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opinión

¡Ladran, luego cabalgamos!

Un vecino de Alcázar responde al cervantista José Rosell en la polémica de dónde nació Cervantes

por luis miguel román alhambra

Este artículo es contestación al publicado en el diario ABC del pasado domingo 9 de noviembre, escrito por José Rosell .

Este pasado sábado, día 8 de noviembre, se nombró Hijo Predilecto, a título póstumo, a don Miguel de Cervantes Saavedra, con el voto unánime de las tres formaciones políticas que forman el actual Ayuntamiento de Alcázar de San Juan. Esto que se ha materializado este día era el sentir de todo un pueblo, que desde hace casi tres siglos ha sentido como hijo propio a Miguel de Cervantes Saavedra. ¡¡Cervantes es de Alcázar!! Así nos lo dijeron nuestros padres y abuelos, y a éstos los suyos. Y así ocurre desde que Blas de Nasarre encontró una partida de bautismo en la iglesia de Santa María la Mayor y que conservamos como unos de nuestros tesoros más preciados, que dice:

«En nueve días del mes de noviembre de mil quinientos y cincuenta y ocho bautizó el Reverendo Señor Alº Diaz Pajares un hijo de Blas de Cervantes Sabedra y de Catalina López que le puso de nombre Miguel, fue su padrino de pila … de Ortega, acompañados de Julián de Quirós y Francisco Almendros y sus mujeres de los dichos»

Dice usted Sr. Rosell: «Pero me temo que acaban de perpetrar un claro y decidido insulto a la inteligencia colectiva, así como un fuerte agravio y desprecio absoluto a millones de cervantistas que brillan por todos los lugares del mundo».

Un pueblo entero, desde labradores a maestros, desde pastores hasta médicos, a lo largo de muchas generaciones no insulta, ni agravia, ni desprecia a nadie. En el Pleno extraordinario de nombramiento , nuestro alcalde en su intervención manifestó, en varias ocasiones, que con este acto no se pretendía ningún tipo de polémica con nadie, palabras que usted no pudo oír al no encontrarse en el pleno. Y esto se ha hecho, como le he dicho antes, por unanimidad de los tres grupos políticos que forman la corporación actual y frente a una delegación de la ciudad de Guanajuato (México), Capital Cervantina de América por la Unesco, con la que un día antes Alcázar de San Juan quedaba hermanada. Le aseguro, porque conozco mi ciudad, que esta propuesta, viniendo del partido que viniese, siempre se votaría por unanimidad, porque quien vota es el mismo pueblo.

Todos los concejales que forman nuestro Ayuntamiento son personas serias y cultas, aunque usted en su artículo, sin conocerlas, lo ponga en duda. Este nombramiento ni quita ni da votos, deje de enredar con la política, no quiera mezclar tan fácilmente la política con el sentimiento de un pueblo.

Los ediles de Alcázar de San Juan y sus vecinos saben restar y sumar años, no hace falta que nos falte al respeto de esta manera. Parece que usted sabe algo de la biografía de Cervantes, aunque para muchos, los verdaderos cervantistas sin contaminar como usted, una gran parte de la vida de Cervantes sigue siendo una incógnita.

Pone usted en duda que un niño de nueve o diez años componga un soneto, una copla castellana y cinco perfectas redondillas, siendo discípulo del maestro López de Hoyos en Madrid. Le recuerdo que Cervantes está reconocido, parece que por un insigne y genial escritor como usted no, por un genio de las letras españolas y universales. Consulte y lea biografías de genios de la escritura, música, pintura, de cualquier arte, y vea a qué edad comenzaban a manifestar sus obras. ¿No le parece algo tardía la edad del Cervantes de Alcalá de Henares, para que fuese con ya veinte años el que escribiese estas sus primeras obras conocidas? ¿Sabe usted donde estudió y se formó en su infancia y adolescencia Cervantes, para asegurar lo que usted pone en duda?

