Los 4 acusados del crimen del Carpio se enfrentan a 116 años de cárcel

El juicio contra los cuatro acusados del asesinato de José Ángel Juan Blázquez, un ganadero del Carpio de Tajo, comenzará el miércoles. La Fiscalía de Toledo pedirá 29 años de prisión para cada uno de los cuatro presuntos implicados en la muerte a tiros de José Ángel, ocurrida en la puerta de su casa el 5 de marzo de 2013.

Ese día, sobre las 20.45 horas, tres de los acusados llamaron al timbre del domicilio donde la víctima vivía con sus padres, mientras que un cuarto implicado esperaba en un coche para huir rápidamente. Así lo cuenta el Ministerio Fiscal en su escrito de conclusiones provisionales.

La escena sucedió en una casa de una planta en el número 2 de la calle Oeste. José Ángel abrió la puerta a los individuos, que ocultaban sus rostros con pasamontañas verdes. Le amenazaron con una pistola y una escopeta de cañones recortados. También llevaban una barra de hierro de 92 centímetros de longitud, con la que golpearon a José Ángel en la cara y en un hombro. El ganadero cayó al suelo y levantó instintivamente su brazo izquierdo, ante lo que los ladrones le dispararon en dos ocasiones a quemarropa para matarlo.

José Ángel recibió un primer tiro en su mano izquierda. Después de atravesarla, la bala alcanzó a su padre, Vidal Juan, de 68 años, quien resultó herido en el abdomen. Un segundo disparo que entró por el cuello causó la muerte del ganadero en el acto. Felisa, su madre y esposa de Vidal, estaba en casa, aunque salió ilesa.

La intención de los ladrones era llevarse el supuesto dinero que el ganadero podría tener en casa para pagos pendientes, aunque no lo consiguieron, según fuentes de la investigación.

Los acusados, tres de ellos con antecedentes penales, fueron arrestados tres meses después en Montilla del Palancar (Cuenca), Los Cortijos (Ciudad Real) y Villanueva de la Torre (Guadalajara). La Guardia Civil intervino las dos armas de fuego presuntamente utilizadas en el crimen: una escopeta recortada de medio metro de longitud y una pistola marca Astra, de la que los delincuentes intentaron deshacerse para no dejar rastro del crimen.