Las manías más raras de los famosos en los hoteles

El culto al cuerpo es una de las principales obsesiones de Mariah Carey que pide a la dirección instalar un gimnasio en la suite contigua a la suya en la que solo debe sonar su música. Para garantizar su privacidad la cantante reserva todas las suites del hotel para su personal -estilistas, asistentes, peluqueros o seguridad-.Otra de las peticiones -para ella y su mascota- es la de bañarse en agua mineral francesa y pedir sales del mar Muerto para hacerse un peeling casero.

Conocidas por las hostelería son las manías de Jennifer López que solo duerme sobre sábanas hechas con más de 250 hilos por lo que opta por llevar su propio menaje de cama -algo que comparte con Nicole Kidman-. Entre sus exigencias la lista es larga: grifería de oro y asientos nuevos en los inodoros; paredes, mesas, sillas, sábanas, flores, velas, todo, debe ser blanco; no puede haber comida como bombones o bollería a su vista; un sillón especial para maquillarse y máquinas de deporte en las suites; litros de agua mineral y tortillas hechas de clara de huevo. Además, cuando viaja con sus gemelos exige una habitación con juguetes para los niños.

Las extravagancias de Lady Gaga no se quedan en el escenario, también la sufren los hoteles en los que se aloja. Su habitación debe estar llena de satén negro y plateado, así como que las paredes estén cubiertas de posters antiguos de sus artistas favoritos como Queen, David Bowie o Elton John. También quiere rosas frescas amarillas, blancas o de color lavanda, sofás de cuero blanco y toallas perfumadas con lavanda. A pesar de viajar con su pareja, esta nunca puede dormir en su misma habitación y reservan suites separadas. En cuanto a la comida, su menú consiste en pan, mantequilla de cacahuete baja en calorías, cereales, fruta, humus y guacamole casero y exige 24 horas de cocina dispuesta para que le puedan preparar lo que se le antoje en cualquier momento.

A la cantante y actriz Miley Cyrus le gusta adornar su habitación con cientos de rosas rojas y que ésta esté aromatizada con olor a vainilla. Además pide productos bajos en calorías, una leche de soja almendrada importada de Estados Unidos y barras energéticas, frutas, pescado, ensaladas, pastas, agua mineral de una conocida marca y bebidas energéticas.

La diva del pop es una de las más exigentes y tiene unas curiosas exigencias como la de cambiar el inodoro de su habitación y destruirlo para que no pueda ser vendido cuando abandona el alojamiento o disponer de rosas blancas recién cortadas a una medida exacta además de pedir apagar las luces del jardín por la noche -en aquellos que lo tiene- para poder ver las estrellas.

Julia Roberts sólo bebe agua mineral, pero nunca de agua botella de plástico porque no es biodegradable. En cuanto a la comida, exige que provenga de agricultura biológica sin pesticidas u otros productos químicos tóxicos para el ambiente o para la salud de los que la comen.

Aunque son las mujeres las que más exigencias ponen a la hora de alojarse en un hotel también ellos tienen sus «manías». Dos ejemplos de ellos son Bruce Willis y Gerard Depardieu.

El primero tiene una seria fobia por la suciedad y acostumbra mandar recoger las alfombras y retirar los muebles para poder realizar fiestas sin tener que lamentar desperfectos. A Depardieu le gusta curiosear en las cocinas y se cuela entre los fogones para copiar las recetas de los chefs.