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La inmigración que nos invade, algo que se pudo evitar (I)

Cuando estudiaba el curso de Estado Mayor, durante los cursos 90-91 y 91-92, hubo un grupo de trabajo que llegó a la conclusión, refiriéndose aMarruecos, de que la presión migratoria desde ese país iba a ser muy fuerte

luis sáiz sáiz

Los medios de comunicación actuales nos bombardean con el flujo constante de inmigrantes que llaman a nuestras puertas o, mejor dicho, entran sin llamar buscando un mundo mejor al que tienen en sus países. Si nos fijamos un poco -nada de esto es totalmente nítido a pesar de los análisis y estudios-, y nos concretamos inicialmente en lo que afecta a España e Italia , veremos que un pequeño flujo viene de la zona del Oriente Próximo y Oriente Medio , mientras que el más importante, hasta ahora, proviene del África , siendo el grupo más numeroso de estos africanos el que proviene de países que se encuentran al sur del desierto del Sahara o limítrofes con el mismo. Es lo que hoy día se ha dado por llamar el Sahel.

¿Es esto inevitable o, mejor dicho, ha sido evitable? Cuando el que esto escribe estudiaba el curso de Estado Mayor, durante los cursos 90-91 y 91-92 hubo un grupo de trabajo que llegaba a la conclusión, refiriéndose a Marruecos , de que la presión migratoria desde ese país iba a ser muy fuerte, debido a la diferencia de desarrollo económico de ambos países, por un lado, y a un índice de natalidad tan alto que en esos momentos había en Marruecos y al paupérrimo que en aquel entonces ya había en España, por otro.

El problema era similar al que tenemos en Física cuando nos encontramos dos soluciones de distinta concentración separadas por una vejiga . El soluto de más concentración tiende a pasar, y pasa tarde o temprano, al de menos concentración a través de la vejiga hasta llegar a equilibrarse. La manera de evitar que esto ocurra, y por ahí iba la propuesta de solución, era disminuir la concentración del más alto, esto es, ayudar al desarrollo económico de Marruecos, o aumentar la concentración del más bajo, esto es, incrementar el índice de natalidad de España o una combinación de ambas.

Otra solución consiste en poner un muro entre ambos solutos pero, dado que ello es como poner puertas al campo, dicha solución no se contemplaba. Desde entonces ya ha llovido, pero ¿qué se hizo con esa propuesta? Además, creo que esta solución es extrapolable a otros países más o menos vecinos y que, por desgracia, no son siquiera ni del tercer mundo.

Volviendo al tema de los países del Sahel (Chad, Mauritania, sur de Libia (ya hablaremos más de ella), Etiopía, Somalia, Eritrea, Nigeria, Sudán, Sudán del Sur y Senegal), tienen en común que pertenecen a ese gran espacio geoestratégico que se ha dado en llamar el Sahel . Pero, desgraciadamente, también participan de algo más y que es de donde les viene la parte más importante de sus males.

Anteriormente fueron colonias europeas y, como consecuencias de los acuerdos entre Franklin Roosevelt y Winston Churchill , el Reino Unido se comprometía a dar la autonomía a sus colonias imperiales. Terminada la Segunda Guerra mundial, durante los años sesenta y setenta hubo una carrera por emancipar las colonias de todos los países que las tenían con el apoyo y casi exigencias de las Naciones Unidas para alcanzar tal logro.

En pocas palabras, se dio carácter de mayoría de edad a unos países que bajo ningún aspecto estaban preparados para ello, dicho de otra manera, se hizo rápidamente y mal. Las fronteras trazadas artificial y arbitrariamente por las potencial europeas durante el siglo XIX fueron muchas de ellas discutidas por los nuevos dirigentes, siendo aún motivos de frecuentes conflictos entre los países. Juntos con lo anterior, las diferencias raciales y tribales siguen siendo motivos de continuas luchas e inestabilidad . Si nos fijamos y estudiamos sus infraestructuras de comunicaciones, sanitarias, económicas, etc., podemos concluir que durante los años de la metrópoli se hizo más que en los últimos sesenta años y, en otros casos, están peor ahora que como les dejaron en el momento de la independencia.

Junto a lo anterior, muchos de ellos son casi estados fallidos, con lo que el control que estos estados tienen de su población es mínimo, ya que el grado de vertebración social y físico logrado por las metrópolis era mucho mayor que el que podemos observar hoy día. No resulta, pues, extraño que la población quiera marcharse a las antiguas metrópolis y consiga salir del país por esa falta de control que tienen de sus fronteras y ciudadanos.

De aquellos polvos estos lodos o, dicho de otra manera, cuando eran colonias vivían menos mal o la descolonización debería de haberse hecho dos generaciones más tarde de lo que se hizo. Pero por qué se tenía tanto interés en descolonizar rápidamente y antes de que realmente fueran mayores de edad no es asunto de este artículo; aunque se tenía interés y el llamado informe Kissinguer puede explicar esto, y la extraña «descolonización» de la Guinea Española y el Sahara (que por cierto no eran colonias sino provincias) y lo que pasó en la rarísima guerra de los Grandes Lagos (Ruanda y Burundi entre hutus y tsusis) que luego se propagó al Congo Belga…

Retomando el símil de los solutos, nos encontramos con un problema no menor, y es que hemos roto la vejiga que separaba los solutos o, si queremos, hemos dados un puntapié a la puerta que controlaba la inmigración hacia Europa, pues no de otra manera puede describirse lo que hemos hecho con Libia, convirtiendo a este país en otro estado fallido.

Cuando se inicia la llamada Primavera Árabe en el 2010 , en ciertos países, muchos de los cuales no son árabes – Libia, Túnez, algo en Argelia y en Marruecos por ejemplo-, se nos vende algo que no tenía nada de espontáneo -pues estaba incitada por Occidente- y que no produjo ningún tipo de brote primaveral, sino que supuso, en lo que a Libia nos afecta, la caída de Gadafi , una auténtica sangría humana y destrucción del Estado en los dos grandes núcleos que ya existían antes de que éste se hiciera con el poder.

La caída de este dictador, como todos los que hay en una mayoría países musulmanes aunque tengan el título de rey o emir, fue aplaudida hasta con las orejas por todos los medios de comunicación de nuestro entorno y por los gobiernos correspondientes. Me encontraba en esos momentos destinado en el Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa, y me acuerdo que, en una de nuestras charlas cotidianas, comenté al J-2, responsable de Inteligencia (entonces un coronel DEM del Ejército del Aire ) de dicho mando, que esperaba que Francia e Inglaterra tuvieran un relevo adecuado para Gadafi, dado su empeño en derrocarlo, ya que para tener embridado ese país, como casi todos países musulmanes, se necesita un dictador y ni siquiera todos los dictadores son válidos ; es una pena tener que reconocerlo, pero para que lo que nosotros llamamos democracia llegue a la mayor parte de los estos países tiene que pasar mucha agua bajo los puentes, como gusta decir a nuestros vecinos del norte de los Pirineos.

No debemos olvidar que Francia e Inglaterra se emplearon a conciencia para lograr la caída de Gadafi, y España, en una operación bendecida por la OTAN , coadyuvó sin emplearse en los ataques aéreos pero participando en el aislamiento de la zona de operaciones.

Aquí hay que volver a citar a nuestros mayores, «de aquellos polvos estos lodos. Sólo cabe preguntarnos qué ha ganado España, qué han ganado Francia, Inglaterra e Italia. Como diría el castizo: los experimentos con gaseosa y en laboratorio.

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