Diez monumentos para acercarse al «universo» de Toledo

La catedral, el gran templo cristiano

La belleza, el misterio y las leyendas que componen el laberíntico paisaje de Toledo, declarada por la Unesco en 1986 Ciudad Patrimonio de la Humanidad, no deja de sorprender a los miles de visitantes que se adentran y la recorren a diario, durante los 365 días del año. Almudena Cencerrado, que forma parte de la Asociación Regional de Guías de Turismo de Castilla-La Mancha y que fue presidenta de esta institución durante ocho años, nos recomienda no perdernos estos monumentos y tesoros arquitectónicos que son el emblema y la seña de identidad de esta ciudad, legado de las «Tres Culturas», que residieron y convivieron en la ciudad (judía, cristiana y musulmana).

Una visita obligada e imprescindible es adentrarse en la Catedral de Toledo, quiza el edificio más representativa de la ciudad. Mide casi 120 metros de altura y posee un ancho de 60 metros y que comenzó a construir el Maestro Martin, pero es principalmente el trabajo de Petrus Petri, que murió en 1291. La catedral tiene cinco pasillos, y cruceros grandes, con la capilla principal cercada por un doble ambulatorio. El resultado es un concepto original del espacio, en que el empujón vertical es mucho más moderado que en la mayoría de los edificios directamente inspirado por influencias francesas o del norte. En su forma actual, la Catedral de Toledoes la más representativa de todas las catedrales en España. Su superposición pintoresca de estilos es el resultado de cinco siglos de incesante actividad arquitectónica: el renacentista para el Altar Mayor, el mudéjar en los arcos del triforio, el barroco en la sacristía y el neoclasicismo en el exterior. La torre de la catedral se eleva por encima del resto de edificios de la ciudad. En su tronco central se ubica la popular Campana Gorda, rodeada de ocho campanas menores, cada una de ellas bajo la advocación de un santo. Desde hace dos años se puede visitar la Campaña Gorda desde donde los visitantes podrán contemplar la mejor vista panorámica de todo el recinto amurallado. La catedral, primer templo cristiano, alberga un rico tesoro artístico, que resume el pasado de la ciudad. Entre sus joyas se encuentran importantes pinturas y valiosas piezas de orfebrería. Destacan el trascoro y el Transparente.

El Entierro del Conde de Orgaz, en la iglesia de Santo Tomé

El «Entierro del Conde de Orgaz» fue pintado por Doménico Theotocópoulos, conocido universalmente como «El Greco», entre los años 1586 y 1588, en plena madurez artística del genial pintor. Se trata de una de las obras más representativas del cretense. El lienzo se conserva actualmente en la Iglesia de Santo Tomé. La historia del cuadro incluye la historia del Señor de Orgaz, Gonzalo Ruiz de Toledo, hombre creyente, piadoso y benefactor de la parroquia, que cuando falleció en 1323, dejó una herencia que debían cumplir sus arrendatarios «péguese cada año, para el cura, ministro y pobres de la parroquia: Dos carneros, ocho pares de gallinas, dos pellejos de vino, dos cargas de leña y 800 maravedíes». Pasados doscientos años sin que fuera pagado, el entonces párroco de la parroquia de Santo Tomé, encargó el cuadro al extraordinario pintor El Greco, residente en la ciudad de Toledo. El cuadro tiene unas dimensiones de 4,80 por 3,60 metros.

La Sinagoga del Tránsito, la casa de los judíos

Lugar destacado en esta selección monumental que se debe visitar, es la Sinagoga del Tránsito. Edificada en 1366 por Samuel Leví, que trasmitió su nombre a este oratorio. Tras el decreto de expulsión de la comunidad judía, firmado por los Reyes Católicos en 1492, la sinagoga se convirtió en templo cristiano, acogiendo hoy un museo dedicado a la cultura sefardí. Su aspecto más llamativo se centra en el muro del fondo, donde se abren tres esbeltos arcos lobulados para contener los rollos de los textos sagrados, rodeados por un rico y delicado panel con bellas yeserías policromadas caldas. la decoración vegetal, las secuencias geométricas y las inscripciones de alabanza componen el resto de este frente. En la parte superior, tras una moldura con mocárabes, se ofrece una sucesión de arquerías lobuladas con columnas pareadas que se prolongan por los laterales, así como una friso en que se adivina motivos heráldicos de Castilla y León, acompañados de inscripciones con salmos de David. En el suelo, ante el testero del fondo, se conserva parte del pavimiento que originalmente tuvo la sinagoga. La sinagoga se organiza alrededor del gran salón de oración dominado por la galería de las mujeres en la parte superior del lateral derecho. En la pared contraria se reparten otras estancias que se utilizaron como escuela rabínica, hoy dedicadas a museo, y un patio anejo con los restos de un baño ritual que incluye dos aljibes.

Santa María la Blanca, el templo de la convivencia

La Sinagoga de Santa María La Blanca o Mayor. Su construcción data del siglo XIII, bajo el auspicio de Alfonso VIII, monarca de abierta simpatía hacia los judíos. Perteneció a los judíos hasta 1405, cuando pasó a ser consagrada como iglesia cristiana y utilizada como refugio de penitencia. A mediados del siglo XIX comenzó su recuperación como monumento artístico. Según recoge la web oficial del Toledo Judío «ToledoSefarad», la Sinagoga de Santa María la Blanca tiene cinco naces separadas por arcos de herradura que se levantan con hermoso capiteles de piñas entrelazadas. Sobre estas arcadas se disponen unas cenefas decorativas con elementos geométricos y vegetales que siguen un ritmo perfectamente definido en las albanegas de los arcos. Unas arquerías polilobuladas sirven para elevar la nave central, dejando las cubiertas laterales a menos altura con sus correspondientes artesonados de par hilera y par y nudillo. Todo el conjunto es catalogado como una muestra del arte almohade puesto al servicio de la comunidad judía.

