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Por qué los ciberdelincuentes utilizan bitcoins para pedir los rescates

Entre las razones de optar por esta moneda digital a la hora de cometer infracciones se encuentra la dificultad de identificar su origen y procedencia o la tendencia al alza de su valor

J.M. Sánchez

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El bitcoin suele asociarse con frecuencia a los negocios turbios. Sin ser causa y consecuencia, la criptomoneda, por su naturaleza, suele emplearse en muchas ocasiones para fines ilegales , en parte porque no se puede rastrear. Fue la moneda escogida por los ciberdelincuentes en el ciberataque masivo que se perpetró el pasado viernes a la hora de solicitar el rescate de los ordenadores infectados en un ataque de «ransomware» o secuestro de datos virtual.

El bitcoin, de nuevo, ha vuelto a estar vinculado a la piratería informática, aunque muchas personas la utilizan para fines particulares sin cometer ningún delito haciendo cualquier operación . La tecnología detrás, «blockchain» o cadena de bloques , además, ha agitado el mercado financiero y muchas entidades bancarias que al principio se mostraban recelosas del invento han acabado por recoger alguno de sus fundamentos en sus proyectos. Pero entre las razones de optar por esta moneda digital a la hora de cometer infracciones y no por otras (antiguamente se pedían rescates en dinero físico, la moneda de curso legal en cada país) se encuentra la dificultad de identificar y rastrear su origen y procedencia o la tendencia al alza de su valor (actualmente, un bitcoin equivale a unos 1.600 euros y una capitalización de más de 30.000 millones de dólares, teniendo en cuenta que existen casi 17 millones de bitcoins).

Uno de los principales motivos por el que los ciberdelincuentes han extorsionado virtualmente a más de 300.000 víctimas en los últimos días es por su dificultad a la hora de rastrear las monedas. «A diferencia de lo que sucede en una cuenta bancaria, que se asocia a una numeración, en bitcoin lo que ocurre es que cualquiera puede generarse su propio número de cuenta y el problema es que estas cuentas son aleatorias y ni se pueden predecir de antemano ni saber a qué persona están asociadas», explica a este diario Víctor Escudero , consultor y experto en la divisa virtual. Su funcionamiento se sustenta en un sistema criptografico público/privado que garantiza el anonimato de la persona que tiene acceso a esa dirección y que puede gestionar el monedero de bitcoins.

«No hay un registro centralizado de cuántas y qué direcciones están asociadas a una persona si el propietario no lo dice voluntariamente», señala este experto, quien asegura que «a pesar de no ser la mejor moneda que mejor se adapta al anonimato del pago en internet, ya que existen otras más anónimas, ofrece un nivel de seguridad y privacidad más que suficientes».

Por esta razón, el misterio sobre su paternidad sigue coleando desde que se hiciera la primera transacción en 2009 por una persona que se esconde bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto . Y también por este motivo es por el que los cibercriminales que han propagado el virus bautizado como WannaCry han utilizado al menos tres cuentas distintas en las que, por ahora, ya han recaudado menos de 70.000 euros.

Otro de los motivos por el que los ciberdelincuentes han pedido el rescate en bitcoins está relacionado en términos puramente económicos. En primer lugar se trata de un activo que tiende a revalorizarse con el paso del tiempo . «Los ciberdelincuentes, cuando reciben las transacciones, generalmente no mueven el dinero en ese momento para evitar ser rastreados y lo dejan sin mover durante un tiempo», añade. En muchas ocasiones, incluso, los bitcoins pueden ser blanqueados a través de operaciones en juegos online.

Por su manera de operar, las criptomonedas funcionan como monedas descentralizadas, es decir, se intercambian de manera cifrada mediante redes «peer to peer» (de igual a igual). Al quedar fuera de la supervisión de los bancos centrales, no hay forma de retener el dinero de una transacción como podría ocurrir bajo petición judicial en caso, por ejemplo, de una investigación por delito económico. « No se pueden retroceder las transacciones, son irreversibles . Una vez que has enviado el dinero [los ciberdelincuentes] lo van a cobrar sí o sí», concluye.

El problema no es la tecnología en sí, sino en el uso que se le dé. «El bitcoin ha estado ligado a algo negativo, pero eso no quiere decir que sea malo en sí, sino la acción que se realiza. Los bancos están muy interesados en utilizar esta tecnología para realizar, por ejemplo, transacciones inteligentes», reconocía hace un tiempo Pablo Fernández Burgueño, abogado especialista en derecho tecnológico.

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