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ANÁLISIS

«Mad Max»: mezcla de rutina, ambientación sugerente y salvajismo

El videojuego de aventuras en tercera persona se apoya en elementos propios del género para ofrecer buenos momentos en carretera sin apenas innovar

«Mad Max»: mezcla de rutina, ambientación sugerente y salvajismo WARNER

J.M.SÁNCHEZ

Sin apenas innovar, tomando de bases elementos ya existentes en otros títulos propios del género, « Mad Max » -inspirado en la nueva película - ofrece destellos admirables, aunque en ocasiones ofrece momentos tediosos que propugnan, en consecuencia, una diversión notable.

Este título con gracia y salero ( s in estar doblado al castellano ) tiene como principal personaje Max, un solitario guerrero en medio de un apocalípsis que se ha llevado por medio las ciudades hasta entonces conocidas. En su búsqueda por resolver sus propios conflictos se involucra en una cruel batalla contra una serie de enemigos (numerosos) en donde habrá que contar el apoyo de algunas formaciones y sus necesarias fortalezas.

Como no podía ser de otro modo, l a presencia de vehículos es sustancial y constante . Sin ti no soy nada, como diría la canción. Podemos manejar los que nos encontremos (o robemos) por el camino, incluso podemos estacionarlos en una fortaleza para coleccionarlos. Pero es el Magnum Opus el primero de la serie que es, verdaderamente, nuestro.

Su manejo, de corte arcade pero ofreciendo buenas sensaciones, es necesario para los desplazamientos a larga distancia y como arma en combate. Conforme progresamos y acumulamos chatarra (a todos los efectos, el dinero) lo vamos mejorando en características, prestaciones y armamento. La personalización es amplia, aunque para introducir las mejoras es necesario adquirirlas y completar ciertas misiones. Podemos instalar un gancho, útil para derribar los llamados Espantapájaros, unos gigantescos titanes de metal que atemorizan a los residentes. También sirve como ayuda para eliminar las torretas donde se agolpan francotiradores. Podemos implementar un fusil de francotirador, paragolpes robustos, escapes, llantas «destrozatodo».

La variedad de personajes secundarios y enemigos es bastante amplia. Hay varias facciones, las cuales se dividen en tres (Scrotus, Despojos y Buitres). Cada una de ellas cuenta con diferentes soldados y guerreros, los cuales tienen diversas habilidades y dominan varias armas. Habrá que llevar cuidado con ellos y aprender sus puntos débiles.

El sistema de combate es directo, permitiendo el bloqueo, rodar por el suelo, evitar golpes y golpear fuertemente, aunque el ritmo no es demasiado frenético y, en ocasiones, da sensaciones de lentitud. De hecho, el uso de armas queda en un segundo plano por lo que nos debemos destrozar los nudillos a puñetazo limpio. El personaje puede hacer uso de varios artilugios, como unos prismáticos, con los que se puede escudriñar a los enemigos o plantear una cierta estrategia aunque el progreso es bastante lineal. De hecho, en determinados puntos podemos conocer información valiosa de algunos observadores.

En parte, estamos ante un título que recuerda en parte a juegos como la saga Uncharted . Aunque tiene cierta libertad de movimientos, sí persiste una linealidad en el transcurso de las misiones. En ocasiones, de hecho, peca de ser repetitivo y monótono , puesto que hay que recoger chatarra, liberar fortificaciones o asegurar las zonas.

Precisamente, nos encontramos en un mapa (no tan extenso por supuesto como otros juegos) en donde debemos completar diferentes misiones principales y secundarias, estas últimas son de diferente resolución, como la destrucción de elementos, rutas de convoy que habrá que neutralizar o campamentos de transporte de petróleo. Hay lugares de saqueo para recoger agua (que rellena la barra de energía) o grupos a los que ayudar. En total, hay decenas de actividades para completar.

Contamos, para ello, con la ayuda de Chumbucket , un extraño mecánico del Páramo que reside en ella región del Gran Blanco, que ejerce nuestro fiel escudero y que, entre otras cosas, puede resolver dudas y arreglar el coche en medio de la batalla. Al igual que sucede en Assassins Creed, nos encontramos con una serie de atalayas, pero aquí tienen forma de globos aerostáticos. Desde aquí habrá que ascender para desbloquear los entornos, además de servir como puntos de viaje rápidos.

La escasez de gasolina, víveres y munición nos obliga a ser precavidos y a saber administrar todos los recursos. En cuanto a su apartado gráfico, lo cierto es que, pese a la atractiva ambientación de circular en medio del desierto, la calidad es ínfima en comparación a otros títulos recientes, como « Batman Arkham Knigth », aunque sí logra convencer en cuanto a los entornos.

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