La Casa-Museo del Greco

Continuando el recorrido hay que detenerse en el Casa Museo El Greco, aunque no fue la auténtica residencia del pintor cretense, reproduce con admirable fidelidad una mansión toledana del siglo XVI,; su mobiliario y objetos de arte lo enriquecen y decoran. Hoy en el Museo del Greco el público puede ver dos espacios diferenciados: las salas dedicadas al Marqués de la Vega- Inclán, que le rinden homenaje y plasman su visión, hoy superada, sobre la vida del Greco y las salas dedicadas al Greco, donde se exponen tanto la vida y la obra del pintor, como la influencia de su obra y personalidad en el Toledo de comienzos del siglo XVII, ilustrada en las salas dedicadas al Taller.

La monumentalidad de San Juan de los Reyes

El Monasterio de San Juan de los Reyes ha sido considerada la iglesia más bella de Toledo. Fue mandada construir por los Reyes Católicos al maestro Juan Guas, para perpetuar la memoria de su victoria en la batalla de Tor. Por efectos de la guerra de la Independencia (1808) y de la posterior desamortización y exclaustración (1836), tanto el monasterio como la iglesia y claustros se vieron dañados por lo que en 1883 se inició la obra de restauración a cargo del arquitecto Arturo Melida. La Academia de Bellas Artes y más tarde, después de la Guerra Civil, la Dirección General de Regiones Devastadas, consiguieron su terminación, siendo su último impulsor Moreno Torres. Se entregó el monumento a la Orden Franciscana en 1954 y la iglesia se abrió al culto en 1967 y hasta la actualidad. http://www.sanjuandelosreyes.org/

El Museo de Santa Cruz, el arte conservado

El Museo de Santa Cruz fue mandado a construir en el siglo XVI, por el cardenal Pedro González de Mendoza, quien quería reunir todos los hospitales en un mismo emplazamiento. Esta construcción pone de manifiesto la llegada del arte renacentista a España. El desarrollo del proyecto es atribuido a los hermanos Enrique y Antón Egas, maestros de la catedral de Toledo.

El Museo de los Concilios, en la iglesia de San Román

El Museo de los Concilios y el arte visigodo o Iglesia de San Román. El interés del museo se encuentra en el lugar donde se ubica. Se trata de la iglesia mudéjar de San Román, uno de los templos medievales más interesantes de Toledo. Las piezas que se exponen en el museo pueden clasificarse en dos categorías: originales y reproducciones. Dentro de las originales encontramos multitud de elementos arquitectónicos como capiteles de grandes columnas, otros más pequeños pertenecientes a maineles y canceles, frisos decorados con motivos geométricos, losas con epígrafes y numerosas piezas de orfebrería. En cuanto a reproducciones hay que resaltar las copias del tesoro de Guarrazar y de un sepulcro paleocristiano.

La Mezquita del Cristo de la Luz, más de mil años de historia

La Mezquita del Cristo de la luz, anteriormente mezquita Bab al-Mardum, es uno de los edificios en pie más antiguos de Europa, una de las joyas del arte islámico en la península y una caja de continuas sorpresas, ya que se ha constatado que se asienta sobre una calzada romana. El 30 de junio de 1182 fue consagrada como templo cristiano tras la Reconquista de la ciudad, añadiéndose entonces el ábside mudéjar y tomando el nombre de «Cristo de la Cruz».

El Alcázar, el baluarte de la historia de España

El Alcázar es símbolo de la ciudad y testigo de algunos de los acontecimientos más destacados de la Historia de España. En el siglo III fue un palacio romano. Fue restaurado durante el mandato de Alfonso VI y Alfonso X y modificado en 1535, bajo el mandato de Carlos I de España, que encargó la dirección de las obras al arquitecto Alonso de Covarrubias. Este diseñó un edificio compacto y cerrado, organizado en torno a un patio rectangular con doble nivel de arcos sostenidos por columnas de aire muy clásico (corintias y compuestas). La sobria fachada dividida en tres pisos de vanos repetidos en torno a los cuales se concentra la decoración y un gigantesco escudo imperial sobre la puerta, reflejan el poder del constructor. Impresiona su escalera, posteriormente engrandecida por Francisco de Villalpando. Fue residencia temporal de las reinas viudas Mariana de Austria (viuda de Felipe IV) y Mariana de Neoburgo (viuda de Carlos II). Actualmente alberga la Biblioteca de Castilla-La Mancha y el Museo del Ejército, con colecciones procedentes del antiguo Salón de Reinos de Madrid.

La iglesia de Salvador, tesoros visigodos al descubierto

La Iglesia del Salvador ubicada en la plaza del mismo nombre, conserva aún restos de la antigua mezquita y algunos anteriores de origen visigodo que atestiguan su origen primitivo. En el siglo XV, s e construyó en la iglesia la capilla de Santa Catalina decorada con obras de pintores importantes de la época. Entre sus más importantes tesoros cuenta esta capilla con un retablo de Pedro de Berruguete.