Los vecinos de Alcázar de San Juan y sus ediles son conscientes de que se imputó a un Miguel de Cervantes un delito por herir a otro ciudadano a espada. Por supuesto que el Miguel de Cervantes de Alcázar de San Juan no pudo ser este agresor. Y, ¿cómo explica usted que un prófugo de la justicia por este hecho sea contratado casi inmediatamente por un cardenal para que esté a su servicio en Roma? ¿No le parece inapropiado para un cardenal tener como camarero a un prófugo de la justicia de Felipe II? ¿No puede haber un error de identidad en el autor de este delito y el autor de La Galatea, El Quijote o El Persiles?

Nos recuerda que Miguel de Cervantes estuvo en la batalla de Lepanto. Él mismo nos lo recuerda con sano orgullo en el Prólogo de las Novelas Ejemplares. «¿Es eso para un niño de 13 años, que alcanzaría el glorioso nombre de Manco de Lepanto, por muy precoz que el chaval alcazareño fuese?». Esta pregunta que usted en su artículo nos hace es fácil de responder en una sociedad como la nuestra actual.

Usted se titula «Escritor y cervantista». En el Quijote, una de las obras de Cervantes, que se supone que se la ha leído, hay un pasaje en el que es el propio Cervantes que le da la respuesta a su irónica pregunta, pero en la sociedad del siglo XVI, que es la que nos interesa:

“Llevóle de nuestro lugar, siendo muchacho de hasta doce años, un capitán que con su compañía por allí acertó a pasar”. (IP, Cap LI).

Este muchacho vuelve a su pueblo años después vestido de soldado. ¿Le dice algo lo de «muchacho de hasta doce años», y que se va con un capitán y su compañía? ¿Con cuántos años se alistó el chaval alcazareño, nuestro Cervantes? Él mismo le ha contestado, con doce.

Pero, por qué no continúa también leyendo otra de las obras cervantinas, el prólogo de las Novelas Ejemplares, donde su autor, Cervantes, también se sincera con su edad:

«Mi edad no está ya para burlarse con la otra vida, que al cincuenta y cinco de los años gano por nueve más y por la mano».

Este dato, que cualquier lector reconoce, como no le interesa a sus pretensiones, no lo incluye en su artículo. No conoceremos con quien se está comparando Cervantes, con su edad. Es nueve años más viejo que otra persona, pero ¿quién? ¿Su amigo, autor del prólogo de su primera parte del Quijote? Lo cierto es que nos dice él mismo que en 1613 tiene cincuenta y cinco años. Nuestros ediles saben sumar y restar, y los alcazareños también, comienzo a tener dudas ya de usted. Le voy a hacer yo las cuentas, por si acaso: si en 1613, fecha de la publicación de este Prólogo, le restamos cincuenta y cinco años, nos da su año de nacimiento, 1558. ¿Le dice algo esta fecha? Resulta que es el año del bautizo del Miguel de Cervantes de Alcázar de San Juan. El Cervantes de Alcalá de Henares es bautizado en 1547. Algo contradictorio, ¿verdad?

Señor Rosell , el Miguel de Cervantes de Alcázar de San Juan también pudo haberse casado con la esquiviana Catalina Palacios, ella contaría con casi 20 años y él con 26. Y estamos muy orgullosos de que el alcazareño sea el marido de la moza esquiviana, eso que no le quepa la menor de las dudas.

Este nombramiento, como le he dicho, no va en contra de nadie, ni contra ningún lugar, ni contra otras posibles hipótesis, sólo reconoce un sentir de un pueblo al que usted ha faltado al respeto con su chabacanería, mal gusto y desprecio a sus representantes, y que está desde este pasado sábado aún más orgulloso de tener un vecino ilustre como Cervantes.

