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La colección de coches de los Papas que atesora el Vaticano
El fin del Pontificado de Benedicto XVI atrae a los Museos Vaticanos a miles de visitantes
Los Museos Vaticanos , en la Ciudad del Vaticano, son una fuente inagotable de tesoros y curiosidades, para creyentes y para turistas interesados por la historia. El año pasado desfilaron por sus salas unos cinco millones de personas, en muchos casos perplejos ante la belleza de los incontables objetos almacenados, desde papiros a sarcófagos. Y por supuesto, coches y carrozas. A finales del año pasado se inauguraron las renovadas instalaciones del Pabellón de carrozas, con algunos de los vehículos utilizados por los Papas a lo largo de la historia, entre ellos el Fiat 1107 Nuova Campagnola en el que viajaba Juan Pablo II cuando sufrió el atentado, el 13 de mayo de 1981.
Los Museos Vaticanos y las Galerías Pontificias nacieron con los pontificados de Clemente XIV (1769-1774) y Pío VI (1775-1799), y, en las últimas décadas, se han convertido en una poderosísima fuente de turismo y de ingresos para el Estado Vaticano. De hecho, se promocionan como cualquier otro país o institución en las ferias del sector. Así lo hicieron, por ejemplo, el año pasado, en diciembre, en el World Travel Market de Londres.
En esta zona de los Museos Vaticanos, llena de visitantes atraídos por los últimos días del Pontificado de Benedicto XVI, hay una docena de los llamados “Papamóvil” y otro buen número de coches oficiales, además de sillas de montar, cojines de protocolo, un volante de Fórmula 1 y otros artefactos empleados en sus desplazamientos por los diferentes pontífices.
Los Museos Vaticanos presentaron el pasado 16 de octubre la nueva configuración del Pabellón de las Carrozas , con motivo del 34 aniversario de la elección al pontificado del Papa Wojtyla. El recorrido de la exposición y el apartado didáctico se han ampliado y mejorado de forma sustancial. Hay nuevos coches que han enriquecido una muestra inaugurada originalmente en 1967 , en la que se refleja la historia de la movilidad pontificia.
La joya de la colección
La nueva exposición se ha construido con vehículos papales desde 1825 hasta nuestros días. El más destacado es la Berlina de Gran Gala , mandada construir en 1826 por el Papa León XII, que fue a su vez mejorada por Gregorio XVI en 1841. Merece la pena destacar además los nuevos coches de ceremonia pertenecientes a los pontífices y altos representates de la Iglesia, como el automóvil del Cardenal Luciano Luigi Bonaparte, recibido en donación de su primo Napoleón III, emperador de Francia.
El coche entró en el Vaticano en 1909 , pero el Papa en ese momento, Pío X, se negó a usarlo. El arzobispo de Nueva York le regalo un Itala 20/30, pero Su Santidad pensó que era demasiado ruidoso para los jardines del Vaticano, acostumbrados solo al trote de los caballos. Durante la década de 1920, los fabricantes de coches donaron modelos como el Bianchi Tipo 15, Bianchi Tipo 20, Fiat 525, Graham Paige 837, el Citroen C6 Lictoria Sex y el Mercedes 460 Nurburg, estos últimos entregados a Pío XI.
El primer «Papamóvil» entró en escena con Pablo VI en 1975, aunque el término «periodístico» empezó a emplearse durante el Papado de Juan Pablo II, quien los utilizó para moverse en sus múltiples recorridos por el mundo.
Entre las curiosidades de última hora incorporadas al museo está el volante del Ferrari 2003 de Michael Schumacher , donado a Benedicto XVI por el presidente de la Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, con una dedicatoria que reza: «El volante del F1 Campeón del Mundo a Su Santidad Benedicto XVI, piloto de la cristiandad».
Otra incorporación reciente es un Maggiolino regalado en 2004 a Juan Pablo II por el presidente de Volkswagen México.
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