GUERRAS INTERNAS

La talaverana Carmen Riolobos, senadora y portavoz del PP de Castilla-La Mancha, y el toledano Agustín Conde, portavoz adjunto en el Congreso, primero la una y después el otro, han denunciado a los «filtradores» que cargan contra la unidad del partido y dañan al PP. «Son integrantes», opinan, y se centran en los que perdieron en Andalucía porque ellos son los que eligieron la imagen equivocada para poder destacar en los comicios autonómicos. Y ahora, dicen, pretenden que su insistencia demoledora, ahí están los resultados, la asuma la cúpula del PP, cuando por ejemplo la secretaria general María Dolores de Cospedal no estaba por el candidato que apoyaban Javier Arenas y Soraya Sáenz de Santamaría, principalmente.

Los que están liando la guerra interna son «los que perdieron en Andalucía y no han ganado nunca elecciones», pero pretenden continuar en el cargo «dedocrático» sin exponer y aceptar responsabilidad alguna en el descalabro. Y hasta critican a María Dolores de Cospedal en un asunto que nada tiene que con ella, porque pudiera ser que en una cita electoral próxima volviera a ganar en Castilla-La Mancha y apuntalar su ya elevada categoría dentro de las siglas.

Cuando algo se tuerce, los que nada exponen en los ambientes políticos pero viven requetebien en los mismos con cargos y prebendas, tienen que buscar «cabezas de turcos» para salvaguardar la suya, y soltando una falsedad por allá y otras descalificación por acá, inician una balanza desestabilizadora que no tiene razón de ser pero que conviene a los que «tiran la piedra y esconden la mano».

Hoy por hoy María Dolores de Cospedal es la segunda autoridad del PP, tiene la personalidad y fuerza suficiente para destacar en los cometidos encomendados y como además puede repetir victoria en las urnas, conviene «a los que nunca se han presentado a unas elecciones» desvirtuar su trayectoria para poder ampliar el acomodo en el sillón que ocupan sin asomarse a la designación de los votantes.

Es lo lógico y repetitivo, procurar que se hace mucho cuando no se logra nada, y ningunear al que vale para poder eliminar el peligro que significa la mente preclara que les puede mandar fuera de los escaños. Carmen Riolobos y Agustín Conde defienden a su presidenta regional que además es también la secretaria del PP. Cumpliendo con la obligación.