Despedidos por culpa de Twitter

Despedidos por culpa de Twitter

Salidas de tono, comentarios racistas e inapropiados han sido los detonantes de que muchas personas pierdan su empleo

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Salidas de tono, comentarios racistas e inapropiados han sido los detonantes de que muchas personas pierdan su empleo

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  1. «Mañana empiezo este trabajo de mierda»

    Con el auge y popularización de las redes sociales, muchos de sus usuarios han perdido la capacidad de comunicarse. Internet y la vida real están muy cerca. Por esta razón, los expertos en nuevas tecnologías recomiendan a los usuarios a conservar la identidad digital y evitar a toda costa publicar ciertos comentarios que, en no propagarías a los cuatro vientos.

    Sí, lo departamentos de Recursos Humanos de las principales empresas llevan tiempo «cotilleando» o observando lo que los candidatos a un determinado puesto comentan en sus perfiles de redes sociales. Para bien o para mal, lo que contamos en nuestros pequeños mundos digitales lo ve más gente de lo que creemos.

    Como si se tratara de un canal para el desahogo, la red de «microblog» Twitter se inunda de comentarios despectivos, de quejas hacia sus superiores y jefes. De pensamientos negativos hacia nuestro entorno laboral sin que reparemos que, de vez en cuando, quien tiene el poder de decisión puede sentir un desaire y provocar un despido.

    Poco le duró la alegría a Cella, residente en Texas, que un día antes de comenzar su nuevo empleo, ni corta ni perezosa, se encargó de desprestigiar a la empresa en la que iba a desembarcar. Lo hizo por Twitter, esperando que nadie (o sus amigos) lo leyeran. Pero su futuro jefe no perdió la ocasión de hacerlo. Tras revisar tu «timeline» y encontrarse con ese mensaje, despidió fulminantemente a la mujer en el mismo canal que utilizó ésta para criticar su nuevo puesto de trabajo. Ah, el trabajo era para una pizzería. Quizá el secreto de conservar el empleo no estaba en la masa.

  2. ¡Vaya cisco se montó!

    Un caso similar se dio a un futura trabajadora de la empresa Cisco que, antes de comenzar en su nuevo puesto, no se dedicó más que a despotricar de él en las redes sociales. Connor Riley deslizó unos comentarios desafortunados que, tras verlo, decidieron abortar su contración. «Cisco acaba de ofrecerme un trabajo! Ahora tengo que sopesar entre la utilidad de un 'grueso' cheque y viajar a diario a San Jose para hacer un trabajo odioso», comentó.

  3. Japón no es cuestión de risa

    Twitter es una herramienta con mucho poder. Más de los que nos pensamos. Otro caso similar fue el del comediante Gilbert Gottfried, que fue despedido como la voz del pato Aflac en los anuncios de una compañía de seguros después de que se dedicara a mofarse y hacer gracias tras el terrible tsunami que asoló Japón, en 2013.

  4. Nada de «spoilers» por favor

    La comedia «Glee» ha sido una de las series más exitosas en los últimos años. Una de sus actrices, Nicole Crowther, se fue de la lengua contando detalles del argumento de los capítulos antes de que se emitieran. En un «tuit» contó quiénes iban a ser los Reyes de la Promoción. Su mensaje tuvo una rápida respuesta: «¿Quién te crees que eres para descubrir algo que personas con talento han tardado tantos meses en crear? Espero que estés cualificada para hacer otra cosa que no sea trabajar en el mundo del entretenimiento», dijo el productor Brad Falchuk a través de la red de «microblog».

  5. Cuidado con las cuentas personales

    También ese año, en 2011, el «community manager» de Chrysler no reparó en que tenía abierta la cuenta oficial del fabricante de coches y, por desgracia, publicó en ella como si se tratarse de la suya personal. «Me parece irónico que Detroit sea conocida como la motorcity y aún así nadie sepa cómo **** conducir», dijo antes de ser despedido de la empresa de estrategia de medios sociales New Media Strategies.

  6. Los periodistas no están exentos

    Se dice que Twitter es una red de periodistas. Y es posible, puesto que ha servido de plataforma para una nueva forma de conexión y de lo que más se «retuitea» son enlaces a noticias. En otro ejemplo de lo que hay que evitar decir en redes sociales, la periodista de la cadena CNN, especialista en conflictos en Oriente Medio y Asia, Octavia Nasr, mostró su «respeto» por un notorio clérigo de Hizbolá, fallecido en Beirut. El comentario a favor del gran ayatolá Mohamed Husein Fadlala ha generado una intensa tormenta entre partidarios de Israel, con insistencia en que la CNN no podía tolerar una implícita apología del terrorismo.

  7. Comentarios racistas

    «Felicitaciones a todos los sucios mexicanos de San Antonio». Eso escribió el exjugador de béisbol Mick Bacsik durante un partido que enfrentó a Mavericks-Spurs. En aquel momento trabajaba como comentarista deportivo en una radio. Sus declaraciones, calificadas de vergonzosas y racistas, provocó su despido automático.

  8. Llega el «exterminador»

    Hace tres años, el Real Madrid destituyó a su responsable de nuevos medios, Pedro Duarte, por difundir a través de su cuenta personal de la red Twitter diversos mensajes en los que pedía el exterminio de «uno por uno» de los sindicalistas de UGT y CC.OO. que días antes participaron en una Huelga General, y en los que se mostraba partidario de una Tercera Guerra Mundial.

  9. Las represalias están a la orden del día

    Quién le iba a decir a aquel camarero llamado Jon-Barrett Ingels que su inocente mensaje se iba a volver contra él. La visita de una estrella de la televisión fue, cuanto menos, extraña. «Martes: Jane Adams, estrella de la serie 'Hung' de HBO abandonó (el restaurante) sin pagar 13,44 dólares. Su representante llamó para pagar. No dejó propina», rezaba un «tuit». Sin embargo, no quedó allí. Un mes después, la actriz fue para dejar la propina y avisar al gerente de lo poco apropiado del mensaje. ¿Qué ocurrió? Imagínatelo…no volvió a servir platos al menos en aquel local.

  10. Si no te gusta el uniforme no lo digas

    Hay veces que las decisiones empresariales no gustan a todo el mundo. Y menos a los empleados, pero tampoco es de recibo comentarlo a los cuatro vientos porque es posible que uno se arriesgue de perder su empleo. Le sucedió a un trabajador de una conocida pizzería de California. En el momento en el que vio el nuevo uniforme que debían usar no dudó en decirlo en Twitter. Y, para colmo, puso en copia a la cuenta oficial de la empresa, que tras encontrar la localización del trabajador, le pidió que por favor dejara paso a otro.

  11. Mejor no pillar el Sida

    Vaya lío en Twitter por un comentario inapropiado. Sucedió en 2013. Una ejecutiva de relaciones públicas (para más inri) de una compañía de comunicación «tuiteó» antes de subirse al avión una «broma» racista, lo que provocó un nuevo incendio en la red social hasta el puntom que sus jefes se llevaran las manos a la cabeza ante el desafortunado tuit de su subordinada, que les obligó incluso a condenarla públicamente. «Me voy a África. Espero no coger el sida. Es broma. ¡Soy blanca!», escribió Justine Sacco en la red consiguiendo 3.000 «retuiteos» durante el trayecto del vuelo de larga distancia hasta que aterrizó.

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