La lista más votada

Desde el pasado 25 de mayo, día siguiente de las elecciones autonómicas, el Partido Popular en Castilla-La Mancha, que nos pilla aquí mismo, no para de repetir a todo el que pregunta que ellos ganaron las elecciones y fueron el partido más votado. Lo dice María Dolores de Cospedal, Leandro Esteban, Carmen Riolobos, Vicente Tirado y este o aquel que ostenta cargo dentro de las siglas. Y por supuesto tienen razón ya que sacaron el mayor número de votos y de escaños en el Palacio de San Gil.

¿Pero ganar es gobernar? pues parece que no, porque la suma de PSOE y Podemos posibilita que se proclame presidente de la región Emiliano García-Page, a pesar de ser el cabeza de la lista que quedó en segundo lugar. Por lo tanto, los populares deberían ya cambiar de leyenda y terminar su constante alocución de la siguiente forma: «Hemos ganado en Castilla-La Mancha, pero no gobernaremos en esta autonomía». Y todo aclarado y todos convencidos.

La suma del número de escaños es la que da la victoria cuando no existe mayoría absoluta, y de esta forma y manera puedes sacar más votos que tu contrincante más directo pero no gobiernas sino llegas a acuerdos con otras opciones políticas que también tienen presencia en el parlamento regional. Así son las cosas y de esta forma hay que reconocerlas, ya que de siempre las izquierdas se mueven juntas y la derecha actúa de igual forma en los temas políticos. Ahora ganando las elecciones el PP tendrá la sartén por el mango el PSOE merced a Podemos, y como los pactos son los pactos pues a callar y procurar para la próxima llegar a la mayoría absoluta que disipa todos los entendimientos y prescinde de reuniones y llamadas entre colegas.

Pero a pesar de ello, todavía algún consejero en funciones insiste en que la presidenta Cospedal ha ganado las elecciones y debería ser quien gobernara, siendo el mismo consejero consciente de que esto no ocurrirá por mucho que lo proclame a los cuatro vientos. ¿Se consigue algo con tanta reiteración?. Pues nada de nada, más que molestar al ciudadano que de inmediato, vistos los resultados electorales, comprendió lo que iba a ocurrir y por lo tanto no puede tomársele por incapacitado para saber de que iba el tema. Cuanta más machaconería peor para los que todavía no asumen la realidad.