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ALFILERITOS

EL AGUA Y LA CASTA

JOSÉ PONOS

No me refiero la «casta» de Pablo Iglesias sino a la casta y bravura de los astados toledanos del conde de Mayalde

El agua es lo que contienen los botijos de la fiesta de la Virgen del Sagrario, patrona de Toledo. Desde las diez de la mañana, los autobuses urbanos al completo depositan decenas de toledanos en la plaza de Zodocodver, camino de la catedral primada, llegados de diferentes barriadas fuera de las murallas de la ciudad. La tradicional obliga a asistir a la misa solemne y después a empinar el codo levantando el botijo de agua de los aljibes del templo, que dicen puede ser milagrosa, Y en ese momento las cámaras de los telefónos móviles disparan al familiar que con dificultades levanta el voluminoso botijo para el trago reparador.

También el alcalde, Emiliano García-Page, y otras autoridades cumplen con el requisito que año tras año convoca a nacidos y residentes en la capital regional en este objetivo de religiosidad que se comunica de padres a hijos. Se dispone, pues, de un momento para el encuentro entre vecinos, que se saludan con la mejor sonrisa y el gesto afectivo. La Patrona logra las cercanías que se repetirán el año próximo si seguimos en pie, que es lo que importa.

Y en cuanto a la casta, no me refiero a esa «casta» con que Pablo Iglesias (Podemos) denominaba ciertos ambientes sociales. Se trata de la casta y bravura de los astados toledanos del conde de Mayalde, que en una ocasión más triunfan en el redondel de la ciudad de Gijón, de cuya feria taurina suelen ser asiduos, dada su categoría e interminables embestidas. Ahora un toro de los que pastan en el finca «El Castañar recibe aplausos, emocionados y entusiastas, de los afionados y críticas exigentes.

En Gijón, dicen los que saben, siempre sobresalen los «mayaldes», ofreciendo un recital de raza y nobleza ante la muleta y acudiendo al caballo con tranco seguro y sin dudarlo. Y después los toreros que tienen la fortuna de enfrentarse a ellos salen a hombros por la calidad de las faenas. Nuestra enhorabuena al ganadero, Rafael Finat, por su integridad en la crianza de estas reses bravas que suben a lo más alto los intereses toledanos.

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