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«Destiny»: el concepto funciona

El juego, ambientado en un mundo futurista postapocalíptico, toma elementos de rol en perspectiva en primera persona con una gran dosis de multijugador

«Destiny»: el concepto funciona

j.m.sánchez

Con gran expectación llegó «Destiny», revolucionario juego que combina elementos de rol en perspectiva subjetiva en un entorno multijugador muy envolvente. Este nuevo título, ambientado en un mundo futurista, toma reminiscencias y elementos de la saga «Halo» en cuanto a la escenografía y atuendos de los personajes.

Aquí el jugador encarna a un Guardián cuya misión principal es explorar las ruinas del antiguo Sistema Solar. Podemos elegir entre tres clases diferentes, Cazador, Mago y Titan, totalmente personalizables, aunque al final de poco te sirve porque el reto es la precisión y rapidez en el gatillo. Rompe moldes en el sentido de la propuesta combinada de ambos géneros que, al final dan como resultado una acción desenfrenada, dinámica y vertiginosa que, en conjunto, resulta verdaderamente sorprendente.

Los elementos de rol aparecen en la mejora de las habilidades del personaje. Conforme avanzamos en la historia y completamos las misiones principales y secundarias se van desbloqueando nuevas armas más potentes, corazas y cascos más robustos o botas más fuertes, que permitirán eliminar a los enemigos con menor dificultad. Con un poco de exploración y algo de suerte podremos obtener diferentes objetos poco comunes, algunos legendarios o exóticos.

El juego consta de veinte misiones distribuidas en varios escenarios, la Tierra, la Luna, Venus y Marte. Cuando se termine una misión se desbloqueará la siguiente. Hubiera sido interesante recorrer otros entornos pero en cada uno de estos tanto la orografía como la climatología juegan un papel importante. Sí es cierto que hasta que uno alcanza un nivel adecuado las misiones pueden resultar repetitivas. Eliminar a ciertos enemigos y obtener determinados objetos.

Precisamente, del planteamiento del juego destaca el hecho de una falta de linealidad en la historia, que roza lo absurdo e incomprensible, pero cuenta con una libertad de movimientos en busca de las diferentes misiones que resulta, en conjunto, muy interesante. La trama, todo hay que decirlo, puede variar en función de la clase de personaje que escojamos. Recibimos misiones concretas que habrá que superar, pero se resume a ir desde un punto A hasta un punto B, lo que desluce en ciertos sentidos el juego. Otro aspecto en donde pierde encanto es que las armas no son tan dinámicas y funcionan de forma tan fluida como cabría esperar.

Es posible que, de vez en cuando, coincidamos con algunos jugadores conectados que nos pueden ayudar a derribar a los enemigos. Enemigos hay de varias clases, que van desde los Caídos, con comportamientos similares a humanos y algunos, como los capitanes, muy corpulentos y con escudos; Colmena; unos estraños seres muy hostiles en corta distancia; Vex, algunos de ellos que luchan en grupos; y Cabal, achatados y robustos que pueden actuar con mucha cadencia.

Los enemigos, estos cuentan con una Inteligencia Artificial muy conseguida como para no anticipar todos sus movimientos. En ocasiones, no son demasiado predecibles y sus rayos son capaces de perseguirte allá por donde te ubicas, complicando la defensa.

Aunque la dinámica es muy ortodoxa, es decir, un sin fín de confrontaciones cuerpo a cuerpo con diferentes armas y disparos por doquier, es posible explorar los contornos y encontrarnos con la mala sorpresa de caer en una emboscada. No es un juego de sigilo, de llevar cuidado. Todo funciona de forma directa y, sin duda, mejora mientras se avanza.

La cosa cambia cuando se llega al nivel 20, cuando se termina oficialmente la campaña y que implica el máximo potencial del personaje, así como las llamadas «raids» o asaltos, unas misiones de larga duración que se disputan con la cooperación de seis jugadores. El resultado es intensidad, estrategia y concentración, por lo que es importante conectarse por voz y sincronizarse entre todos para lograr el reto.

Aquí es donde verdaderamente empieza todo, la parte más rejugable, más intensa y divertida de «Destiny». Lo anterior, que puede perder encanto a las primeras de cambio, es casi un juego entretenido con muchas virtudes y también errores, como la falta de contenido y la poca profundidad de los personajes, pero acaba por ser un título sólido en su propósito cooperativo. Porque para sacarle el provecho del juego es mejor unirse con alguien.

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