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ENTREVISTAÁlvaro LorenzoTorero

«De niño siempre me quería comprar un capote o una muleta, eran mis juguetes»

Mañana afronta el reto de su vida: acartelado en Toledo con seis novillos de distintas ganaderías

«De niño siempre me quería comprar un capote o una muleta, eran mis juguetes» LUNA REVENGA

JUAN ANTONIO PÉREZ

Álvaro Lorenzo Gutiérrez (2 de agosto de 1995), toledano del barrio de Santa Teresa, pegadito a la antigua Fábrica de Armas, se vistió de luces por primera vez en Carrizosa, un pueblo de Ciudad Real, allá por el verano de 2010. Desde entonces ha ido subiendo peldaños hasta situarse como una de las grandes esperanzas de la Fiesta. En 2012 ganó el Zapato de Plata de Arnedo y el Bolsín de Bougue (Francia); en 2013 el certamen Soy Novillero, el Alfarero de Oro de Villaseca de la Sagra y el Zapato de Oro de Arnedo; y el año pasado el Capote de Oro de Nimes y otra vez el Alfarero de Oro.

Mañana tiene ante sí el mayor reto de su carrera: acartelado por primera vez con seis novillos de distintas ganaderías en la plaza de toros de Toledo (a las cinco de la tarde). El festejo será a beneficio de la Fundación Oncohematológica Infantil del Hospital Niño Jesús de Madrid y servirá para recuperar una tradición, nueve años olvidada en la Ciudad Imperial: dar toros el Domingo de Ramos.

—¿Cómo lleva la espera?

—Bien, con mucha ilusión y mucha responsabilidad. Hacer el paseíllo en Toledo es algo muy bonito y más si es como único espada. ¿Si se hace larga? Depende del día. Hay algunos que lo ves encima y otros muy lejano, depende de cómo estés anímicamente.

—¿De dónde le viene la afición?

—De mi familia. Mis abuelos, mis tíos, mis padres siempre han sido muy aficionados. De pequeño me llevaban a las plazas y me gustaba mucho. Ya entonces quería ser torero, pero al principio era un juego. Poco a poco lo he ido haciendo una realidad.

—¿Qué recuerdos tiene de la plaza de toros de Toledo?

—Si le digo la verdad, cuando era pequeño, de Toledo no recuerdo bien. En estos últimos años, sí que he visto a Manzanares, Ponce, El Juli, Cayetano, Paquirri, Talavente, Luque… Cuando era pequeño, me acuerdo de Las Ventas y de los puestos que había alrededor de la plaza. Siempre me quería comprar un capote, una muleta o una espada. Son los juguetes que yo tenía. Antes de entrar a los toros, me encaprichaba de algo y mi padre, cuando le caía bien, me lo compraba.

—¿Cuándo decidió hacerse torero?

—Empecé en la Escuela Taurina con 13 años y al principio no sabes si quieres ser torero o no. Poco a poco, cuando uno va metiéndose en el mundillo, es cuando decide ser torero. A mí, a lo mejor, me pasó eso con 16 años. Me di cuenta cuando toreé una becerrada en La Malagueta de Málaga. Aquel día no corté ninguna oreja porque el presidente no quiso y di una vuelta al ruedo. Los compañeros cortaron dos orejas y, sin embargo, la prensa me resaltó a mí. Cuando leí aquello, no sé, como que me hizo ilusión y me dio moral.

—¿Se imaginaba que con 19 años iba a estar anunciado con seis novillos en su ciudad?

—La verdad que no. Cuando empezaba me decía: con 16 años tengo que ser novillero, con 17 debutar con caballos, con 18 ó 19 tomar la alternativa y con 22 ser figura del toreo. Pero nunca había pensado que con 19 años podía matar seis toros en Toledo.

—¿Cómo se prepara un gesto así?

—Estoy entrenando mucho de salón y también física y mentalmente, que es muy importante. Llevo dos o tres semanas sin hacer tentaderos y hoy (por el miércoles) será el primero. Voy a tentar dos becerras de Alcurrucén. (Álvaro atiende al teléfono mientras viaja camino de Navalmoral de La Mata, provincia de Cáceres, ubicación de la finca Ejido Grande, propiedad de sus apoderados: la Casa Lozano).

—¿Qué torero veremos el domingo?

—No sabría decirle, ni creo que sea el más indicado. Espero que sea una buena tarde de toros y está claro que voy a dar todo lo que llevo dentro. Me estoy preparando para eso, para que sea una tarde bonita y triunfar.

—Dijo en 2013 que le gustaría tomar la alternativa en Nimes con José Tomás y Daniel Luque, ¿lo sigue pensando?

—Lo que me hace ilusión es tomar la alternativa, pero el cartel es algo que me importa menos. Con cualquiera de las figuras me haría una ilusión tremenda. Lo de Nimes es porque es una plaza muy bonita, con una afición muy buena, exigente, pero a la vez muy torerista. He tenido la suerte de torear allí. Aparte es una plaza muy torera, que ha dado alternativas a muchas figuras.

—¿Por qué no va a Madrid y Sevilla?

—No ha habido un acuerdo con las empresas. En Sevilla nos ofrecieron una serie de novilladas que no nos terminaban de ofrecer las garantías para ir. Nosotros pedimos una ganadería (Luis Algarra) y en esa nos dijeron que no había hueco. Y Madrid casi que lo mismo. Pedimos una novillada (El Parralejo), no hubo acuerdo y hemos decidido esperar a una oportunidad mejor. En Madrid aún no cierro la puerta parte este año y espero que así sea.

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