secundario.

El Fayoum

Es el más cercano a El Cairo, por lo que su visita es perfecta si se pasan unos días en la capital egipcia. Éste se caracteriza por ser el único oasis artificial formado por un largo canal producto de las crecidas del Nilo. Un enorme lago que en días de tormenta se asemeja al mar, lo que aporta El Fayoum una magia especial. Aquí el viajero puede apreciar que el centro de la ciudad, rodeado de plantaciones de palmeras, es relativamente moderno. Las antiguas norias de agua y las ruinas de origen faraónico y romano están entre los lugares que uno no se puede perder.

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Farafra

Farafra es el más cercano al Desierto Blanco, se distingue por tener árboles frutales y altas palmeras datileras. Su única aldea - que lleva el mismo nombre- se alza sobre las laderas de una colina. Las llamativas fachadas están pintadas de azul para alejar la mala suerte, una muestra de la gran religiosidad con la que viven sus habitantes las tradiciones. Asimismo, cuenta con fuentes termales, perfectas para relajarse al final de la jornada.

Bahariya

Entre las montañas se encuentra el Bahariya, el primer oasis del desierto de Egipto. La tradición todavía está presente en este oasis, pues aún se puede ver que las mujeres conservan su peculiar forma de vestir, adornadas con un aro en la nariz y brazaletes en los tobillos y muñecas. Además, la música y poemas de los moradores, habitantes de esta zona, han sido famosos durante siglos. Son imprescindibles las visitas a las aldeas de Qasr Allam y El-Bawit, así como los manantiales de agua mineral de Bit Mathar y Bit el-Ghaba.

Dakhla

El oasis de Dakhla, aunque alejado de El Cairo y Luxor, merece la pena ser descubierto. Quien visita el lugar, conocido como el «oasis rosa» por las rocas de ese color que abundan en el paisaje, sabrá que ha llegado porque muchos granjeros de la zona llevan sombreros de paja, algo que sólo se puede ver en la zona.

Su principal núcleo urbano es Qars, compuesto por estrechas calles medievales en las que sobresale una mezquita de adobe. Un paraíso ideal para los cinéfilos, ya que forma parte de los escenarios de películas más que conocidas como «La guerra de las galaxias» o «Bajo el cielo protector».

Kharga

A dos horas de Luxor y rodeado de dunas se encuentra Kharga, uno de los oasis más importantes. Siendo más moderno y ajetreado, este edénico emplazamiento todavía conserva el romanticismo del desierto. Su capital es el-Kharga, la antigua Hibis griega, centro del famoso «Camino de los cuarenta días», una ruta de comercio y de esclavos entre el norte y el sur de África. A pocos kilómetros de la ciudad se puede visitar la necrópolis de el-Bagawat, con un centenar de capillas; los templos de Nadura y las ciudades fortificadas de Darb el-Sindadiya y el-Deir.

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