artes&letras castilla-la mancha
Pedro Gandía y su luminosa huella poética
El poeta vuelve con un nuevo y delicioso libro, Luz negra
por amador palacios
LUZ NEGRA
PEDRO GANDÍA
Edición bilingüe e ilustraciones a cargo del autor
colección Jade. Poesía
Instituto de Estudios Modernistas
Valencia, 2014.
El artista completo, y tan versátil y experimentado, que es Pedro Gandía (Cuenca, 1953), vuelve a entregarnos un nuevo y delicioso libro, Luz negra, ... que conjunta tres importante realizaciones ensambladas de maravilla: un breve conjunto de breves y muy bellas piezas líricas, escritas en francés, la traducción de las mismas realizadas por el propio autor y una sabrosa colección de ilustraciones asimismo de su autoría. La génesis de esta suculenta entrega queda explicada inmejorablemente por Pedro Gandía, en un sucinto y precioso texto situado al frente de las páginas atractivas que el creador nos ofrece ahora con generosidad suma:
«Uno escribe con la lengua de su deseo. Para un destinatario francófono, escribí estos poemas en francés, en tres ciudades diferentes del Magreb el-Aksa, frente al mar Atlántico, durante agosto y septiembre de 1993. En 1997, los traduje al castellano, junto al Mediterráneo, como quien diseca la mariposa, clavándole el alfiler de cabeza redonda, de naturalista apasionado (por el arte; no por la naturaleza, concebida para ser rediseñada). Ahora, para ilustrarlos, me valgo de unos dibujos de aquel tiempo, aquellas imágenes en esencia. Uno perfora la lengua de su deseo con las formas iluminadas».
La actividad creadora de Pedro Gandía es diversa. Licenciado en Filología Hispánica, tiene realizados avanzados estudios de música realizados en el Conservatorio Superior; ha cursado además las propias disciplinas que se imparten en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos. Como exhibe la solapa del libro, ha sido pintor, escultor en hierro, profesor de literatura y marchante de arte. En la actualidad, se dedica exclusivamente a la fotografía, el videoarte y la escritura. Autor de una decena de libros poéticos y de algunas novelas, como también traductor de literatos universales: Wilde, Gautier, Baudelaire, Nerval, Penna y Valéry.
En este nuevo libro, Gandía nos obsequia sus altas esencias como una apetecible confitura, para degustar, por su discreto tamaño, de una sola vez. Su concepto está ahormado (no es un rígido dictamen crítico esto que voy a decir) por la poética de Rimbaud, resaltando la lucidez de la máxima rimbaldiana «Je est un autre», mientras que la hechura formal de Luz negra se aproxima al más depurado método guilleniano, por esos ajustados y exactos versos que caen a plomo, sin posibilidad de desviarse de su pura dicción, en la actitud receptiva del lector. Y las ilustraciones que acompañan al texto se podrían calificar de rápidos, aun sosegados, trazos propios de un Michaux. Es de celebrar la aparición de un poemario tan exquisito como éste.
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