Trabajos contra reloj en la presa de California ante la llegada de más lluvias

Las autoridades se apresuran por controlar la situación en la presa de Oroville (norte de California), la más alta de EE.UU. y cuyos problemas en su estructura forzaron esta semana la evacuación de casi 200.000 personas.

Las alertas se dispararon la semana pasada, cuando cuando se halló un gran hoyo en el aliviadero principal de la presa. Se cerró ese desagüe y se abrió uno auxiliar, formado por un terraplén de tierra y rocas. El pasado domingo, se descubrió una grieta en ese segundo aliviadero, que solo entra en funcionamiento cuando el agua rebasa el nivel de la presa. Después de intensas lluvias durante semanas, es la primera vez que se abría en la historia del embalse . Se temió que la grieta en el desagüe auxiliar provocara su derrumbe y que una pared de diez metros de agua se vertiera río abajo y causara una catástrofe. Según las autoridades, el colapso de la estructura auxiliar daría como resultado «una liberación incontrolada de aguas del lago Oroville».

Los trabajadores estatales han tratado de reparar la grieta en los últimos tres días, lanzando rocas para taponarla, mientras se trataba de reducir el nivel de agua de la presa a través del aliviadero principal. El agua empieza a rebosar por el aliviadero auxiliar, el que puede causar una catástrofe, cuando sobrepasa una altura de 274 metros. Ayer por la mañana había descendido a 270 metros y caía a un ritmo de un metro cada nueve horas, aproximadamente, aunque se esperaba que acelerase.

La preocupación, sin embargo, está en el cielo. Los servicios meteorológicos predicen lluvias fuertes y tormentas para hoy y mañana, y que se podrían extender hasta el fin de semana. Los expertos han mostrado incertidumbre sobre si la presa será capaz de drenar a una velocidad suficiente para hacer frente a esas precipitaciones.

Mientras tanto, los habitantes de los condados afectados por un posible desborde siguen sin poder volver a sus casas y con las clases escolares y todos los servicios suspendidos.

Tras conocerse la emergencia, algunos grupos ecologistas han criticado que ya advirtieron hace casi doce años de las malas condiciones de la presa y que los aliviadores podrían no contener el empuje del agua en periodos de fuertes lluvias. En concreto, sugirieren que el aliviadero auxiliar , el que causa más preocupación, fuera de cemento, no de tierra y roca como es ahora.