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¿Tenemos un tronco común con el islam?

La referencia del Corán a la Gente del Libro ha conducido a muchos errores

Activistas de un movimiento interreligioso en Londres AFP

FRANCISCO DE ANDRÉS

Convivir y respetarse no exige tener un cuerpo común de valores, aunque la abundancia de referencias en el Corán a judíos, cristianos y personajes de la Biblia lleva a muchos a pensar que las tres grandes religiones monoteístas tienen coincidencias doctrinales, y son por así decirlo «primas hermanas». A esa impresión lleva también la referencia en el Corán a la Gente del Libro , de la que podría concluirse que la Biblia vincula a las tres religiones. Según ese esquema, el profeta Abraham vendría a ser el «padre común en la fe».

En una obra reciente, el islamólogo católico François Jourdan (Islam et Christianisme, Nouvelles Éditions), clarifica los errores que subyacen en esas afirmaciones, frecuentes en la prensa occidental y en los foros ecuménicos de diálogo interreligioso. Sus aportaciones han sido apuntadas con anterioridad por otros teólogos árabes ( Antoine Moussali , La croiz et le croissant; Samir Khalil Shamir , Cien Preguntas sobre el islam), pero la pertinacia del buenismo insiste en ver coincidencias donde no existen y en poner en sordina la opinión de los expertos.

Moussali recuerda que en el judaísmo la revelación divina está centrada en un pueblo -el hebreo-, en el cristianismo en una persona , Cristo, y solo en el islam en un libro , el Corán. Además, cuando el libro sagrado de los musulmanes habla del libro en singular, ¿a cúal se refiere, a la Biblia o al Corán? Hay una ambigüedad evidente en el término Gente del Libro, además de que los dos libros sagrados tienen orígenes muy distintos. Como advierte Jourdan, la Biblia es resultado de una alianza entre Dios y el pueblo hebreo; el Corán en cambio es un «descenso» de la palabra divina, que utiliza a Mahoma como mero portavoz.

El supuesto tronco común bíblico de las tres religiones, que se sustenta en la aparición en el Corán de numerosos personajes del Antiguo y Nuevo Testamento, también tiene muchas matizaciones, por lo que Jourdan prefiere sustituir el término «coincidencias» por el de «reminiscencias» . Así se encajan mejor afirmaciones bíblicas sorprendentes en el libro de Mahoma, muy posterior en el tiempo. La Meca pasa a sustituir a Jerusalén , la Kaaba al Templo, y algunas vidas de profetas bíblicos contienen relatos distintos. Así, el primogénito de Abraham ya no es Isaac sino Ismael -el «hijo de la esclava», del que según muchos procede la raza árabe- . El mismo Abraham habría hecho un viaje a La Meca para recibir el Corán, un relato que obviamente no aparece en la Biblia, Y Jesús, simple profeta para el Corán, no habría muerto en la cruz; allí quien padeció fue un doble suyo. No hay pie para ambigüedades, empezando por el nombre. El Corán no habla de Iesu -el nombre de Jesús que utilizan los cristianos árabes, y que significa salvador-, sino que lo invierte y habla de «Isa» para no dar lugar a equívocos.

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