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La nube entra en el juego

Esta joven empresa vasca ofrece una plataforma en internet que ayuda a los productores de videojuegos a diseñar, publicar y ganar dinero con sus creaciones.

patxi arostegi

Una plataforma que promete revolucionar el concepto tradicional del diseño de los videojuegos. Esta es la apuesta de la joven firma WiMi5, que ha desarrollado una tecnología, basada en la nube y en el lenguaje de programación web HTML5, destinada a crear, publicar y monetizar juegos casuales y sociales. Una propuesta innovadora que pretende plantar cara a los gigantes de Silicon Valley, donde los estudios más vanguardistas diseñan los videojuegos más avanzados. Pero no solo eso. Su servicio está pensado para ayudar a los estudios más modestos a rentabilizar de forma eficaz sus juegos en el mercado global.

«Hace dos años vimos que la llegada de HTML5 supondría un enorme potencial para la industria porque es una tecnología que va a cambiar de forma radical la manera de jugar, así como el modelo de negocio del sector. Por ello, decidimos montar esta ‘start-up’ para sacar partido a todas las nuevas posibilidades que ofrece este estándar», explica Raúl Otaolea, CEO y fundador de esta ‘spin-off’ impulsada por Tecnalia.

El proyecto germinó en 2011 de la mano de este veterano programador, que acumulaba por aquel entonces la gestación de otras tres empresas de base tecnológica. Con esa experiencia, Otaolea entró en Tecnalia como responsable del área de ‘Entertainment’ y Media, donde pudo profundizar en el incipiente sector de las SmartTV y la tecnología de visualización en 3D. Su llegada coincidió con la adopción generalizada del lenguaje HTML5, que permite crear páginas y aplicaciones web –como juegos– más interactivas y sofisticadas, y además, compatibles con cualquier dispositivo. Así que, con la colaboración de un equipo de cinco apasionados de los videojuegos, este emprendedor comenzó a explorar la posibilidad de desarrollar una plataforma que pudiera sacarle el máximo jugo a este nuevo estándar de creación digital.

Tras dos años de trabajo en el desarrollo de su plataforma y bajo el paraguas de la incubadora de negocios del citado centro de investigación aplicada, el pasado mes de enero, Otaolea lograba hacer realidad su sueño de poner en marcha la empresa WiMi5.

«Lo que nos diferencia de otras empresas similares es que potenciamos la web como la nueva plataforma para crear videojuegos», sostiene Otaolea, con trece años de experiencia en el sector. De hecho, tal y como explica, hasta ahora, la programación de videojuegos estaba sobre todo enfocada a consolas, PCs o dispositivos móviles (tabletas y smartphones). Pero con la llegada de los últimos navegadores y de nuevos sistemas operativos móviles basados en el estándar HTML5 al mercado, como Firefox OS y Tizen, «la web ya puede formar parte del escenario en el que los desarrolladores diseñen sus videojuegos», detalla el emprendedor.

Una única plataforma

Es por ello que, junto al resto de plataformas, los navegadores cumplirán un papel clave en la publicación de los juegos, que se podrán utilizar desde cualquier dispositivo conectado a internet.

«Nuestra propuesta pasa por centralizar en una única plataforma las herramientas necesarias para que un desarrollador pueda crear, publicar y monetizar su juego, sin tener que instalar ningún ‘software’ o pasarelas de terceros para poder comercializar su creación», subraya Otaolea.

A este reclamo la ‘start-up’ suma que su software está alojado en la nube, lo que puede ayudar a los programadores particulares a no tener que descargarse aplicaciones e instalarlas en su ordenador a la hora de programar un juego.

De esta forma, el diseñador solo debe conectarse a la nube, registrarse en la plataforma y acceder a las herramientas precisas para elaborar su proyecto. «Cubrimos todo el ciclo de vida del proceso productivo de un videojuego», destaca el fundador de WiMi5.

Entre las principales ventajas que aporta esta innovadora plataforma figura, a su juicio, la de ofrecer un lenguaje de programación más compatible y práctico que ‘Flash’, una tecnología en retirada. «Esta herramienta tenía sentido para trabajos más artísticos, pero en WiMi5 podemos orientarnos a un desarrollador con un perfil menos técnico, así como a estudios de videojuegos y a profesionales independientes», revelan desde la ‘start-up’.

Comisión como negocio

A esto se une un modelo de negocio basado en el sistema ‘free2play’ que permite a los desarrolladores acceder gratis a la plataforma y obtener un 70% de los ingresos del juego, mientras que la empresa se queda con el 30% en concepto de comisión.

«Funcionamos con un modelo de microtransacciones a través de cual sólo cobramos cuando el desarrollador empieza a ganar dinero con su juego», aclara.

Para lograr sus objetivos, esta ‘start-up’ cuenta con 390.000 euros procedentes de un fondo de inversión que les permitirán arrancar con ciertas garantías. Pero seguidores no le faltan a esta joven aventura empresarial, como asegura Otaolea, que cifra en casi 300 las empresas que ya han probado «satisfactoriamente» la plataforma.

De cara al futuro más próximo sus responsables esperan llevar su negocio a Latinoamérica, EE UU, Japón y Corea, auténticas mecas del videojuego mundial. Los planes de esta ‘start-up’ para este año pasan por consolidarse como la firma de referencia de los estudios emergentes. Es decir, que gracias a ella puedan dar un salto cualitativo en su actividad.

«Antes de que finalice 2014 esperamos que 2.000 desarrolladores hayan probado la herramienta y poder presentar un catálogo de juegos atractivos», concluye.

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