Diez cosas que nunca encontrarás en las islas Cook

Diez cosas que nunca encontrarás en las islas Cook

El vídeo de seguridad de una línea aérea protagonizado por modelos nos ha hecho soñar con estas islas. Así es el paraíso

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El vídeo de seguridad de una línea aérea protagonizado por modelos nos ha hecho soñar con estas islas. Así es el paraíso

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  1. Rascacielos

    Las Islas Cook son un archipiélago situado en el Pacífico Sur, entre Hawái y Nueva Zelanda, país este último con el que mantienen una asociación libre. Paraíso para el turista, te sorprende por todo lo que ofrecen, pero más aún por todo lo que no tienen. Esto son sólo diez ejemplos.

    Rascacielos. En las Islas Cook no hay rascacielos, ni tan siquiera casas de más de dos plantas. Su perfil es de suaves y verdes cimas volcánicas y playas azules salpicadas por cocoteros. Un lujo que descansa la vista y ensancha el espíritu.

    [El vídeo de seguridad en los aviones más bello del mundo].

  2. Casas sobre el agua o deportes molestos

    En las Cook hay dos tipos de playas: las de arenas blancas coralinas y las de arenas negras volcánicas. Pero en todas ellas se respeta al máximo el medio ambiente. Tanto es así que en sus lagunas de aguas tranquilas y turquesas, rodeadas por arrecifes de coral, están prohibidos todos los deportes acuátivos invasivos o molestos. Sin embargo, se practica el buceo y el esnorquel, especialmente en los alrededores de Playa Muri y la reserva marina de Playa Aroa, en la que se pueden realizar inmersiones guiadas.

    Mantener virgen el entorno es fundamental para garantizar el reposo de todos los bañistas, así como para preservar el rico fondo marino, por eso tampoco se permite la construcción de casas sobre el agua (palafitos).

  3. Atascos

    Por supuesto que hay vehículos de motor, pero afortunadamente pocos, solo los estrictamente necesarios. Y son tan escasos que no hay ni un solo semáforo y no se produce ni un atasco. Los únicos embotellamientos que se conocen son los de la fábrica Matutu, que embotella una magnífica cerveza lager o pale ale a base de malta alemana en la localidad de Titikaveka (Rarotonga).

  4. Estrés

    No sería raro que algún organismo nombrase a las Cook “Stress Free Zone”. Sus playas, sus lagunas coralinas, sus bosques de cocoteros, sus hamacas colgadas entre ellos, su rico y accesible fondo marino, pero sobre todo sus gentes agradables, sonrientes, atentas, amistosas... hacen imposible que se produzca ninguna situación estresante. Si acaso la de pensar que las vacaciones se acaban (alguna vez tiene que ser) y hay que volver a casa.

  5. Visados y vacunas

    A los polinesios de las Islas Cook (hay quien les llama cookianos, pero es una palabra muy fea) les gusta hacernos la estancia en su tierra lo más placentera posible. Por eso han suprimido el visado, si se tiene un billete de ida y vuelta y la estancia es inferior a un mes. La verdad es que, una vez allí, dan ganas de «perder» el billete de vuelta y quedarse algo más... si se pudiera. Tampoco las autoridades locales exigen ningún tipo de vacunación.

  6. Animales peligrosos

    En tierra encontraremos animales salvajes como lagartos y varios tipos de aves: gaviotas, martín pescador y monarcas de Rarotonga (Pomarea dimidiata), unos preciosos pajaritos que cambian el color de sus plumas según van creciendo. Y en el mar infinidad de peces, desde los de pico de loro a las ballenas jorobadas, pasando por los tiburones, pero ninguno peligroso. Cómo será que el tipo de quelonio más frecuente es la tortuga boba. Y las varias especies de tiburones, algunas en peligro de extinción que no se meten con nadie, encuentran aquí su refugio en el santuario más grande del mundo (1.997.000 km²), un área del tamaño de México.

  7. Frío

    A lo mejor tenerlo durante todo el año cansaría un poco a los que estamos acostumbredos a las cuatro estaciones, cada día más revueltas. Pero tenemos que reconocer que, en algún momento, a todo nos gustan unas vacaciones en un lugar donde no exista el frío. Donde se puede andar en bañador y descalzo en cualquier época del año. Imaginémonos tumbados en la hamaca entre dos cocoteros ahora mismo, mientras en nuestra ciudad hace frío o nieva. ¡Estamos en las Cook!

  8. Turismo de masas

    Solos, pero bien acompañados. Esto es lo que buscamos la mayoría para nuestras vacaciones: alejarnos de las rutas turísticas más convencionales, pero disfrutar de la playa, el mar, las comodidades... Pues todo eso lo tienen las Islas Cook sin tener que pagar el peaje de las aglomeraciones, los ruidos, los vecinos molestos...

  9. Comida basura

    Seguramente si buscamos en Avarua, la capital, o en las otras poblaciones, encontraremos alguna hamburguesería. Pero hay que buscar mucho. Generalmente el turista come en los hoteles una cocina natural, pero refinada, a base de pescados y mariscos recién sacados del mar. A la brasa, asados, en guisos o sopas, con verduras locales, limón o leche de coco. Nada que ver con la comida basura.

  10. Monedas aburridas

    La diversión en las Islas Cook está hasta en las monedas. Lejos de mantener siempre la forma habitual redonda, las hay triangulares, en forma de dodecágono, simulando el perfil de una flor... Dicen, aunque hay quien lo duda, de que así hasta el doloroso acto de pagar se convierte en un placer.

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