Ismael Cala, el rey latino de la CNN: «Los políticos son más divas que las estrellas»

Como el Ishmael de «Moby Dick», Ismael Cala estuvo a punto de lanzarse al mar en una balsa. Pero a diferencia del personaje de Melville, el periodista cubano no seguía la pista de una ballena blanca, sino que intentaba escapar de la bestia negra del castrismo. Afortunadamente, la estrella de la CNN latina , seguida a diario por 26 millones de hogares en Iberoamérica, no llegó a tiempo a esa «expedición» con rumbo a la base americana de Guantánamo. Se quedó en su país, donde saboreó los primeros éxitos como locutor y presentador.

Esa fama primitiva le permitió salir de la isla para estudiar periodismo y producción de televisión en Canadá. De allí saltó a Estados Unidos, donde primero trabajó en «Despierta América», un popular show de Univision, y luego como reportero de CNN en Español. Ahora, a sus 45 años, Cala es uno de los entrevistadores más populares de la cadena estadounidense. Por el plató de este «Larry King latino» han pasado casi todos los presidentes iberoamericanos, desde Álvaro Uribe hasta Rafael Correa, pasando por José Mujica y Michelle Bachelet.

Evo Morales y otros líderes del «eje chavista» le han tildado de «portavoz del imperio yankee». Sin embargo, esos mismos detractores siguen accediendo a hablar con él. El secreto de su éxito lo desvela en «El poder de escuchar» (Penguin Random House), un libro en el que da consejos para «sacar todo a los entrevistados por las buenas». «Me hablan porque les escucho, no les juzgo», explica a ABC pocas horas antes de participar en el II Encuentro Anual de Corresponsales y Agregados de Prensa Iberoamericanos organizado por la Casa de América.

«Hay cosas que son difíciles de escuchar, pero es mi trabajo. El día que me convierta en analista perderé la objetividad. El público debe sacar sus propias conclusiones», dice. Sin duda, la entrevista con Morales ha sido la más difícil de su carrera. «Fue muy hostil. Me convocó a la cinco y media de la mañana en el Palacio de Gobierno y durante la conversación lanzó varios ataques contra mí», recuerda. «Poco le faltó para llamarme asalariado de la CIA. Pero lo tomé como una prueba. Después le regalé mi libro», dice entre risas.

Cala también es un brillante domador de fieras del «showbusiness» hispano. Astros como la cantante Jennifer Lopez, la reina de las telenovelas Verónica Castro o la diseñadora Carolina Herrera se pelean por hablar con él. «Le aseguro que los políticos son más divas que cualquier estrella», confiesa. «Y más mentirosos. Eso es triste, porque son funcionarios públicos que deberían rendir cuentas de lo que hacen».

Hablando de poderosos que no quieren rendir cuentas, Cala admite que la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner se lleva el gordo: «Cristina no concede entrevistas porque es inteligente. Sabe que si abre la boca se puede meter en aguas turbulentas. Además, es consciente de que puede gobernar sin hablar».

Sueña con entrevistar a Barack Obama y a Oprah Winfrey. España también se cuela en sus fantasías. Dice que le gustaría jubilarse en nuestro país. «Para los latinos sigue siendo la Madre Patria. Pero ya es hora de que España busque un referente en los países de América Latina, es hora de que nos tratemos de tú a tú», aclara. Celebra la recuperación del país y lamenta la emigración forzada de cientos de jóvenes por culpa de la crisis. «Cuando salí de Cuba fui mesero en dos restaurantes de Toronto. Fue una cura de humildad. Mi consejo para los que emigran es que se reinventen y aprovechen las oportunidades que les ofrece el mundo. Les animo a que se conviertan en maestros y profetas fuera de su tierra». Cala sabe de lo que habla.