Un libro para conocer mejor el patrimonio de Talavera

El Colectivo Arrabal es una asociación cultural, muy activa, surgida hace ya casi 20 años, dedicada sobre todo a la difusión y protección del patrimonio histórico-artístico de Talavera y su comarca. Publican con regularidad la revista Cuaderna y de vez en cuando, cuando su economía se lo permite, monografías de interés, como este callejero histórico, que recoge las 644 calles y plazas que ha tenido la ciudad y en la que explican la evolución histórica que han tenido dichas calles y plazas desde el siglo XIII hasta la actualidad. Igualmente analizan la evolución de sus denominaciones -en función de diversos avatares políticos- y las fechas en que éstas tuvieron lugar.

En este libro, coordinado por César Pacheco, han intervenido 16 autores más, igualmente historiadores o estudiosos de diversos aspectos de la ciudad y su comarca.

Por ejemplo mencionan que la actual Plaza del Reloj ha cambiado de nombre al menos en 10 ocasiones, desde el siglo XVI, en que se la conoce como Plaza pública; Plaza de la villa (ss. XVII y XVIII); del Comercio (s XVIII); de la Constitución (1820-23); del rey Fernando VII (1824-33); de Isabel II (1835-36); de nuevo de la Constitución (1836-1927); de Alfonso XIII (1927-31); otra vez de la Constitución (1931-36); del Generalísimo (1937-1980) hasta llegar a su nombre actual, Plaza del Reloj a partir de ese último año. Modificaciones que son un reflejo claro de la historia de España.

El nombre de las calles -señala César Pacheco, coordinador del volumen- «nos ofrece una inestimable información histórica del alma de la ciudad».

Y si el libro ha recogido las denominaciones históricas y actuales de más de 600 calles y plazas, en ese estudio queda bien reflejada la evolución de ese «alma» a lo largo de los siglos. Personajes que fueron en unos momentos valorados y queridos -por unos- pero que dejaban de serlo al cambiar la coyuntura histórica. O denominaciones populares que arraigaban, o no, en el imaginario colectivo.

En este sentido destaca Pacheco en su introducción que en las épocas medieval y moderna la tendencia a poner nombres a las calles o plazas se centraba más en aspectos topográficos o en variantes sociales del tipo de vecindario de cada lugar. Mientras que es partir del siglo XIX cuando se impone la costumbre de denominar con nombres de personajes públicos relevantes, tanto de ámbito local como nacional

El libro incluye una rica y variada documentación gráfica: por un lado fotografía de las calles o plazas y también de las placas con las sucesivas denominaciones, muchas de ellas realizadas, como parece fácil deducir en los múltiples -y famosos- talleres cerámicos de la ciudad. Una aportación del mayor interés sobre Talavera, que nos da muchas claves para conocer mejor su historia y su evolución.