Cruzando la M-30

En la presentación, Susana Díaz se dejó llevar por el corazón –los elogios no vienen a cuento- y le calificó como «un hombre apasionado… por la política». Y acertó. EGP utilizando un lenguaje de neurocirujano, diagnosticó y recetó medicinas de cohesión y de acuerdos para salir de esta maldita crisis. Defendió la Transición, reconoció que el origen fue ajeno a los políticos –«hay demasiados poderes (sin votos) que mandan demasiado». para admitir a continuación que la gestión posterior no ha sido correcta; cree que el sistema se asienta sobre bases sólidas «aunque haya sufrido de aluminosis» y la credibilidad de las instituciones y partidos políticos esté muy baja. ¿Qué hay que hacer?, se preguntó: Y se respondió al instante: hay que realizar un enorme cambio y no hay que tener miedo de intentarlo. Habló después de una sociedad competitiva e igualitaria para llegar a la conclusión de que «tenemos que defender el estado del bienestar mientras defendemos el bienestar del Estado».

No eludió la cuestión territorial: «Las CCAA han cosido España». Por supuesto descartó la independencia de Cataluña –«el derecho a decidir la soberanía reside en todo el pueblo español- y abogó por entenderse con los nacionalistas con sentido común (y con dinero). «Los sentimientos y el corazón pueden complicar la solución», enfatizó. «El Congreso y el Senado deben ser los órganos donde se defienda la territorialidad de España», propuso y exigió, para evitar una desestabilización financiera,«“una fiscalidad más justa –que paguen más los que más tienen- tras dejar claro que son las personas y no los territorios los que pagamos impuestos». Entiende que la crisis haya traído austeridad a nuestras vidas pero no a costa –precisó- de la educación y de la sanidad, en suma de la igualdad socialdemócrata.

Tiene claro que ese cambio enorme que España necesita, tiene que empezar por los partidos políticos y, en especial, por el PSOE tras el varapalo de los 7,6 millones de votos que le llevó directamente a la oposición y al descalabro post Zapatero. Considera que «el enfermo» ha salido de la UVI” y que está empezando a dar signos de recuperación: «Las primarias son un riesgo, pero son necesarias para que los ciudadanos confirmen que el cambio se hace en profundidad». García Page está dispuesto a presentarse “si así se lo piden los militantes de su partido en CLM recordando que su deber moral es «volcar» los resultados de 2011 que dieron la victoria a los populares. Preguntado sobre si Pérez Rubalcaba debe estar en esas primarias –más allá de los resultados europeos de mayo-, fue contundente: «Rubalcaba tiene todo el derecho a decidir su futuro… desde su pasado y su difícil presente que está gestionando bien».

A Page le duele CLM. Y aunque el tono fue convincente, no se le quebró la voz ni evidenció nerviosismo alguno cuando anunció que esperaba que el Congreso rechace la reforma del Estatuto regional, que en su opinión, afecta a la pluralidad democrática y a la libertad: «A medida que los millones de Bárcenas iban incrementándose en Suiza», señaló, «el número en Castilla-La Mancha se reducía drásticamente, es una ataque al PSOE, a IU a UPyD y a toda la ciudadanía». «Nosotros seremos los primeros en utilizar el recurso previo de inconstitucionalidad que tramitar PP y PSOE porque entendemos que esta reforma es inconstitucional y vulnera las reglas de juego democrático».

No quiso entrar en los «contratos» del marido de la Presidenta de Cospedal pero García Paje adelantó que «próximamente presentarán, en aras de la transparencia, una nueva proposición de ley de incompatibilidad de altos cargos y de familiares en grado directo».

A la cita faltaron Rubalcaba y Valenciano. Pero allí vimos, en la mesa presidencial, a Oscar López, Trinidad Jiménez, José Blanco, Tomás Gómez, José María Barreda y Jordi Garcia Candau. Bono se quedó «colgado» en el aeropuerto de Palma de Mallorca por avería del avión que le traía a Barajas. Pero nos consta que se alegró por éxito de su pupilo. Aunque los barones socialistas han firmado un pacto de caballeros para no manchar el mapa electoral de las europeas, si yo fuera socialista, apostaría en las primarias de noviembre por Emiliano. Tiene 45 años, ambición, talento, no es sectario, conoce la gestión de la CCAA y del Ayuntamiento, defiende la unidad de España y tiene pasión política. El PSOE tiene un candidato potente y moderado para enfrentarse a Mariano Rajoy en 2016. EMG ha cruzado sin miedo la M-30 –el Tajo siempre corre al sur y al este- y avanza sobre Ferraz pero su horizonte es La Moncloa. Además, como subrayaba la lideresa andaluza, Emiliano es un apasionado… de la política. Ha llegado su hora.