Y hablando de diferencias, ahora vamos a hablar de diferencias de kilómetros, en lugar de edades. No estaría de más que un «cervantista», como usted asegura que es, nos justificase la pretensión de Esquivias de ser el «Lugar de don Quijote», geográficamente hablando. ¿Sólo porque en sus archivos cuentan con personas de la época de Cervantes con nombres y apellidos iguales o similares a los recogidos en el Quijote? Sólo acérquese a cualquier archivo de bautizos de cualquier lugar de la Mancha, de la Mancha de aquella época, y busque un poco, y comprobará como aparecen también personas con estos mismos apellidos con los que usted quiere justificar su pretensión.

Como de geografía estamos ahora hablando, creo ahora conveniente que si puede o sabe, nos pueda contestar a estas sencillas cuestiones:

1ª. ¿Cómo el pretendido don Quijote, de Esquivias, podía estar enamorado de una moza de El Toboso, cuando estos lugares se encuentran a unos 90 kilómetros en línea recta, y según Sancho Panza estaban “tan cerca” estos lugares? ¿En una jornada de camino, sobre Rocinante, es posible hacer esta distancia?

2ª. ¿Cómo es posible llegar desde Esquivias, saliendo en mitad de la noche, y encontrarse al amanecer con los molinos de viento de Campo de Criptana, si estos lugares están separados unos 100 kilómetros?

3ª. ¿Cómo es posible que su pretendido don Quijote de Esquivias se encuentre de frente volviendo a casa, desde la venta donde es armado caballero, con unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia? ¿Sabe usted dónde se encuentra Toledo y Murcia, y por dónde transcurría el camino que unía estos lugares desde tiempos de los romanos?

Puedo seguir haciéndole más preguntas, pero lo haré cuando me conteste sólo a estas tres. Quizás tenga que consultar. Pero no me conteste con argumentos tan manoseados o recurrentes como que el Quijote sólo es una obra de ficción, o que son contradicciones del autor, …

Muchas de estas cuestiones se han tratado en Alcázar de San Juan, en el I Congreso sobre «El lugar de Cervantes y el lugar de don Quijote», que se ha celebrado este sábado, el mismo día del nombramiento de Cervantes como Hijo Predilecto de esta ciudad. Se han expuesto catorce ponencias, muy dispares y contradictorias, pero escuchadas con mucho respeto por todos, incluida la que expuso don Sabino de Diego sobre Esquivias. Seguro que con personajes como usted esto no habría sido posible hacerlo.

Desde luego, usted es libre de insultar a Blas de Nasarre, el bibliotecario mayor del rey Fernando VI, ejecutor del encargo del duque de Hijar de buscar en la Mancha el lugar de Cervantes, doctor, catedrático y miembro de la Real Academia Española de la Lengua, calificándolo en su artículo de «indigente mental», «amañador», «falsificador» o «cavernícola», pero deje en paz a un pueblo y a sus ediles, democráticamente elegidos, que sólo han querido reconocer a un vecino que bien pudo ser el autor del Quijote, tal y como se nos ha ido transmitiendo de generación en generación por nuestros mayores.

Como vecino de Alcázar de San Juan, no puedo admitir que usted ofenda a mis ediles pues nos representan a todos los alcazareños, ni mucho menos a la memoria de nuestros antepasados, sólo por el mero hecho de que no coincidan nuestros pensamientos y documentos con los que a usted conviene. Y como simple lector del Quijote que soy, le aconsejo, si su soberbia se lo permite aceptar, que lo dudo ya muchísimo, que lea el Quijote. Esta obra de Cervantes tiene datos que podría tener en cuenta antes de querer apropiarse de algo que no le corresponde, ni le puede corresponder.

Ahora seguirá usted con sus exabruptos maleducados en prensa y radio, aprovechándose de su condición privilegiada en los medios. Es de esperar de un personaje como usted. Y no mienta cuando dice que un vecino de Alcázar al terminar el Pleno dijo: «Ahora, a esperar que se llene el pueblo todos los días de gente dispuesta a tomar cañas». Usted no estuvo presente, ni en el Pleno ni en Alcázar de San Juan el sábado. Y quien miente, sólo es un mentiroso.

¡Ladran, Alcázar de San Juan, luego cabalgamos!

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