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Rusia, otro país que se suma a la lucha contra el Bitcoin

Varios países alertan sobre el posible uso de las monedas virtuales para actividades ilegales, mientras que muchos partidarios la consideran la economía del futuro

Rusia, otro país que se suma a la lucha contra el Bitcoin reuters

j.m. sánchez

Han sido unos meses turbulentos para una moneda virtual que sigue cuestionando el sistema financiero tradicional. En diciembre eran las autoridades chinas quienes declaraban la guerra al bitcoin, y hace algunos días detenían en EE. UU. al vicepresidente de la Fundación Bitcoin, Charlie Shrem por cargos de blanqueo de capitales a través de esta divisa.

Ahora Rusia se ha sumado a la lista de países que alertan de los riesgos de esta moneda virtual. Las autoridades rusas han señalado que el rublo es su única divisa legal, por lo tanto cualquier otra unidad monetaria será considerada ilegal. Destacan que trabajarán con su Banco Central para evitar el uso de esta «pseudomoneda» inestable que estaría relacionada con el lavado de dinero así como con la financiación del terrorismo.

Su galopante revalorización abre más el debate sobre su uso ilegal. Un bitcoin equivalía al comienzo de esta semana a 645 dólares, una cifra tremendamente alta, teniendo en cuenta que, cuando nació en 2009 gracias a un misterioso personaje llamado Satoshi Nakamoto, valía menos de un dólar y alcanzar a la moneda estadounidense parecía una misión imposible. Se especula que ese creador anónimo posee cerca de un millón de bitcoins.

La primera cripto-divisa

Pero ¿qué es Bitcoin? Se trata de uno de los primeros experimentos del concepto de cripto-moneda. La cripto-divisa es dinero virtual, muy difícil de falsificar ya que utiliza la criptografía para su seguridad. Las cripto-divisas no son emitidas por ninguna autoridad central, lo cual las hace inmunes a interferencias gubernamentales. De hecho, su concepción consiste en usar técnicas de cifrado informático para controlar la creación y transferencia de dinero sin tener que depender de autoridades centrales. Bitcoin es la más famosa de estas cripto-monedas y también es el nombre del software de código abierto que permite a utilización de esta divisa.

Los expertos no se aclaran a la hora de determinar si el bitcoin, que adolece de una alta volatilidad, es el preámbulo de una burbuja en internet o si, por el contrario, es una corriente lógica que está llamada a asentarse en los próximos años. «El bitcoin no gusta mucho a casi ningún país, porque quieren tener cierto control de su moneda, con la que producen los intercambios de dinero para adquirir sus productos y buscar ser competitivo», explica a este diario Vicente Varó, asesor financiero de la red social de finanzas Unience . Ante esa falta de control, las administraciones se han apresurado a declarar su uso ilegal y a poner zancadillas a empresarios para que no la acepten.

Según sus defensores, bitcoin crece en internet, gracias a internet y por internet. «La gente está un poco cansada de lo establecido y no tiene la misma fiabilidad de las monedas del pasado», añade. Aunque su uso no está demasiado extendido, hay ejemplos de operaciones. Por ejemplo, el pasado diciembre, un hombre residente en EE.UU. adquirió un coche de alta gama (Tesla S) por 91,4 bitcoin, unos 103.000 dólares. Más recientemente, un polaco y un austriaco pagaron con esta moneda un viaje a Vietnam y otro a Lisboa. «Hay gente que está comprando y vendiendo en comercios, esto es una realidad pero en un futuro, ¿va a ser una realidad y una moneda internacional? No sé si será el estándar de las monedas virtuales, pero sí habrá algo parecido. Esta experiencia llevará a pensar de otra manera en las transacciones internacionales», cuestiona este experto.

«No es una burbuja, es una tecnología que progresa», manifiesta Jorge Abascal, cofundador de Pagobit , empresa zaragozana de procesamiento de pagos por bitcoin en España que saldrá a mediados de marzo. «Estamos construyendo un sistema monetario desde cero. Mientras los euros ya tienen los datáfonos, sistemas, soluciones de banca online, en la comunidad Bitcoin lo estamos construyendo y eso lleva un tiempo», insiste.

Los contrarios a su uso critican que no es una buena inversión. «Es una demanda de gente que compra y vende para especular», relataba Xavier Sala i Martí, profesor de Economía de la Universidad de Columbia. «Si las empresas no aceptan bitcoins como método de pago, si no pagan salarios en bitcoins y si el Gobierno no acepta bitcoins como método de pago de impuestos, la demanda de esa moneda será cero y, por lo tanto, su valor intrínseco también», criticaba.

Otro de los puntos controvertidos de este asunto es que la divisa cuenta con un límite (21 millones de unidades) y se estima que se agotará en torno al año 2140, después de que el algoritmo del que depende se vaya modificando.

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